PALESTINA, ENTRE LA JUSTICIA Y LA MUERTE
Después de un mes de exterminio en el que suman más de diez mil los palestinos
asesinados, de ellos cuatro mil son niños, Israel continúa con la masacre que viola el
derecho humanitario internacional.
En los setenta y cinco años de ocupación al que sometieron al pueblo palestino, nunca
la violencia tuvo tales dimensiones. El criminal gobierno de Benjamin Netanyahu
bombardea hospitales y escuelas, priva de agua, energía eléctrica y medicinas a civiles,
usa armas químicas ilegales como el fósforo blanco, desplaza forzosamente y ocupa
territorios ajenos e incluso amenaza con bombas atómicas y la ocupación indefinida de
la Franja de Gaza.
Lo que el nazismo hitleriano fue en la Segunda Guerra Mundial, hoy lo representa el
sionismo israelí. Con los mismos argumentos que condenaron a los judíos al
holocausto (racismo, supremacismo, el derecho divino, etc.) quieren legitimar la
bestialidad de un genocidio que podría convertir al Oriente Próximo en un polvorín
donde midan fuerzas todas las potencias imperialistas y se produzca un nuevo reparto
del mundo.
Es una pérdida de tiempo confiar en la diplomacia de las Naciones Unidas. El derecho
de veto que tienen los norteamericanos en el Consejo de Seguridad de la ONU le avala
al Estado israelí para continuar siendo el gendarme de los intereses gringos y apalancar
los futuros negocios de la reconstrucción, de la explotación petrolera y gasífera,
además del control del canal de Suez y el boicot a la nueva ruta comercial de la seda.
Detrás de las movilizaciones e iniciativas de solidaridad con Palestina no hay
antisemitismo -odio a los judíos- como sostiene Netanyahu y los altos personeros del
gobierno israelí. El uso de ese recurso propagandístico de victimización, a la par de
desarrollar una campaña islamofóbica, tiene el propósito de legitimar la masacre que
sufren los gazíes y lograr hegemonía en el campo de las ideas para una futura guerra
de civilizaciones entre el occidente demócrata y el oriente terrorista.
Los pueblos del mundo están horrorizados con el ultranacionalismo sionista, reclaman
paz y justicia. La comunidad internacional, cada país, debe imponer sanciones
inmediatas al Estado israelí; no hay margen para la neutralidad, la inacción debe ser
juzgada como complicidad pasiva con el genocidio.
Es urgente parar la irracionalidad inhumana. Es necesaria una Palestina libre.
Francisco Escandón Guevara
Email: fcoescandog@gmail.com
fescandonguevara@yahoo.com
Blog: fescandonguevara.wordpress.com
Twitter: @PanchoEscandon
Facebook: https://www.facebook.com/francisco.escandonguevara
No hay comentarios:
Publicar un comentario