miércoles, 7 de agosto de 2019

LOS AMANTES DE CASABLANCA

Raúl Ortiz Patiño


Por: Raúl Ortiz Patiño
No se trata de una pareja de hinchas de Liga Deportiva Universitaria de Quito, en pleno romance en el emblemático estadio Casa Banca, “ubicado en la avenida John F. Kennedy y calle Gustavo Lemos, en el sector de Ponceano, al norte de la ciudad de Quito”. Tampoco se refiere a los protagonistas de la película clásica Casablanca; filme de drama y romance producida en 1942 y dirigida por Michael Curtiz, la cual “narra un drama romántico en la ciudad marroquí de Casablanca (…) protagonizada por Humphrey Bogart en el papel de Rick Blaine e Ingrid Bergman como Ilsa Lund”. El celuloide trata el “conflicto de Rick entre (…) el amor y la virtud: Rick deberá escoger entre su amada Ilsa o hacer lo correcto. Su dilema es ayudarla o no a escapar de Casablanca junto a su esposo, uno de los líderes de la resistencia, para que éste pueda continuar su lucha contra los nazis.”. (https://es.wikipedia.org/wiki/Casablanca(pel%C3%ADcula)).
De lo que se trata es un asunto nada edificante, pues huele peor que el mercado de mariscos Caraguay de Guayaquil cuando se le ha cortado el agua durante varios días. Sus protagonistas principales son singulares personajes de la “política farandulera” del Ecuador, usando un término del argot del programa en corto de Teleamazonas. Según denuncia presentada por la asambleísta por Azuay, Lourdes Cuesta a la Contraloría General del Estado (CGE) para que investigue el supuesto uso no oficial de dos aeronaves de la Policía Nacional, cuya nota fue publicada por Diario El Universo, “…el 03 o 04 de marzo de 2019 y luego en su respectivo retorno a la ciudad de Quito, la doctora María Paula Romo Rodríguez, ministra del Interior, en conjunto con el doctor Iván Granda Molina, secretario anticorrupción de la Presidencia de la República, junto a sus dos hijos menores de edad, así como otros familiares de la ministra Romo y dicho compañero sentimental habría hecho uso arbitrario del aeronave Beechecraft King Air y helicóptero Airbus B2, pertenecientes al Servicio Aeropolicial de la Policía Nacional del Ecuador, siendo trasladados por temas no oficiales, sino personales, desde la ciudad de Guayaquil a la ciudad de Salinas, provincia de Santa Elena; y posteriormente al cantón Atacames, provincia de Esmeraldas, específicamente para vacacionar en el Club Casa Blanca” (https://www.eluniverso.com/…/ivan-granda-admite-que-uso-aer…).
En una entrevista televisada realizada por Carlos Vera a Iván Granda, nada más ni nada menos “Secretario Nacional Anticorrupción”; este señor, sin un ápice de vergüenza, admitió, entre otras cosas, que “fuimos a un acto (…) ordenado por el Presidente. Mis hijos estaban el día sábado con nosotros, con María Paula y conmigo y viajamos de Quito a Salinas en el aeropolicial”. Muy suelto de huesos, el principal de la lucha anticorrupción del país (sic), al preguntársele porque viajaron de Guayaquil a Salinas y después a Esmeraldas en aeronaves del estado, dijo con acento raskolnikiano (Raskólnikov es el personaje central de la novela “crimen y castigo”, escrita por Dostoyevski, quien asesina a su prestamista y le echa la culpa por tener plata y ser avara); “porque teníamos planificado nuestro feriado en Atacames, en Casablanca”. Para colmo de la desfachatez, enfatizó que lo hicieron “…porque no tenemos plata, nosotros no somos Correa”, aclarando además, que se trasladan a estos viajes con tres agentes de seguridad; dos para María Paula (así como él la llama) y uno para él, “…por motivos de seguridad”. Y como para ponerle una cerecita en este pastel putrefacto, cuando el entrevistador le pregunta si “no hay un fondo del estado para eso”; el funcionario anticorrupción responde arquimedianamente exaltado (aludo a Arquímedes, filósofo griego que al encontrar la respuesta a un dilema sobre masa y volumen que estaba experimentando, salió desnudo de su bañera corriendo, al tiempo que gritaba eureka - lo conseguí-) no hay ningún fondo para eso Carlos”.
Si aplicamos el método Raskolnikiano-Grandiano a este inaudito caso de corrupción de alto vuelo; tanto por los cargos que ostentan los protagonistas; el uno que se presenta como paladín cuántico de la lucha anticorrupción y su pareja de viaje vacacional, la Ministra del Interior María Paula Romo, convendríamos en encontrar un solo culpable de este hecho: RAFAEL CORREA DELGADO; así con mayúsculas.
¡Rafael Correa es culpable por no haber decretado los feriados de sus ministros y funcionarios y dejar que ellos; con tantas cosas que tienen que hacer, se vean obligados a planificar también sus vacaciones!
¡Rafael Correa es culpable por no haber decretado que los feriados de sus ministros y funcionarios usen aeronaves del estado para sus vacaciones privadas!
¡Rafael Correa es culpable por disponer solo uno o dos agentes de seguridad para que acompañen a los feriados a sus ministros y funcionarios y no de un cuerpo de élite para que cuiden de sus hijos y concubinas y les hagan los mandados!
¡Rafael Correa es culpable por no haber dejado un “fondo del estado para eso”; se entiende las vacaciones de sus ministros y funcionarios, incluidos sus familiares y concubinas!
Y para colmo del disparate, ¡Rafael Correa es culpable porque los ministros y funcionarios de su sucesor no tienen plata porque no son como él…!
Ubicado finalmente el culpable intelectual de esta trama digna de un capítulo de la serie televsiva del Super Agente 86, de muy poco servirá informarles que el Club Casablanca está ubicado en Same, provincia de Esmeraldas y el costo de la habitación es de $67,00 por persona y noche (https://www.airbnb.com.ec/rooms/15234444…). No tiene sentido calcular los gastos en los que incurrirán dos ministros de estado, sus familiares y custodios en un feriado de vacaciones en Casablanca, porque no tienen plata, pues “…no son Correa”; y además Correa no dejó “…fondos para eso”. Ellos viajan en aeronaves del estado “porque no son Correa”. Lo hacen con sus familiares y consortes porque “no son Correa”. Llevan a sus agentes de seguridad a la playa porque “no son Correa”. Finalmente no les pasará nada precisamente porque “no son Correa”. Porque no tenemos en Ecuador un estado de derecho y una justicia independiente que protege la corrupción en nombre de la “lucha anticorrupción”.
Enhorabuena que no son como Correa. La chusma, la plebe, la “pipol”, no se mezcla con “aniñados cuánticos” que no comen en mercados, restaurantes en la vera del camino, comunidades indígenas, comunas montubias o cholas. Por eso jamás serán como Correa.
Lo más probable es que los “amantes de Casablanca” terminen como “los amantes de Sumpa”, “particular entierro de una pareja perteneciente a la cultura Las Vegas, de aproximadamente entre 5.000 y 6.000 años a. C, descubierto en un cementerio cercano a la población de Santa Elena”, cuyos cuerpos “…fueron sepultados cuidadosamente juntos. El hombre con su mano derecha sobre la cintura de la mujer y con la pierna derecha sobre la pelvis de ella.” (http://www.enciclopediadelecuador.com/…/los-amantes-de-sum…/).
Lo cierto es que los protagonistas de este affaire que indigna por el abuso y la chabacanería, ya han comenzado a descomponerse y su sola presencia apesta. Tengámoslo por seguro que en el 2021, cuando se renueven autoridades de elección popular en el país, emerjan como impolutos candidatos a cualquier cosa, por cualquier partido. Total ahora ya no interesa el partido sino la obligatoriedad que los conmina a estar juntos apoyándose de la cintura, la pelvis o la cartera. Para entonces serán cadáveres políticos. Sus candidaturas hederán como la Caraguay sin agua. Habrá que esperar que la memoria colectiva se fortalezca y que estos amantes indignos sean olvidados para siempre por la historia.
Guayaquil, 30 de julio de 2019

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