lunes, 22 de diciembre de 2014

Las conmociones mundiales








Por: Marco Robles López

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¿Todavía funciona la “simbiosis”?

Procede señalar que la República Popular China actualmente es la primera potencia mundial en economía y en cuanto a poderío militar ocupa el tercer lugar, después de EE UU y la Federación Rusa. China también es la primera acreedora de la gigantesca deuda internacional que tiene EE. UU., y millones de millones de dólares emitidos en papel moneda, no tienen el respaldo necesario. Sin embargo, hasta estos días el Imperialismo ha mantenido una especie de “simbiosis” con China, por cuanto es el más grande negociador del petróleo y las transacciones internacionales de compra-venta del mismo, todavía se hacen en los llamados “petrodólares”. En consecuencia, el gigante asiático compra gran parte del hidrocarburo que requiere para mantener su gigantesca industria, comercio marítimo, terrestre y aéreo,  agricultura, etc., en dicha moneda. Sin embargo parece que el reino de los petrodólares está llegando a su fin.

¿Cuáles son las razones para estos espectaculares cambios? En primer lugar, China cuenta con unos ¡cuatro billones de dólares en divisas confiables (en reservas)!, por lo que posee algo más que el imperialismo estadounidense. Cabe agregar que la economía China ha crecido sin mayores sobresaltos, mientras EE UU todavía no logra dejar atrás la crisis de 2008, cuyas conmociones y miedos no han podido ser superados. En tercer lugar, EE. UU., ya intentó excluir a China de la zona del Pacífico, pero resultó que el imperialismo fue arrebatado del papel de controlador del comercio internacional por el gigante asiático. En la cumbre de la APEC (Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico), que se realizó en días pasados, la iniciativa de EE UU prácticamente quedó en letra muerte y el mundo asiste, no solamente a la consolidación del poder de China y Rusia, sino también de Asia, con la presencia de 21 países de aquella región. El sucesor de G. W. Bush, llegó para tratar de cambiar las cosas e impulsar la Alianza Transpacífica, pero no se coronó su iniciativa con el éxito y tendrá que volver los ojos a sus obedientes socios europeos, que tampoco se encuentran en su mejor momento;  si fue positivo el acuerdo China – EE UU, que aprobó un plan para reducir las emisiones de carbono.


En cuarto lugar, el nefasto negocio de las guerras –fundamentado en la venta de armas y conquistas de zonas con ricos recursos naturales-, ha demostrado, a partir de la invasión y destrucción de los Estados y países de Irak, Afganistán, Libia y parcialmente de Siria y Ucrania, que esas guerras ya no son el mejor remedio para los problemas de decadencia, gradual pérdida de credibilidad e influencia de la que gozaba la otrora todopoderosa súper potencia, si exceptuamos la sumisión que todavía revelan los socios menores de Europa -las potencias que forman parte de la OTAN-, o Estados árabes de estructuras jurídico-políticas medievales, como Arabia Saudita, , ciertos emiratos, Japón, que no logra superar su fatal síndrome de Estocolmo,  o el agresivo Estado sionista, con relación a EE UU.


Un gran acuerdo de China-Rusia, que provoca temblores al otro lado del Pacífico, significa los 38 mil millones de m3 de gas que la Federación Rusa venderá a Pekín por treinta años y la posibilidad de nuevos negocios en ¡yuanes y rublos!, que podrían reducir todavía más la hegemonía del maltrecho dólar. El mismo efecto “escalofríos” suscita el acuerdo China-Alemania para que los euros sean directamente convertibles a yuanes, sin necesidad de conversión en dólares. Igualmente China ha firmado acuerdos con Hong Kong, Taipéi, Singapur, Seúl, París y Londres.


Lo dicho con relación a esos países que tuvieron la desgracia de caer bajo la implacable férula del “gran hermano”, es muy elocuente: el imperialismo estadounidense hasta antes de la invasión a Irak (¡merced a una mentira infame del gobierno de G. W. Bush y sus secuaces!, no lo olvidemos), producía por concepto de explotación de petróleo aprox. 2,8 millones de barriles diarios; luego de la invasión la producción alcanza los 3,6 millones de barriles/día; sin embargo, Irak, el país invadido y saqueado, se encuentra peor que en tiempos de Saddam Hussein, la pobreza es extrema en amplios sectores de la población, la violencia y el terrorismo incontenibles, los drones del imperialismo han matado indistintamente a ciudadanos pacíficos y a terroristas, así que podemos hablar de Irak, como de un Estado fallido, igual que el de México, aunque este por otras causas. En su orden los millones y millones de dólares que ingresan a las arcas de las transnacionales, gigantescas empresas bancarias y complejo militar-industrial, por los pingües negocios del petróleo, no benefician al desdichado pueblo iraquí, y ¡tampoco al pueblo del Estado invasor! 


USA: ¡Ganaron los que más dinero aportaron!

Una condición determinante para esos cambios radicales que auguran años otoñales para EE UU, radica en que ese régimen bipartidista que representa lo mismo, es decir el gobierno de las oligarquías y transnacionales, se encuentra fatigado y Obama se hizo presente en esa cumbre que tenía como protagonistas a Xi Yiping y Vladímir Putin, bastante debilitado, políticamente hablando, por el severo golpe que recibió en las elecciones intermedias. Perder la mayoría de representantes en el Senado y en la Cámara, no es poca cosa. ¿Y cuáles son las causas para semejante descalabro? La política inconsecuente y sumamente sinuosa de Barack Obama:  como todos los servidores del sistema, sean “demócratas” o “republicanos”, una vez que llegó a la presidencia, se olvidó de sus principales promesas: la retirada de Irak y Afganistán, el cierre de ese campo de concentración en Guantánamo, que constituye una verdadera vergüenza para el imperialismo, una política humanitaria para los migrantes, una auténtica redistribución de la riqueza, mejores políticas salariales, médicas, protección a las personas más vulnerables en una sociedad de grandes inequidades, violencias insensatas y ventas incontrolables de armas; un efectivo combate a la violencia en el interior de su país, menos agresividad a nivel internacional, menos espionajes a los gobiernos, amigos o no de la súper potencia; en resumen, menos políticas de gendarme allende sus fronteras. Obama perdió una oportunidad única y pasará a la historia como uno más de los eslabones del stablishment, del complejo militar-industrial, del poder de la bancocracia, de las todopoderosas oligarquías, del lobby judío, esa camarilla negociadora de pocos escrúpulos y sumamente influyente en las altas instancias del poder político-económico, a favor de los magnates judíos y del “caballo de Troya” norteamericano en Oriente Próximo, que son las que verdaderamente gobiernan el imperialismo. Las elecciones intermedias resultaron una charada: de aprox. 10.000 millones de dólares que se invirtieron en la campaña electoral, ¡seis mil millones correspondieron a los republicanos!, que son los más conservadores y aún extremistas, como ese senador John McCain, un millonario de pocas luces, quien en lugar de aportar con alguna reflexión a la solución de los álgidos problemas de la súper potencia, pasaba el tiempo ¡jugando al póquer en su celular!;  y un poco más de dos mil millones los demócratas, algo menos conservadores, pero igual de ligados por el cordón umbilical del gran capital al sistema neoliberal y conservador. Por manera que quienes ganaron las elecciones fueron los que más millones de devaluados dólares aportaron (¡un 70 el electorado no participó en el proceso!), y el partido republicano se llevó la tómbola y va camino al poder total: ya tienen en sus manos el poder judicial, la cámara de representantes, la cámara de senadores, cuentan con las más poderosas corporaciones mediáticas, expertas en el “lavado de cerebros” de una ciudadanía muy vulnerable a estas prácticas. Únicamente les queda por lograr el poder ejecutivo y querrán hacer de las suyas, tanto internamente como internacionalmente; en este último caso la artillería pesada se apuntará especialmente contra Cuba, Venezuela, Argentina, Brasil, quizá Chile, Uruguay, Bolivia, Ecuador. Sus pueblos y gobiernos tienen que subir el nivel de alerta.

Y en el arrogantemente llamado “traspatio”, la pérdida de confianza e influencia que sufre EE UU respecto de países como Brasil, Argentina, Venezuela, Bolivia y otros, es más que evidente, problema que obedece a políticas sumamente inconsecuentes de la súper potencia, como el mantenimiento de esa cárcel que recuerda los campos de concentración de la Alemania nazi, en Guantánamo, territorio cubano, el infame bloqueo a Cuba, desde hace medio siglo, pese a los ¡188 votos! en el seno de la Asamblea General de la ONU a favor del fin de dicho bloqueo (¡los únicos que votaron en contra fueron el propio imperialismo y su “caballo de Troya”, Israel!), el escandaloso espionaje a Brasil, no solamente en el campo de la política, sino de la ciencia y la técnica, que terminó deteriorando las relaciones con el gigante latinoamericano, o la política de auténticos corsarios de los llamados “fondos buitre”, ¡impulsada por el poder judicial, en manos de los republicanos, y en resumidas cuentas por el Estado imperialista, en contra de la hermana nación Argentina!, mientras China y la Federación Rusa, demostrando una inteligente diplomacia, han acordado su apoyo a estos países. Por esta razón, se aprecia un acercamiento, tanto de naciones como de Estados latinoamericanos y caribeños al gran bloque del BRICS, a Rusia y China, en especial, considerados socios más leales y consecuentes. Por ejemplo, es altamente significativo el hecho de que China ha resuelto apoyar con 50.000 MILLONES de dólares  -el 50 e las acciones-, a la creación del llamado Banco de Préstamos, en el que aportarán la mayoría de los  países del APEC, primordialmente para impulsar la infraestructura de naciones en desarrollo. Los expertos consideran que la creación de esta entidad bancaria constituye una jugada maestra de China para involucrar en el proyecto a naciones en desarrollo. Pero este gigantesco proyecto comprende otro plan maestro: la desdolarización a escala mundial, que ya tiene impulsores poderosos, como Brasil, Rusia y la propia China, tanto que Sudán, Angola e Irán ¡venderán petróleo a China ya no en petrodólares sino en petroyuanes!


Así que a futuro  no funcionará, a toda máquina, esa “simbiosis” China-EE UU. En todo caso los pueblos y naciones, podrían asistir a la defunción y sepelio de los petrodólares y al nacimiento del “petroyuan”, la criatura que ya se encuentra en su claustro materno; el nacimiento es cuestión de poco tiempo.


Brasil, Bolivia y Uruguay ratifican el cambio.

Las elecciones, sobre todo en Brasil, fueron una prueba de fuego para el nuevo rumbo que han decidido algunos países de Latinoamérica y el Caribe. Los imperios mediáticos, internacionales y del propio Brasil, al servicio del gran capital y que añoran el reino del neoliberalismo, atacaron a fondo la candidatura de la presidenta que triunfó, apretadamente, en su campaña por la reelección, tuvo que superar los enormes obstáculos que le pusieron en el camino y algunos preocupantes errores que tendrá que superar su organización partidista y el propio gobierno, si no quiere que la derecha neoliberal vuelva a sus andadas. El candidato Aecio Neves, que representaba ese pasado neoliberal injusto y depredador, estuvo sumamente agresivo: le acusó a Rousseff de haber incurrido en actos de corrupción; la prensa “libre”, que tiene como nodriza a un vejestorio feroz, la tristemente célebre SIP, no ahorró ofensas ni estratagemas, a tal punto que incluso la víspera y la mañana del día de elecciones difundía acusaciones malévolas, hacía propaganda contra Rousseff, atropellando toda norma establecida para dicho proceso. Sin embargo A. Neves perdió y tuvo que aceptar el fiasco. En estas condiciones, Brasil podrá continuar como una de las potencias emergentes que impulse vigorosamente el BRICS y el nuevo rumbo: un mundo que ya se orienta hacia la multipolaridad, abandonando la política unipolar con el implacable componente ideológico-político del conservadorismo y económico del neoliberalismo, que tantas desdichas ha causado a pueblos y naciones, que ha desencadenado guerras de rapiña y el desmoronamiento o inclusive la extinción de varios estados-naciones, no solamente en Asia, África o Latinoamérica, sino incluso en la misma Europa.

En Bolivia la situación fue muy diferente: el presidente Evo Morales no requirió de segunda vuelta para triunfar, porque contó con el respaldo de poco más del ¡60 e los votantes! ¿Cómo explicar este cambio de mentalidad y conducta del pueblo boliviano? En virtud de que Evo Morales no ha sido una simple garganta de ofrecimientos sino que sabe cumplir sus ofertas: tan pronto como triunfó en las primeras elecciones, decretó una disminución del salario de altos burócratas, y sobre todo comenzó con el ejemplo en casa: disminuyó sus emolumentos y de los miembros de su gabinete. ¡Qué ejemplo para los burócratas voraces que solamente piensan en sus faltriqueras! En un asunto sumamente sensible, el de los hidrocarburos, restauró y verdaderamente instituyó -si se nos permite la aplicación de este término para el caso que tratamos- la soberanía de la nación y el pueblo bolivianos sobre los recursos naturales, los hidrocarburos, en primer lugar, porque si en el gobierno de Sánchez de Losada, las “pirañas” (compañías extranjeras) se llevaban el ¡82 e las ganancias! y le dejaban al Estado un mísero 18desde esa fecha cambió la situación para bien del país: 62ara el Estado y 38ara las compañías. Esa restauración tuvo su realización hace ocho años e impactó admirablemente a nivel internacional, aunque las corporaciones mediáticas, como ya es costumbre, no han dicho ni pío sobre esta política soberana y digna. 

El asunto de la coca, un arbusto cuyas hojas utilizan los pueblos nativos para contrarrestar el cansancio y con otros fines, significó otro avance espectacular en el camino de la soberanía y el decoro, sobre todo si consideramos también la importancia simbólica que tiene esta planta para el pueblo boliviano: sin aspavientos, el gobierno suspendió las actividades de la “Drug Enforcement Administration, más conocida por las siglas DEA, acostumbrada a dar las órdenes con relación al uso de esta planta. Eso tuvo, además, un mensaje adicional: la medida entrañaba una respuesta firme del gobierno soberano a la insolencia del embajador estadounidense, quien en un pasado próximo calificó a los cocaleros como los ¡“talibanes de los Andes”! (Cf. Yvon Le Bot. La Gran Revuelta Indígena, OCÉANO. Universidad Iberoamericana de Puebla, México, 2013, pp. 113 y ss.)

Uruguay ha tenido por presidente a un ex guerrillero, José Mujica, quien sufrió las torturas de regímenes ultra reaccionarios, pero no se doblegó, menos se amargó y de las mazmorras, llegó al poder, como Dilma Rousseff, como Michelle Bachelet. Estas experiencias no solamente que han brindado firmeza moral a las personalidades mencionadas, sino que han dotado –a su intelecto, a su concepción teórica del mundo y de la sociedad, a su comportamiento- de un genuino humanismo. Por eso a Mujica le conocemos como un presidente alejado del vacuo mundanal, del oropel, los lujos, las banalidades: vive en una modesta casa, maneja su propio vehículo, que ya no es nuevo, percibe un sueldo modesto, no pierde el buen ánimo que le acompaña y se preocupa de los pobres. Su sucesor, Tabaré Vázquez, quien ya fue presidente por el Frente Amplio e hizo bien las cosas, tiene todas las posibilidades de triunfar, porque en el primer balotaje superó con un amplio margen de diferencia a su opositor Lacalle, que simboliza la vieja derecha, ansiosa y desesperada por  reconquistar el poder.           


México, ¿un narco-Estado?


¿Por qué la desgracia se abate sobre el hermano pueblo mexicano? ¿Cuáles son las causas que han provocado que en este país se haya desatado una violencia inusitada, que sus víctimas se  aproximen a las ¡50.000 personas!; que el narcotráfico se haya convertido en un poder inexpugnable y controle algunos territorios de la nación; que los sicarios y matones siembren el terror en la población; que se secuestre a 43 jóvenes normalistas, probablemente torturados y asesinados brutalmente, y el gobierno de Enrique Peña Nieto revele una increíble incapacidad e indolencia para encontrar a los desaparecidos y castigar a los autores de ese horrendo crimen? ¿Por qué México, con grandes recursos naturales, dueño de notables reservas hidrocarburíferas, de tierras aptas para el agro, poseedor de una gran riqueza ictiológica, sin embargo exhibe el triste récord del 60 e su población que vive en pobreza y extrema pobreza? ¿Por qué ciertos Estados se encuentran controlados por cárteles del narcotráfico y no sucede prácticamente nada? ¿Quiénes les dotan de armas poderosas a los mafiosos?

Desde tiempos de Carlos Salinas de Gortaire se destaparon los problemas éticos, políticos y económicos. La sociedad se partió en dos: un grupo de privilegiados millonarios y multimillonarios, fieles a las políticas de EE UU, a su modelo neoliberal, y una gran masa de pobres y muy pobres, abandonada a su suerte; se firmó el TLC con EE UU y el Canadá y las desgracias económico-sociales se multiplicaron y se tornaron incontrolables, se incrementó la pobreza, la desocupación, el agro fue en gran parte abandonado, porque el acuerdo con el imperialismo permitía la introducción de maíz transgénico que provenía de  EE UU y Monsanto empezó a hacer de las suyas; se privatizó el petróleo, para dicha de los magnates de USA y México. Además, sucedió algo sumamente grave: México se convirtió en el paraíso del narcotráfico y de los cárteles, que con total impunidad secuestran y asesinan a quienes se revelan un estorbo y una amenaza para su tenebroso negocio. Las armas de gran poder con las que cuentan los mafiosos provienen de EE UU, fruto de un siniestro negocio. En esta triste situación, política y económicamente México depende del imperialismo, a quien de ninguna manera le interesa que un candidato digno e independiente de las políticas norteamericanas, llegue al poder. Por esta razón Manuel López Obrador no pudo ser presidente. Todas las fuerzas aferradas a un pasado oprobioso y de vergüenza, se confabularon para cerrarle el paso: el todopoderoso vecino del norte, sigilosamente dictaba las instrucciones clave; los grupos oligárquicos del mismo México, aportaban generosamente para que triunfe el joven y simpático Peña Nieto; los grandes medios de comunicación –a la cabeza con el imperio del Sr. Carlos Slim, se ha dicho más de una vez-, hicieron una agresiva campaña que permitió que dicho candidato llegue al poder. Se trata de un político con una muy precaria formación, de modestos recursos intelectuales, mucho más apto para actuar en esos culebrones o novelas rosa, antes que en los laberintos de la política, quien, como elocuente demostración de su “sapiencia”, ¡no pudo dar tres nombres de sus autores literarios preferidos!, cuando un periodista le preguntó al respecto, y afectado por esa inopia de saberes, se salió del apuro indicando que uno de los libros que supuestamente había leído, es la Biblia.


En fin, ese crimen demencial contra los jóvenes normalistas ha sido un estacazo al cerebro y al corazón de México, un golpe atroz contra su pueblo, contra la democracia, contra los abatidos padres, madres, esposas e hijos de los desaparecidos y asesinados de AYOTZINAPA. ¿Qué presidente tiene México? Una vergüenza mundial, gritó indignado el estudiante Carlos Rojas; ¿Qué representa actualmente el Estado de esa querida nación? Un narco-estado, culpable de la desaparición, torturas  y asesinatos de esos 43 jóvenes normalistas. Un enorme descrédito, irreparable, para las autoridades en México por el trabajo chapucero que han hecho con relación a las investigaciones sobre los desaparecidos. La nación clama justicia, pero es muy difícil que triunfe la misma porque el poder se encuentra en manos de políticos irresponsables, abúlicos e insensibles ante el dolor y la tragedia de sus compatriotas y por cuanto en varios Estados de la nación, comparten ese poder con los jefes de los cárteles de la mafia, del narcotráfico, del crimen organizado, responsable en estos dos años de gobierno de Enrique Peña Nieto, de poco más de 50.000 asesinatos. Toda esta atrocidad, con la disimulada aquiescencia del “campeón” de la democracia, del “gran hermano”, que de reojo mira a su desdichado vecino, revela una gran benevolencia y consentimiento, mientras las corporaciones mediáticas hacen mutis por el foro. Es que el México del consentido del imperialismo Peña Nieto, de las privatizaciones, del reino del neoliberalismo y el TLC, de los todopoderosos cárteles del narcotráfico, de los crímenes impunes de los mafiosos, ¡de esas organizaciones defensoras de los derechos humanos que parece que se han esfumado!, no es esa Cuba del medio siglo de cruel bloqueo, ni esa Venezuela que tuvo la “temeridad” de nacionalizar el petróleo, ni esa Argentina que se defiende de los arteros ataques relacionados con los “fondos buitres”, ni ese gigante Brasil, sometido a desvergonzados espionajes por las agencias del Tío Sam. Estos países, sí son réprobos del imperialismo, están en su lista negra… 

Fin del muro de Berlín.

Unas pocas palabras para terminar: se cumplieron 25 años de vigencia del muro de Berlín en noviembre 9 de este año y su caída se creyó que significaba el fin de la guerra fría, la vigencia de la paz, de una convivencia realmente civilizada entre pueblos y naciones, pero ya vemos que no es así. Sigue esa guerra, no necesariamente “fría”, sino “caliente”, por los conflictos regionales que desatan EE UU y los países de la OTAN, en virtud de que quieren continuar con la política de neocolonialismo, de apropiación de recursos naturales de países vulnerables. Por eso se crean conflictos como en Ucrania, continúa la ocupación de Irak y Afganistán; por ello destruyeron el Estado de Libia y pretenden liquidar, con mano ajena –los mercenarios extremistas generosamente pagados y armados por EE UU-, a Siria, golpear a Irán, desprestigiar a Rusia, presentándola como un renovado “imperio del mal”, marginar al grupo del BRICS. 


Por lo demás, todavía existen muros, reales o “virtuales”, que separan a los pueblos, como el que se encuentra entre México y EE UU, como el que aísla al martirizado pueblo palestino, que hace poco fue víctima de una de las más horribles masacres. 

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