| ![]() |
| ![]() |
![]() |
![]() |
Nace en Cañar el 24 de Noviembre de 1912 y fallece en la entrañable Cuba el 30 de Julio del 2004, Nela es obligado referente del pensamiento y las mil acciones encaminadas a la transformación de nuestra patria, a tal punto que ahora la juventud busca con avidez sus huellas y bebe sedienta en la clara fuente de su ejemplo.
La octava de una larga familia de quince hermanos criados con todas las comodidades de la época, estudió la primaria en la escuela de las monjas Catalinas de Cañar y en 1924 fue enviada interna al colegio de Los Sagrados Corazones de Cuenca. En las casas de Cuenca y Cañar existían numerosos libros, los clásicos españoles y se volvió una incansable lectora de todo aquello que permitía el Indice de la Iglesia católica, también hacia poesías desde muy joven y hasta escribía cuentos. Recuerda que la única ocasión en que su madre perdió los estribos fue cuando por defender a un perseguido político en la revolución Juliana que había buscado asilo en su casa, dio de bofetadas a un policía impertinente. El abuelo Darío Espinoza había estudiado algunos años medicina y aunque no terminó esa carrera, hizo fortuna con una botica. Era dueño de las haciendas Molino –Huayco, Puco - Huayco y Charcay, ubicadas en la cercanías de la población de Cañar. En 1926 presenció el levantamiento indígena en el austro contra el aumento del precio de la sal gravada con un exorbitante impuesto destinado para terminar la Catedral de Cuenca. Como en esos tiempos no se acostumbraba graduar de bachiller a las mujeres, al terminar sus estudios y de tan sólo dieciséis años, tuvo que volver a Cañar. Un día cayó por sus manos una revista, en ella leyó un poema de Joaquín Gallegos Lara, se emocionó y le escribió una carta a Guayaquil. El 39 acompañó a su madre a Guayaquil, se hospedaron en un hotel, la señora dejó a Nela interna en el Colegio de la Providencia. Una activa relación epistolar la unía cada vez más con Gallegos Lara, que se convirtió en su mentor intelectual, guía y maestro. Casi naturalmente fue transformándose en una mujer de avanzada, en una comunista. Para entonces Nela ya era conocida en las letras comarcanas del Azuay y Cañar. Por eso, en 1932, Benjamín Carrión había publicado en “índice de la Poesía Ecuatoriana” que los poetas azuayos anteriores a G. Humberto Mata, Nela Martínez y Alfonso Cuesta y Cuesta sólo tuvieron los ojos plácidos para ver en su vasta y maravillosa campiña, sembrada de injusticia y explotación, a Zagalas y Zagales que dejaban a Dios cuidando sus apriscos, paciendo tomillo y hierbabuena, mientras ellos iban a las ermitas del pueblo. En 1934 participó en la huelga de los matarifes y sufrió la brutal represión policial, tenía solamente 21 años de edad; al saber su comportamiento Gallegos Lara le propuso matrimonio. Nela habló con su padre que nada sabía de estos amoríos. -Tengo intenciones de casarme con Joaquín que es inválido. ¿Por qué no te haces monja de la caridad?- Deseo luchar contra las injusticias y si la naturaleza fue injusta con él, lucharé contra la naturaleza. El matrimonio se realizó en Ambato. Enseguida regresaron a Guayaquil y vivieron ocho meses con la madre de Gallegos Lara, el crítico. En 1935 intervino en la reunión de los partidos de izquierda. El 36 trabajó en los estancos a las órdenes del Coronel Luis Dueñas, organizó un servicio médico contra el paludismo para beneficio de los inspectores y fue secretaria en la Contraloría, llevada por el Ministro Jerónimo Avilés Alfaro. El 38 estuvo entre las organizadoras de “Alianza Femenina Ecuatoriana” grupo de carácter popular a nivel nacional que bajo la presidencia de la profesora Matilde Nogales y con la ayuda de Nela, María Luisa, Raquel Verdesoto de Romo Dávila, Lucía Clavijo y otras mujeres progresistas de Quito y del resto del país, luchó por la superación de la mujer a través de una serie de reivindicaciones feministas y políticas; se reunían periódicamente, daban charlas y conferencias, realizaban labores. Después trabajó en Bogotá para fundar la “Alianza Femenina Colombiana”.

Nela, se tomó el Palacio Presidencial El 43 integró las filas de Acción Democrática Ecuatoriana ADE, en protesta contra los abusos y despotismo del presidente Arroyo del Río y viajó a Ipiales con la finalidad de entrevistar a Velasco Ibarra. De regreso conspiró contra el Gobierno y formó parte de la Directiva de ADE, que el 29 de Mayo del 44, al conocer el triunfo de la revolución en Guayaquil, decidió hacer una manifestación popular y tomar el Palacio Presidencial. A la medianoche salieron del local donde sesionaban en las calles Guayaquil y Bolívar. Iban sin armas, se dirigieron al Palacio y los porteros abrieron las puertas sin ninguna resistencia. La multitud se quedó afuera y permitió el ingreso de los directivos. “Nos hicimos cargo de la dirección del movimiento y desde el Ministerio de Gobierno ordené la liberación de los presos en diferentes provincias y de confinados en el Oriente”. “Se informó a todo el país que ADE se había hecho cargo de la presidencia de la República; pedimos que se organizaran gobiernos seccionales para impedir que la
contrarrevolución actúe. Ordené lo que había que ordenar, la coordinación de toda la actividad a escala nacional. Había una actividad muy grande porque también muchos liberales pedían protección; luego, el cuidado de toda la ciudad, la comunicación nacional para unificar las acciones de ADE y el hecho de un pueblo entero levantado, al que había que mantener permanentemente vigilado. Se formaron patrullas de trabajadores y estudiantes que custodiaban la ciudad. Pasé tres días y tres noches sin dormir. El Embajador de Colombia, Gustavo Santos, me enviaba bocaditos con su secretaria de vez en cuando. Yo era la única mujer en el Palacio. Mariano Suárez Veintimilla y los dirigentes de ADE llegaron al día siguiente. Entonces ocurrió que un grupo de señores de ADE viajó a Ibarra a buscar a Velasco que ya había salido de Ipiales. El 1 de Junio entró en Quito con ellos y Julio Teodoro Salem de la fracción liberal y presidente de turno de ADE le declaró en el balcón del Palacio Jefe Supremo. Acto seguido Velasco Ibarra pronunció su primer discurso. Yo estaba indignada porque ése no había sido el acuerdo de la revolución. Velasco ingresó a la Sala del Palacio y viéndome, se detuvo un momento y me preguntó qué podía hacer por mí. -¿por mí?, ¡Nada!- le contesté y luego, recalcando mis palabras, agregué: - “Yo pienso que Ud. debe cumplir su deber como yo creo haber cumplido el mío”, y salí con la conciencia plena de que la revolución gloriosa se había frustrado y tomaba otros rumbos, sensación que me asaltó al oír su primer discurso y enterarme de la composición de su Gabinete preparado en Ibarra. A fines del 45 los trabajadores del Ecuador designaron a Pedro Saad Diputado funcional a la Asamblea Nacional Constituyente. Primer suplente fue Segundo Ramos y Segunda suplente Nela Martínez y le tocó concurrir desde el 12 de Diciembre a tres sesiones de la Asamblea en ausencia de los anteriores; fue la primera mujer que ascendió a una diputación en el país y la primera en ser electa miembro del Comité Ejecutivo de un partido, el Comunista del Ecuador. El hecho motivó numerosos comentarios en la prensa. Ha quedado la pieza oratoria que inauguró su actuación en la Asamblea “No me siento extraña en esta sala –dijo Nela Martínez en el Congreso Nacional- porque este puesto lo han conquistado las mujeres de mi patria en todas las jornadas de la historia ecuatoriana”. Internacionalista, fundadora del Partido Comunista en Guatemala A fines del 46 viajó en representación de la “Alianza Femenina Ecuatoriana” al Congreso Internacional de Mujeres Latinoamericanas que se celebró en Guatemala y donde por primera ocasión la mujer condenó la utilización de la bomba atómica. Al finalizar las sesiones aceptó la invitación de sus camaradas para permanecer en suelo guatemalteco ayudando a conformar el Partido Comunista en esa nación. En 1951 se casó con Raymond Meriguet Coussegal, presidente fundador del Movimiento antinazi en el Ecuador y activista de izquierda, matrimonio feliz y tres hijos: Maurice, Juan y Nela. Monsieur Meriguet falleció en Quito en 1989, de avanzada edad, dejando el recuerdo de su admirable y tesonera solidaridad vital. En 1962, tras la ruptura del Ecuador con Cuba, fundó el partido URME Unión Revolucionaria de Mujeres Ecuatorianas y al tomar el poder los militares en marzo del 63 fue de las primeras en salir a las calles en defensa de la democracia y asumió una línea radical: “El socialismo es el único futuro de la humanidad”. De sus años de lucha en el movimiento obrero, de sus viajes a Cuba, de sus reivindicaciones feminista, le queda la certeza de que el socialismo todavía puede ser en algún lugar, en este país, quizá… escribe a mano, porque no le agradan las computadoras, admiraba la poesía, de César Vallejo de preferencia, medita, recuerda y siente. En medio de la glorificación, tan merecida, es necesario recuperar el verdadero sentido vital de tan esclarecida combatiente. No es frecuente encontrar personas de tan larga y rica trayectoria vital. Ella tuvo conciencia plena de una serie de acontecimientos importantes: la Revolución Alfarista en Ecuador, las grandes transformaciones mundiales del marxismo, la Revolución Cubana, la nicaragüense, la caída del muro de Berlín con todas sus consecuencias, también puede testimoniar las guerras imperialistas en Vietnam y Granada. Nela Martínez Espinoza, quien amó profundamente a su pueblo, quien entregó sus mejores esfuerzos a las luchas indígenas y campesinas y quien fundó y lideró importantes organizaciones de mujeres, se inmortalizó al dejarnos sustantivas enseñanzas a quienes soñamos con un mundo más justo y equitativo. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario