viernes, 12 de diciembre de 2014

Resistencia: contra el dogma como política pública

Años de lucha por el ENIPLA se ven anulados por el gobierno de Rafael Correa, contrario a la “ideología de género”. Viaje en el tiempo de 2014 al oscurantismo.
10 de diciembre del 2014

POR: Cristina Burneo Salazar



Es inaudito el retroceso que estamos viviendo en este momento en este país".
“Nuestro cuerpo es una dimensión fabulosa de nuestro ser y debemos respetarlo, valorarlo y amarlo”, Mónica Hernández. 

“Hacer ejercicio es muy saludable y ayuda al desarrollo personal”,Mónica Hernández.
“Si bien todos debemos conocernos y revisar todo nuestro cuerpo para prevenir enfermedades, para mantener el más adecuado nivel de higiene, hay partes del cuerpo humano y hay un léxico que debe ser manejado con más respeto precisamente porque se refiere a áreas del cuerpo humano muy íntimas”, Mónica Hernández.
“...médicos expertos de todo el mundo dicen que el mejor método para la prevención real (o sea, evitación (sic) de riesgo y no solo "disminución" de riesgo) es el ABC: Abstinence, Be Faithful y Condoms”, Mónica Hernández.

Sí. Estas frases provienen de un documento firmado por la flamante directora del ENIPLA, Estrategia Nacional Intersectorial de Planificación Familiar y Prevención del Embarazo Adolescente (aquí ampliamente analizada por Silvita Buendía). Su nombre es Mónica Hernández y desde ahora dirigirá al plan desde la Presidencia de la República. Se trata de una mujer que, en el año 2014, le dice a un país con escandalosos porcentajes de embarazo adolescente, violación a menores y muerte por aborto clandestino que hay que practicar la abstinencia, ser fiel y usar condones. Esto es, por decir lo menos, una ofensa impúdica contra toda la población. En el año 2014, Hernández propone la abstinencia sexual como política pública para contrarrestar el embarazo adolescente y las enfermedades de transmisión sexual, pero ni siquiera es capaz de escribir las palabras “pene” o “vagina”, “léxico que debe ser manejado con más respeto”. La política pública propuesta por esta funcionaria, además de ser intelectualmente pobre y realmente limitada en su visión, está sostenida por una profesión personal de fe en un Estado laico. ¿Qué hacemos con el “ser fiel” cuando hay menores violadas todos los días, cuando se registran en todas las provincias del país embarazos violentos desde los 11 años de edad? Esta política pública es una burla en un estado de emergencia como el que vivimos en cuanto a los derechos sexuales y reproductivos de toda la población. Es inaudito el retroceso que estamos viviendo en este momento en este país, tras décadas de luchas del feminismo y los movimientos sociales por impulsar la concienciación y la sensibilización en torno a lo sexual y lo reproductivo como derechos humanos básicos. En 1912, ciertas leyes de amparo a las mujeres eran menos coercitivas que en el 2014, y esto no es una exageración, es una derrota histórica para los derechos humanos.

Hernández no se detiene en su lectura timorata de la educación sexual. Cuando el cuaderno metodológico de ENIPLA menciona que el género es algo que se construye en lo social, que es en sociedad y a medida que crecemos como aprendemos a ser mujeres, personas sexualmente diversas, hombres (¿cómo aprendemos, sino?), ella adelanta un argumento, por decir lo menos, desesperado: el género es gramatical y se divide en masculino, femenino y neutro. Las personas, así mismo, terminarían siendo neutras si no se las concibe como masculinas o femeninas. Por eso, solo podemos ser personas íntegras a partir de lo que marcan nuestros genitales: hembra: mujer, heterosexual; varón: hombre, heterosexual. Las personas intersexuales, homosexuales, de sexualidad diversa en general, son para Hernández o una confusa excepción que no merece incluirse en las estadísticas poblacionales o seres “contranatura” (aquí,respuesta contundente de Ma. Fernanda Moscoso), término que aún utiliza, insisto, en el año 2014. Su miedo se acentúa frente a quienes no sean macho o hembra. Respecto del cuaderno, se alarma: “se deja abierto o se menciona frontalmente que la homosexualidad es algo natural -aunque defiendo tajantemente que nadie en el país, es decir, tampoco una persona de la diversidad GLBTI puede ser discriminada-.” Si pliega a la no discriminación, ¿cómo puede tachar a una persona de ser “contranatura”? ¿Qué es natura?

Los ejemplos de ineptitud para argumentar, deshonestidad intelectual y sesgo ultrarreligioso proliferan en el “análisis amplio” de Hernández, como ella llama a su repertorio de ignorancias bajo el argumento de que la Presidencia ha sido explícita en no permitir que la “ideología de género” permee las políticas públicas. Lo que ella llama “ideología de género” es la demonización de los feminismos y las luchas sociales por los derechos de las mujeres que el catolicismo fundamentalista ha creado para defender su dogma. En un Estado laico que se considera de izquierdas y apenas progresista, esto es inaceptable y extremadamente peligroso. El riesgo incluye: seguir teniendo una altísima tasa de embarazo adolescente; justificar la violación sexual y a sus perpetradores; exponer a la población de niñas y mujeres a abortos clandestinos de alto riesgo; promover la homofobia, una de las formas más violentas de ignorancia; controlar los cuerpos de las personas; pensar que la sociedad debe funcionar, a toda costa, desde el núcleo familiar constituido por un padre y una madre biológicos. Esta no es la sociedad contemporánea ni estos son sus problemas. Esta política religiosa entraña peligros reales, concretos y que tendrán un altísimo costo social. Me pregunto qué respuesta tienen frente a esto Carina Vance, Paola Pabón y el ala autodenominada feminista dentro del gobierno. Su reacción es imprescindible y urgente. Y nuestra reflexión y resistencia, igualmente necesarias.


La religión no puede intervenir en políticas públicas porque somos un Estado laico y la profesión de fe, cualquiera que esta fuera, es personal y debe empezar por respetar al resto. En un Estado laico del siglo XXI, oposiciones trasnochadas como ciencia y religión, ideología y moral, fe y razón, ya no pueden operar. Señora Hernández, su retraso de siglos está por hacerle un mal enorme a la población de este país. Le pedimos firmemente que renuncie.

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