OBSERVACIONES AL ALCANCE DEL EIA BLOQUE 43
3. LA OPERACIÓN EN ÁREAS SENSIBLES: ACUIFEROS Y HUMEDALES (EL PROBLEMA
DEL TENDIDO DE LINEAS DE FLUJO)
Publicado en OBSERVACIONES AL ALCANCE
DEL EIA BLOQUE 43
Una de las condiciones que tornan sensible la
operación en la zona del Bloque ITT, dentro del Parque Nacional Yasuní, es la
gran cantidad de mantos freáticos, acuíferos y zonas de humedal que atraviesan
el territorio de la zona este del Parque.
En este sentido, las operaciones hidrocarburíferas
en la zona y los impactos correlativos que podrían presentarse con ella,
tienden a ser críticos en aquellas zonas de bosques inundables, zonas
pantanosas y de humedal, debido a la alta sensibilidad que presentan estas
áreas en casos de derrames, corrosión y roturas de tuberías. La presencia de
cualquiera de los eventos citados en estas áreas, supondría un riesgo mayor
debido a la capacidad de expansión que registran los contaminantes en cuerpos
de agua extensos. De allí que resulta central conocer la técnica aplicada para
el tendido de líneas de flujo (tuberías) en las zonas que atraviesan cuerpos de
agua o zonas inundables del Yasuní.
En este sentido, las
especificaciones técnicas que acompañan el diseño de líneas de flujo en el área
de operación, no permiten valorar con suficiente precisión las posibilidades de
ocurrencia de un derrame, y tampoco señalan con claridad los procedimientos
técnicos para enterrar las tuberías en zonas pantanosas, áreas inundables y cuerpos
de agua (esteros y ríos) que atraviesen el tendido de la tubería.
La ausencia de tales especificaciones, impiden determinar de manera
técnica el grado de reducción del riesgo de accidentes tales como derrames o
roturas de la tubería; no se aclara en ningún apartado cuáles serían los
procedimientos técnicos para construir el revestimiento de las tuberías; de la
misma manera, cuando señalan la intersección de la línea de flujo con cuerpos
de agua o zonas inundables, se limitan a indicar que se realizará el tendido en “zonas
altas evitando dentro de lo posible el
cruce de pantanos…” (p.126). No obstante, en la página 111 se advierte
que el cruce de ríos y pantanos “será
de corte abierto y luego tapado. Una tolerancia de tres metros
se mantendrá entre el fondo del lecho y el tope del tubo” (111).
Tal aseveración supone que la tubería iría enterrada en los cruces de
zonas de humedal y ríos. Si no se especifican los procedimientos de
construcción, las posibilidades de calcular la probabilidad de ocurrencia de derrames
se torna incierta debido a que el tendido y posterior enterrado de tubería
incrementa las posibilidades de que la tubería, sin la adecuada sedimentación y
compactación en los lechos rivereños, pudiera presentar movimientos y
deformaciones que podrían acarrear roturas y derrames, al interior del curso de
ríos, esteros y zonas de humedal. Tales problemas han sido vistos regularmente
en operaciones de similar envergadura, en el Departamento peruano de Loreto,
donde la compañía PetroPerú enfrenta constantes derrames debido a la decisión
de tender la tubería en zonas de humedales y cruces de aguas. En junio del año
en curso, la tubería presentó problemas derivados de su falta de compactación
generando el derrame de Cunico, donde la tubería atraviesa cuerpos de agua pese
a que esto se encuentra en contradicción
con las normativas y leyes de ese país que prohíben pasar tuberías enterradas
por debajo de los cuerpos hídricos. (Vid Nota al pie).[1] Incluso
en un país de la comunidad andina como Perú, las normativas y estándares ambientales
prohíben las prácticas que Petroamazonas presenta sin la menor descripción
técnica como normas y altos estándares de construcción.
El diseño del proyecto señala que existirán válvulas de cierre mecánico
a cada lado de las tuberías cuando se atraviesen cuerpos acuosos, pero no
detalla la distancia existente entre una y otra vávula de cierre, tornando
incierta la cantidad de barriles de crudo que podrían derramarse en un caso de
contingencia.
No menos importante, resulta señalar que la información generada es a
todas luces insuficiente, pues no existe
en la línea de base, una descripción de los recursos hídricos y acuíferos
existentes en la zona. No se cuenta en el EIA con
información precisa que permita dar cuenta, de manera científica, de la cantidad
y calidad de los cuerpos de agua dispuestos en la zona del proyecto. Esta grave
ausencia, impide determinar el real grado de afectación que podrían tener los
mantos freáticos, cuerpos de agua (ríos, esteros, pantanales) que abundan en la
región.
No hay comentarios:
Publicar un comentario