martes, 7 de noviembre de 2023

 6 de Noviembre del 2023

LA INCREÍBLE HISTORIA DE UN CAPO COLOMBIANO QUE DESPUÉS DE SER CONDENADO EN EEUU HIZO NEGOCIOS EN ECUADOR

Fotografías de registros oficiales colombianos y El Tiempo de Colombia (hallado en el portal Alcarajo.org). Fotomontaje referencial: PlanV

 

El colombiano José Antonio Cabrera Sarmiento, considerado como uno de los primeros narcotraficantes de ese país, fue condenado en EEUU en la década de los 80. Salió de prisión y estuvo fuera del radar de la justicia. Hasta que reapareció en 2009 con mayores conexiones que incluían Europa y el puerto de Guayaquil como su centro para el envío de cargamentos de droga. Fue buscado por autoridades de Colombia, Europa y de Ecuador. Pero murió -aparentemente por causas naturales- antes de ser capturado.



 

“Sin la ‘w’ no se puede”, dijo José Antonio Cabrera Sarmiento a uno de sus aliados para el envío de un cargamento de droga desde el Puerto de Guayaquil. Eran principios de 2010 y autoridades colombianas y europeas seguían la pista a la organización criminal internacional que lideraba Cabrera, mejor conocido como Pepe Cabrera. Aunque vivía en Medellín, Pepe armó su red con más colombianos, ecuatorianos y holandeses, que estuvieron fuera del radar de la justicia hasta el 2009.

Por eso, la frase con la ‘w’ en clave quedó registrada en las interceptaciones que hicieron a Pepe y a su banda a partir de ese año. El hombre se refería a la página web que necesitaba para verificar la información de la empresa ecuatoriana que iba a utilizar para el envío de droga hacia Rotterdam, Holanda. Pero solo hasta ahora, más de una década después, se conoce que Ecuador se convirtió en una plataforma para su regreso al narcotráfico gracias al proyecto internacional NarcoFiles: el nuevo orden criminal, que lo lideró OCCRP y CLIP, del que fue parte Plan V.

Pepe no fue un personaje menor en ese negocio ilícito. Cabrera Sarmiento fue uno de los primeros narcotraficantes colombianos que fue extraditado a EEUU en la década de los años 80. Le impusieron una sentencia de 15 años que le fue rebajada después de que fuera uno de los delatores del dictador panameño Manuel Antonio Noriega, en 1991. Salió de prisión y nadie supo de él hasta que en 2009 apareció en un informe de las autoridades británicas en Colombia que alertaba de los pasos de Pepe y de su expansión al viejo continente a través del Puerto de Guayaquil.

Pero en 2010, Pepe y su banda tuvieron un revés. “La perra perdió los cinco perritos, estaban enfermos, los estaban esperando los veterinarios”, dijo René Iván Valdiviezo Yépez, alias Cónsul, un norteamericano con nacionalidad ecuatoriana, que fue el segundo a bordo de la organización de Pepe. Con ese mensaje en clave describió el decomiso de su cargamento de casi 500 kilos de cocaína en el puerto de Rotterdam.

ANTOQUIA Y EL VALLE DEL CAUCA, EN COLOMBIA; QUEVEDO, SANTO DOMINGO Y EL PUERTO DE GUAYAQUIL, EN ECUADOR; LOS PUERTOS DE HOLANDA, BÉLGICA E ITALIA, EN EUROPA. ESOS FUERON LOS CENTROS ESTRATÉGICOS DE LA RED DE PEPE CABRERA. 

Para esa operación, la banda transnacional usó piñas falsas donde camuflaron la droga, que las mezclaron con piñas ecuatorianas verdaderas. Para esos envíos usaban empresas exportadoras e importadoras de frutas. El banano es el principal producto en el que las organizaciones criminales esconden la droga para sus envíos al extranjero. En el caso de Ecuador, utilizaron el contenedor de una de las principales empresas exportadoras de piñas del país. Las piñas están entre los 10 primeros lugares de las mercancías más usadas para este negocio ilegal, según estadísticas de la Policía Antinarcóticos de Ecuador.

En su retorno al narcotráfico, el primer cargamento que fue incautado a la organización de Pepe Cabrera fueron piñas falsas con cocaína en su interior, en Holanda, en 2010. Foto: Registros de la Fiscalía de Colombia

El plan parecía marchar sin problemas. Según las intervenciones, aprovecharon el carnaval de 2010 porque la banda creía que durante las festividades los controles eran menos exhaustivos en el Puerto de Guayaquil. El contenedor salió el 8 de febrero de ese año hacia Holanda.

Una vez concretado el envío, Pepe intercambió información con sus contactos holandeses para coordinar el retiro de los contenedores. Pero en esa ocasión, el extraño color de las frutas despertó sospechas a su arribo al puerto europeo y el resultado, en la inspección, fue el hallazgo de la droga.

Pepe coordinaba sus operaciones por correo electrónico. Pero una vez que se enteraron de la incautación en Holanda, borraron los mensajes con el personal de las empresas que participaron. En Europa no fue posible rastrear la empresa importadora. En Ecuador, la exportadora de piñas sigue activa.

El escurridizo que murió sin ser capturado

Pepe nació en 1931 en Bogotá y murió en 2020, a sus 89 años, aparentemente por causas naturales en Envigado, un municipio cercano a Medellín, en el departamento de Antioquia, según los registros de su defunción y los archivos de la Registraduría de Colombia. Pero su vejez no fue tranquila. La Fiscalía del país vecino lo rastreó hasta 2014 -cuando se creyó desarticulada su red-, pero reactivó las investigaciones en 2019.

De ese año data la última fotografía del capo: lleva gafas que contrastan con su piel muy blanca, cabello canoso y luce bien vestido con una chaqueta blanca y una camisa a rayas. Quienes lo siguieron en esa época lo describieron como un hombre con acento paisa, voz grave, contextura delgada, de 1.80 metros de alto y con un favoritismo especial por los perros.

Otro rasgo importante era su dominio del inglés que fue el resultado de su larga residencia en EEUU. En la década de 1960 fue dueño de una empresa de análisis de sistemas de computadores en Nueva York en medio del auge de esa tecnología. Sus ingresos pudieron brindarle una vida de lujos, pero su ambición pudo más cuando se involucró en el narcotráfico una década después. En los años 70, inició lavando dinero de la venta de marihuana en Nueva York y después pasó a importarla directamente. Con las ganancias se compró un avión y más tarde toda una flota de aeronaves que las puso a disposición de Pablo Escobar, a quien conoció entre 1978 y 1979. Pepe fue una pieza clave del Cártel de Medellín para introducir en EEUU miles de kilos de cocaína. En 1980 fue arrestado, pero salió con libertad condicional y huyó a Colombia.

PEPE CABRERA FUE DELATOR DEL DICTADOR PANAMEÑO MANUEL ANTONIO NORIEGA, EN 1991, MIENTRAS CUMPLÍA UNA CONDENA EN EEUU. CABRERA SALIÓ DE PRISIÓN EN 1993. REAPARECIÓ EN 2009 CON UNA NUEVA ORGANIZACIÓN CON OPERACIONES DELICITIVAS EN ECUADOR. 

Estos detalles los contó el periodista colombiano Gerardo Reyes en su artículo Pepe Cabrera o las alas del cartel, en diario El Tiempo de Bogotá, en 1991. En ese año se desarrolló el juicio en EEUU contra el dictador panameño Manuel Antonio Noriega, donde Pepe fue su delator. Pepe estaba en prisión cuando Noriega se enfrentó al jurado. Había sido capturado en Colombia y extraditado a EEUU en 1985 con cargos por lavado de dinero y narcotráfico. Pero un año antes, en 1984, Noriega lo protegió en Panamá cuando en Colombia se intensificaron las búsquedas de los miembros del Cartel de Medellín tras el asesinato del ministro de Justicia del país vecino, Rodrigo Lara Bonilla.

Las crónicas periodísticas de la época aseguraban que Pepe recibiría una rebaja de su condena de 15 años por esa delación. Si lo consiguió o no es una pregunta que quedó sin respuesta porque los registros judiciales de esos años no estuvieron disponibles para esta investigación. Pero según la Oficina Federal de Prisiones de EEUU, dejó la cárcel en 1993. Después del juicio de Noriega, poco o nada se supo de Pepe hasta 2009. Para entonces, Ecuador había ingresado a su mapa.

Los golpes no lo afectaron

La banda de Pepe se recuperó rápidamente de la incautación de los 500 kilos de cocaína en las piñas falsas en Holanda provenientes de Ecuador. En dos semanas pusieron en marcha un nuevo plan para recuperarse de la primera pérdida. Pero esta vez el destino fue el puerto de Antwerp, en Bélgica. Usaron dos nuevas compañías para el envío de 250 kilos también en piñas. En Ecuador, contaminaron el contenedor de una empresa exportadora de Machala, que dejó de operar en 2022. Pero antes de salir del puerto, el cargamento fue decomisado. Hubo tres procesados ecuatorianos en este caso, pero ninguno terminó condenado.

Según las interceptaciones, detrás de cada cargamento ilícito había financistas que ponían el capital para el envío de la droga. Pepe y alias Cónsul eran dos de ellos. Cuando uno de los financistas tenía pagos pendientes, por ejemplo, por la logística y el contenedor había salido del puerto, la deuda era descontada en kilos de cocaína.

En 2013, una de las empresas que fue relacionada con la red de Pepe Cabrera hacía exportaciones de piñas y bananos hacia Europa. En esta imagen de 2014, la Policía halló en los contenedores de la misma empresa otro cargamento ilegal.

Estas sumas eran altas. Por ejemplo, en 2013, enviaron 557 kilos de cocaína al puerto de Trento, en Italia. La organización delictiva pagó 40.000 dólares en Ecuador para el despacho de la droga. Pero también fue decomisado el 20 de noviembre de 2013 en el puerto italiano. El operativo logró la captura de los socios europeos, que a su vez pertenecían a la mafia calabresa, la ‘Ndrangheta, según un despacho de la agencia EFE. En esa ocasión, contaminaron contenedores de una empresa ecuatoriana exportadora de banano, que un año después estuvo involucrada con otro cargamento ilícito. Esa compañía aún está activa.

De acuerdo con los registros judiciales, Pepe estaba pendiente de cada detalle de los envíos y se rodeó de personas bilingües -como él- con varias nacionalidades. Él, junto a alias Cónsul, viajaba a países cercanos a los puertos europeos para confirmar la entrega de la droga. Pero cuando perdía una mercancía ilegal en los operativos policiales, la organización movía sus contactos internacionales para recuperarla. Cuando esta resultaba del todo perdida, a cambio, sus contactos les ofrecían propiedades.

Pepe envió emisarios a Ecuador para conocer el lugar, por ejemplo, del empaque de las piñas con el estupefaciente y los envíos. Sus aliados pedían a sus contactos ecuatorianos que los lleven hasta los productores para ver las frutas, las cantidades que ingresan por caja, los colores, los brillos y hasta el grado de maduración. Esto con el objetivo de que, en el caso de las piñas falsas, puedan pasar por verdaderas.

El capo colombiano hizo de Santo Domingo y Quevedo sus lugares de acopio para la droga. Usó contenedores con todo tipo de producto alimenticio: papas, yucas, plátanos, verduras, peces, camarones, mariscos y frutas tropicales especialmente piñas y bananos.

Pese a los seguimientos y las incautaciones, la red de Pepe se mantuvo en contacto. Con el paso de los años, mantuvieron sus mensajes cifrados. Esto se confirmó en 2019 con nuevas interceptaciones. Quizá una denuncia contra Pepe fue el detonante para sus últimos seguimientos en la que se menciona que hombres armados llegaron a un predio en Antioquia para invadir esa propiedad. El documento registra el miedo de la persona denunciante hacia Pepe por sus antecedentes en el mundo del narcotráfico. Las pesquisas contra Pepe y su banda en Colombia se retomaron, pero en 2021 confirmaron su fallecimiento un año antes. Asimismo, en 2020 alias Cónsul fue asesinado en Cali.  A ambos, la muerte los alcanzó antes que la justicia.

En Ecuador, solo un empresario relacionado con esta red fue procesado, cuando la empresa exportadora de su propiedad estuvo involucrada con uno de los envíos de droga. Pero fue sobreseído, aunque la Fiscalía de Colombia compartió con su par ecuatoriana esta investigación. Con ese fallo, el empresario solicitó dar de baja su caso en el sistema judicial, un pedido que le fue negado.

Este artículo es parte de NarcoFiles: el nuevo orden criminal, una investigación periodística transnacional sobre el crimen organizado global, sus innovaciones, sus innumerables tentáculos y quienes los combaten. El proyecto, liderado por el Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) con el apoyo del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), se inició con una filtración de correos electrónicos de la Fiscalía General de La Nación de Colombia que fue compartida con Plan V y más de 40 medios de comunicación en todo el mundo. Los periodistas examinaron y corroboraron el material junto a cientos de documentos, bases de datos y entrevistas.

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