Santiago Guarderas es un político que colecciona malentendidos. Tras haber sido una cabeza visible de la resistencia al correísmo, como abogado y como figura relevante en los medios de comunicación, se apuntó en el socialcristianismo. Una corriente que, a pesar de lo que dicen sus defensores, es populista como lo probó con denuedo Cynthia Viteri en la anterior campaña presidencial. Y es autoritario, como no puede desmentirlo Jaime Nebot, a pesar de sus progresos.
Ahora, Guarderas subió la apuesta. Apareció al lado de Jorge Yunda, generando una verdadera ola de rechazo y decepción en redes sociales. Y genera una debate en el cual se ha metido Ramiro García y hasta Fidel Egas.Guarderas puso un tuit en el cual anuncia a cuatro miembros de la lista a concejales de Jorge Yunda que aspira a la Alcaldía de Quito. El tuit es una pequeña obra de mercadeo destina a descrestar a los parroquianos. ¿Qué hace Guarderas? Pues alinear los títulos universitarios, como antaño se mostraban los pasajes aéreos para Europa para crear envidia social. René Badón es master en California Western School of Law. Valeria Arguello, PHD en la Soborna de París. Marianella Irigoyen, master en la Universidad de Palermo. Y él mismo, Master en la Universidad Católica de Guayaquil.
Ramiro García avaló el truco de mercadeo y echó gasolina a un debate en el cual se dice que los títulos no bastan o se pregunta dónde está la experiencia pública de estos aspirantes al servicio público. En este punto, cualquiera puede imaginar que la máquina del tiempo retrocedió y llevó a Guarderas y a García a los momentos cumbres en los cuales los correístas convirtieron el título de PHD en requisito indispensable para ingresar a la corte de los milagros.
Una digresión, solo una digresión, puede ser esclarecedora en este tema: en los años 90, el corresponsal de Time en Colombia entrevistó a Gilberto Rodríguez Orejuela en Cali. Esa experiencia la contó en diario El Tiempo. Su sorpresa no pudo ser mayor al ver al jefe del segundo cartel de Colombia presentar al equipo que le manejaba los negocios: todos graduados en las diez mejores universidades del mundo.
Los títulos son importantes: pero, como se probó durante el correísmo, lo esencial es la línea política y ética adoptada por quien detenta el poder. Y los PHD, con Rafael Correa, no sirvieron para dar racionalidad ni competencia ni ética al proyecto político. ¿Acaso ese Estado obeso que se metió hasta en la cama de los ecuatorianos no fue pensado y planificado en Senplades? ¿Quién lanzó Yachay? ¿Quién osó oponerse a la patraña armada alrededor de la Refinería del Pacífico? El viejo sueño de los tecnócratas, sentados en el poder, solo produjo tecnopopulismo.
Por eso, el debate no está en los títulos (siempre bienvenidos) de los aspirantes a concejales dispuestos a acompañar a Jorge Yunda. El debate es, en primera instancia, Yunda. Y Yunda, como político, tiene un pasado que no se puede ocultar con los títulos de sus asesores. O de sus candidatos a concejales. Un pasado que ha sido expurgado, por ejemplo, por Fundamedios. Su presente está en el informe que la Contraloría hizopúblico en junio pasado, sobre la concesión de frecuencias y que lo muestra como un hombre marrullero, mentiroso, capaz de engañar al Estado para obtener más poder mediático. Un hombre que no duda en poner sus bienes (las emisoras también lo son) a nombre de otros e incluso usar a sus trabajadores como prestanombres. Todo esto está en el informe de la Contraloría. ¿Estos factores, de ética básica, no cuentan en un candidato que aspira a dirigir la capital de la República? ¿Examinaron los PHD, citados por Santiago Guarderas, estos detalles del personaje que hoy cubren con sus títulos universitarios? ¿No imaginaron que quizá por eso los escogió Yunda?
Lo más curioso es que Santiago Guarderas no dice cómo congenió su lucha contra el correísmo con la defensa y el apoyo dado al autoritarismo por Jorge Yunda. ¿Acaso Yunda no ayudó mediáticamente en la campaña de Rafael Correa? ¿No le colaboró en las sabatinas? ¿No fue su asambleísta? ¿No fue él quien, puesto ante la disyuntiva de optar entre Correa y Moreno, habló de los dos como padre y madre? En este tópico el problema deja de ser Yunda. Es Guarderas y los otros PHD que han hecho, al parecer, tabula rasa y les da lo mismo hacer equipo con un político que apoyó al autoritarismo y medró de él. Guarderas y los otros PHD dejan muchas dudas sobre su coherencia en el campo de los valores democráticos.
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