jueves, 9 de noviembre de 2023

 LA IMPRONTA DE ELIÉCER CÁRDENAS, PERVIVE EN EL TIEMPO: ¡LA BIENAL DE NARRATIVA YA TIENE GANADORES!

Por: Oscar Fernando Ojeda Guamán
De pronto, casi siete meses después, me encontré caminando, sin prisa, por las calles del Centro Histórico de Cuenca: fue el 20 de abril cuando en la Casa Provincial del Azuay se inauguró la Bienal Nacional de Narrativa “Eliécer Cárdenas Espinoza”, una forma de enaltecer el legado de tan insigne escritor, qué con sobra de méritos, tiene un sitial de honor en la élite de las letras hispanoamericanas.
Transité por la presidente Córdova, me detuve en aquella librería donde adquirí su última novela: Tres gaviotas en la piel, cuya trama central narra la historia del movimiento estudiantil Firmes y su injerencia en la vida política de una universidad pública del Ecuador. Maravillándome con su lectura, inferí que su línea ideológica: de izquierda marxista, la llevaba siempre tatuada, como una clara evocación política de la década del 70 del siglo anterior, ya que, en su mirar destellante afloraba la crítica a esa recalcitrante problemática social de su entorno, del país y la región.
Estuve en la calle Sucre, fui hacia la biblioteca que era suya -que la hizo nuestra-, ahí por mí mente deambuló los recuerdos de la última conversación en su oficina, acompañado de Galito Muñoz y, cuando repentinamente extrajo un libro de César Vallejo titulado: De Poemas en prosa, leyendo con voz calmada: No vive ya nadie... «El punto por donde pasó un hombre, ya no está solo. Únicamente está solo, de soledad humana, el lugar por donde ningún hombre ha pasado».
Conversación profunda, íntima, que siendo infidente comparto a breves rasgos: Las añoranzas del Cañar de antaño, su tierra natal. Sus primeros estudios en Honorato Vásquez, donde sus progenitores eran maestros. Las vacaciones de infancia en Chilchil. Los juegos interminables en los patios de la cárcel de Cañar o junto al árbol de peras, en la casa del eximio periodista Alfonso Arce; al parecer, en ese contexto afloró ese sentimiento humanista, que forjó la lucha social, como impronta de vida y, que se pudo percibir en sus espacios como columnista de varios medios impresos. Hasta su último anhelo expresado: Que la escuela de las Madres Dominicas, donde su mamá trabajó, sea un referente del arte y la cultura cañarense.
Luego, el traslado de su familia a Cuenca. Sus estudios en el emblemático colegio Borja y el discrimen soportado en una sociedad marcada por sus errados sesgos, en donde era prohibido “juntarse” con niños de condición distinta, aspecto que renegó y nunca aceptó; al contrario forjó leal amistad con tres compañeros que, sumada a su virtuosismo en la lectura de clásicos de Marx, Lenin, Mao Zedong, entre otros más, forjaron la base de su ideología. Pero, al vestirse de luto por la muerte del Che Guevara fue el detonante final para una suspensión escolar, con la reprimenda que debía de “pedir disculpas” si quería ser reintegrado. Al no aceptar esa condición, se vio precisado a concluir sus estudios secundarios, en el colegio nocturno Febres Cordero. También su presencia activa en la FESE, sus estudios universitarios en Quito o la detención en el penal García Moreno, por su posición contraria a la dictadura velasquista.
Y como vientos huracanados que arrecian la vida, luego de una intensa plática le acompañamos hasta la parada de bus en el parque de la UNE: Se despidió con una sonrisa, sin preocupaciones, franca y sincera; estreché la mano de un hombre leal, bueno, de mente lúcida, a quien confié un manuscrito de poemas para que me honre con la presentación. Quien pensaría que los hilos del destino, nunca más nos juntarían; Hoy, aunque su presencia física no esté, su amistad la conservo como algo muy preciado.
En lo personal, esa fue la motivación que transmití al Grupo Cultural El Vuelo del Cóndor para la creación musical de: KAYAKAMA CAÑAR RUNA (hasta mañana ser humano de Cañar), KAYAKAMA SINCHI RUNA (hasta mañana hombre valiente), himno emblema en el evento de inauguración de esa Bienal. En aquella ocasión hubo el compromiso, de parte de los directivos del Colectivo Casa Tomada que en el evento de premiación, se realice la presentación musical en vivo más la materialización del video alusivo a esa canción.
Como evento culmen, dentro de la Feria de Libro con el Conversatorio “Eliécer Cárdenas” y su ruta editorial” que desarrolla la Universidad Estatal de Cuenca los días 7, 8 y 9 de noviembre; de las 98 postulaciones de novela inédita se ha seleccionado la obra ganadora y la mención de honor, que serán premiadas el último día, de tan magno evento a partir de las 19HOO. Sin resentimientos, simplemente expresamos: no hubo un mensaje, ni una llamada invitándonos a participar, quizá la culpa de incumplir lo prometido: la presentación en vivo y el vídeo.
Las autoridades culturales y las administrativas, en lo provincia y el cantón Cañar, ni en vida, ni después de sus días le han sabido brindar el homenaje que Eliécer merecía. Nosotros seguimos insistiendo, ¡desistir jamás!, en este propósito; así como las lluvias tardan en impregnar el suelo de fertilidad, el año nuevo, con enero 2024 vendrá rebosante trayendo la memoria perenne de aquel hombre que se ausentó de la casa, haciéndose presente entre las páginas de sus libros y, todos nosotros volveremos a ser parte de él, estrechando su mano sin soltarla jamás…
Mientras tanto, hay la luz de una clara luna, para en coro entonar esta canción: Tinkunakama (Hasta volvernos a encontrar)…

No hay comentarios:

Publicar un comentario