ASÍ SE HIZO
“El editor prefería otra foto en la
que se tapaba la cara con las manos”
Steve McCurry, el fotógrafo de 'La niña afgana', mítica
portada de 'National Geographic', detalla la historia en torno a la instantánea
“Le hice entre 7 y 10 fotos, porque
se sentó solo durante un minuto. La elegí por sus ojos tan llamativos. Era
alumna en un colegio de un campo de refugiados afganos en Pakistán. Ya había
fotografiado a algunos de sus compañeros, así que no hubo que convencerla
mucho. La profesora les explicó lo que yo estaba haciendo allí. La niña era un
poco tímida; solo tenía 12 años. Creo que no entendía mucho de periodismo. Yo
solo era un hombre extraño que hablaba una lengua rara. Eran las once de una
mañana en noviembre; hacía frío. Yo llevaba un jersey. Cinco años antes, en un
viaje distinto, había ido solo, de freelance, y tuve que salir
de Pakistán con los negativos cosidos dentro de la chaqueta. Cuando volví en
1984 e hice esta foto fue con National Geographic. Envié el negativo por correo
a la revista y hoy lo tengo guardado en mi estudio. El editor de fotografía en
principio prefirió otra imagen en la que ella salía tapándose la cara con las
manos. Pero la que publicaron finalmente es mucho más fuerte.
No me imaginé que llegaría a la
portada de la revista. Solo intenté hacer un retrato interesante. Para hacer
fotos necesitas paciencia. He estado en Afganistán unas 30 veces. La primera,
cuando la guerra acababa de comenzar y EE UU apoyaba a los muyahidin, antes de
que empezaran a combatirlos. Los afganos siempre han sido muy amables conmigo.
Muchos de mis amigos de allí murieron o han terminado refugiados en otros
países. Encontramos a la niña 17 años después y averiguamos que se llama
Sharbat Gula. Hablamos con ella una vez al mes. Es viuda y tiene tres hijas. La
revista le compró una casa y pagará los estudios de ellas. Ese es su sueño”.
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