miércoles, 7 de agosto de 2019

Nebot deja sin piso a la extrema derecha

   en Conexiones4P/Elenfoque  por 
Con un comunicado, publicado en su cuenta de Twitter, Jaime Nebot pateó ayer el tablero político. En su texto titulado “Las mujeres víctimas de violación y el aborto”, el líder socialcristiano dijo estar en desacuerdo con que “las mujeres víctimas de violación sean condenadas y encarceladas por haber decidido abortar”. Y dio cuatro razones por las cuales él cree que es “tremendamente injusto revictimizar y condenar a una mujer violada”: la violación, soportar generalmente la libertad del violador gracias a artimañas legales, la decisión de abortar “que es una pena en sí mismo” y la cárcel y la condena social.
En ellas, Nebot sintetiza el infierno que vive una mujer violada y, aunque está en contra del aborto, él encuentra que esta es la excepción. Es claro que es favorable al aborto en caso de violación. Y entiende que la posibilidad de que las mujeres aborten en la clandestinidad, exponiéndose a la muerte, convierte este tema en un problema social y de salud pública.
En términos conceptuales Nebot no hace nada extraordinario: sigue la línea básica de reflexión que impone un tema como este en la esfera pública. Nadie ignora, no obstante, que es un tema de difícil manejo político para el electorado que él comparte con Guillermo Lasso. De ahí la importancia de su posición que sorprendió, positivamente a muchos y en todos los sectores, como se puede comprobar en las redes sociales.
Nebot irrumpe en un debate que los fanáticos se niegan a analizar por fuera de sus dogmas religiosos. Y al hacerlo zanja políticamente el marco del debate que tiene dos prioridades fundamentales: la salud pública (no la disquisición teológica) y la vida de las mujeres que, tras una violación, decidan abortar. Nebot se anota puntos en un escenario en el cual nadie lo esperaba: marca su regreso político -tras su salida de la alcaldía de Guayaquil- y lo hace sin rodeos en un campo tan polémico como minado: prueba que está activo, dispuesto a pesar en la agenda política y a producir acciones que obliguen a los electores a replantear las ideas que tienen sobre su perfil. No hay duda de que es una movida pensada y calculada en el marco de la posible candidatura presidencial en la que está empeñado.
Nebot se mueve hacia el centro y, al hacerlo, genera una ruptura con el discurso de extrema derecha de ciertos grupos que, especialmente en Guayaquil, son particularmente virulentos ante temas como el aborto por violación y matrimonio igualitario. Recentrar el juego político ante ese electorado parecía necesario y urgente. A Nebot le permite ganar iniciativa política y contribuir a cortocircuitar los intentos, promovidos por grupos provida,  iglesias y pastores, de articular un discurso en el cual la política se pone al servicio de la religión. Como si Ecuador no fuera un Estado laico.
La posición de Nebot deja un balón en el campo de Guillermo Lasso. ¿Se distanciará definitivamente de esos sectores de extrema derecha que en su partido representan asambleístas como Héctor Yépez y Roberto Gómez? Lasso no comparte su fanatismo. Ha dicho no ser partidario de que las mujeres violadas vayan a la cárcel si abortan y se sabe que, en temas como este, promueve la libertad de conciencia entre sus asambleístas a la hora de votar. En lo personal ha establecido barreras entre sus convicciones religiosas y su actividad política e incluso declaró, en 2016, no querer ser “el rector de la moral de los ecuatorianos”. No obstante, no hay posiciones doctrinarias en CREO sobre estos temas y ese vacío (que también existe en el Partido Social Cristiano) ha dejado suponer a los intolerantes de extrema derecha que cuentan con su aval.
La postura de Nebot, que ilustra el paso mínimo de un responsable político frente al drama que puede vivir una mujer violada, contribuye a que el debate que se hace en la Asamblea vuelva al cauce de la política. Y que la extrema derecha y el correísmo (que a la postre son lo mismo), sigan haciendo causa común.
Foto: diario El Universo.

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