Un audio en el que se escucha al narcotraficante mexicano Joaquín “Chapo” Guzmán negociar con líderes de la guerrilla colombiana de las FARC la logística para transportar un cargamento de seis toneladas de droga desde Colombia hasta una bodega en Guayaquil arroja más luces sobre cómo operaba el Cartel Sinaloa y la guerrilla colombiana en territorio ecuatoriano.
El audio apareció el jueves 13 de diciembre, durante el día 17 del juicio que se realiza al Chapo Guzmán en Nueva York y fue colocado por el periodista Keegan Hamilton de Vice en sus redes sociales. El periodista, autor de un podcast llamado El Chapo, se encuentra cubriendo las audiencias del juicio y narra en Twitter todo lo que ahí sucede.
En la conversación, realizada en el 2010, entre el Chapo y la guerrilla se confirma que el costo del transporte de la droga desde la frontera hasta Guayaquil era de 100 dólares por kilo. Un día antes de la aparición del audio, el extraditado colombiano Jorge Cifuentes había dicho durante su comparencia en el juicio que el transporte de la droga se lograba gracias a los pagos de 100 dólares por cada kilo que se hacían a militares ecuatorianos para que transporten la droga en camiones de las FFAA, ya que éstos no eran sujetos a requisas y chequeos. Cifuentes era el encargado de enviar la droga a El Chapo.
En el juicio, Cifuentes aseguró que entre 2007 y 2008, él comenzó a enviar la cocaína desde Ecuador debido a su temor de regresar a Colombia y ser asesinado. Desde Ecuador, Cifuentes adquiría la cocaína principalmente del traficante colombiano Gilberto García, alias “Serpa”, “Pastrana” o “Político”. García entregaba esa coca adquirida en Colombia en la comunidad de San Lorenzo, en Ecuador, desde donde Cifuentes la transportaba a sus bodegas en Quito y Guayaquil. Para transportar la cocaína desde San Lorenzo,Cifuentes explicó que pagaba sobornos al capitán del ejército ecuatoriano Telmo Castro, quien cobraba 100 dólares por cada kilo de coca que transportaba en camiones militares.
Lo que se escucha en el audio contradice, en cierta forma, la versión que el ejército ecuatoriano dio el miércoles 12 luego de las declaraciones de Cifuentes. Según los militares ecuatorianos, Cifuentes se refiere a un episodio en el que el ex militar llamado Telmo Castro fue detenido mientras transportaba 500 kilos de cocaína en la zona de Baeza, provincia de Napo, en un camión que simulaba ser militar, pintado de verde y logotipos falsos del Ejército para evitar los controles. Según la versión de los militares, Castro pidió la disponibilidad y dejó de ser militar en julio del 2009 y fue detenido en octubre de ese año. El audio, en cambio, fue hecho según los fiscales del juicio en Nueva York en mayo del 2010 y todo parece indicar en esa grabación que el sistema de transporte de la droga estaba en ese momento plenamente vigente.
El audio, además, muestra un sistema que aparentemente funcionaba de forma regular y no a un episodio aislado como del que habla el boletín de los militares ecuatorianos. En al audio aparecen unos líderes guerrilleros muy tranquilos y confiados en su logística para poner la droga en una bodega en Guayaquil y, si bien no mencionan a los militares ecuatorianos, la versión que dan sobre el costo del flete de 100 dólares por kilo coincide con la versión de Jorge Cifuentes. En otras palabras, de lo que se escucha en el audio o se lee de su transcripción se puede concluir que el transporte de la droga a través de gran parte del territorio ecuatoriano era una actividad relativamente segura. Finalmente, si la idea era llevar a Guayaquil la droga para de ahí hacerla llegar a México y los EEUU, es porque ese operativo resultaba mucho más seguro y cómodo que el haber despachado los cargamentos de puertos colombianos, ahorrándose el traslado de la mercancía hasta Guayaquil. Por otro lado, revista Vistazo sostiene que ha publicado documentos que aseguran que Castro fue detenido cuando aún era militar, contradiciendo así la versión del ejército ecuatoriano.
Keegan Hamilton asegura que la revelación del audio, hecha por los fiscales de Nueva York, es hasta ahora la prueba más contundente en contra del Chapo. El The New York Times también hizo una nota destacando el aparecimiento de la grabación y en ella dice que es la primera vez que el jurado ha podido, hasta ahora, escuchar a el Chapo hacer negocios. El acuerdo sobre las seis toneladas fue acordado con Jorge Cifuentes y su hermano Alex, dice Hamilton. En el diálogo se ve que la negociación era por 2 millones 100 mil dólares a cambio de que la droga fuera puesta en Guayaquil.
La única razón por la que los fiscales pudieron tener acceso a esa conversación entre el Chapo y las FARC fue por problemas que hubo con la red encriptada que usaban los narcos para comunicarse. Un ingeniero en sistemas que trabajaba para Cifuentes se olvidó de renovar la licencia del programa que tenían en sus sistema de seguridad, cuenta Hamilton.
En la conversación se revela que Cifuentes puso a sus propiedades como garantía para el envió de 4 toneladas de cocaína. Su hermano Alex estaba con el Chapo en Sinaloa, luego de haber perdido 14 toneladas en droga en dos envíos anteriores, explica el periodista Hamilton. Cifuentes temía que si algo malo pasaba, el Chapo podía matar a su sobrino.
El valor del audio, según la prensa de EEUU, radica en que en él se ve cómo el Chapo negociaba. Ahí se escucha, por ejemplo, cómo convenció al líder de las FARC con el que habla de pagarle únicamente dos toneladas de cocaína ya que, en un inicio, el trato era por 2.5 toneladas. El Chapo ofrece al guerrillero, según se escucha, enviar a su sobrino para que esté junto a los miembros de las FARC como un garantía para el cumplimiento del trato hasta que los guerrilleros reciban su pago. El Chapo también hace gestiones para enviar a un “técnico” para verificar la calidad de la cocaína. Dice haber estado decepcionado con la calidad de producto que recibió en el pasado desde el Ecuador: “Necesito que me haga favor usted de atender un muchacho que chequeé las cosas porque pues… Hemos tenido muchos problemas, ha llegado muy bajo y necesitamos que las cosas estén buenas”.
En el audio también se escucha cómo los jefes de la FARC piden un 50% del pago como adelanto para hacer llegar la droga hasta Guayaquil. El guerrillero le dice: “Yo me muevo siempre y cuando el 50% de la base quede ahí en el negocio”.
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