sábado, 20 de junio de 2015

Nosotros los idiotas

ENRIQUE AYALA MORA


Parece que éramos unos idiotas pero no nos habíamos dado cuenta hasta que la Presidenta de la Asamblea Nacional dijo que “está prohibido protestar en las calles. Eso que quede para la gente idiota y ociosa”. Ahora ya sabemos que somos idiotas porque creemos que ser de izquierda, ser progresistas, es protestar en las calles con los trabajadores, los jubilados, los indios, con la gente común, contra los atropellos y la corrupción. Somos idiotas porque hemos estudiado para obtener títulos académicos genuinos en vez de usar las influencias y la viveza criolla para que nos los den calladito, con la garantía de que serán registrados en un dos por tres y respaldados por el jefe de Estado si alguien se atreve a cuestionarlos. Somos idiotas porque en la vida política hemos militado en un solo partido sin deambular por varias agrupaciones hasta acomodarnos en aquella en que se puede trepar rápido sin otro esfuerzo que ser incondicionales al ‘capo’. Hemos participado en campañas sin usar la plata del Gobierno, poniendo delante el compromiso de nuestra propia persona, sin necesitar retratarnos abrazados del ‘padrino’ para que la gente vote por nosotros. Somos idiotas porque hemos sido legisladores que tomaron su trabajo en serio, porque presentamos proyectos de ley, fiscalizamos como era nuestro deber, nos opusimos a los tiranuelos autoritarios, en vez de hacer nada, pendientes de las cámaras de televisión repitiendo vaciedades y lugares comunes. Somos idiotas porque cuando nos tocó dirigir la Legislatura fuimos transparentes y austeros con los recursos del Estado, porque no hicimos contratos multimillonarios que nunca se aclaran, y no manejamos presupuestos 10 veces superiores para llenarnos de contratistas, guardaespaldas y paniaguados que piensan poco y solo aplauden. Somos idiotas porque defendemos la división de poderes y el equilibrio de las funciones del Estado, porque casi nos matan a balazos por enfrentarnos a la ‘Pichi’ Corte, en vez de declarar que en el Ecuador hay solo el poder del caudillo de turno. Somos idiotas porque tratamos de representar a nuestros electores, sobre todo a los de Imbabura, con responsabilidad y decoro, sabiendo que podremos regresar a la tierra y salir a la calle sin miedo, aunque no tengamos para repartir plata y favores a la sombra de un déspota que increpa públicamente a sus adláteres cuando les derrotan en las elecciones. Y sobre todo somos idiotas y además ociosos porque salimos de nuestras funciones sin aumentar nuestro patrimonio, cumpliendo a rajatabla eso de “poner de moda la honradez”, cuando pudimos hacernos de unas cuantas propiedades “legítimas”, ya que “después de esta no hay otra”. La sumisa presidenta de la oficina de aprobación de leyes del correísmo tiene razón. Los que no nos parecemos a ellasomos unos idiotas.
 eayala@elcomercio.org

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