jueves, 11 de diciembre de 2014

OBSERVACIONES AL ALCANCE DEL EIA BLOQUE 43
3. LA OPERACIÓN EN ÁREAS SENSIBLES: ACUIFEROS Y HUMEDALES (EL PROBLEMA DEL TENDIDO DE LINEAS DE FLUJO)
Publicado en OBSERVACIONES AL ALCANCE DEL EIA BLOQUE 43

Una de las condiciones que tornan sensible la operación en la zona del Bloque ITT, dentro del Parque Nacional Yasuní, es la gran cantidad de mantos freáticos, acuíferos y zonas de humedal que atraviesan el territorio de la zona este del Parque.
En este sentido, las operaciones hidrocarburíferas en la zona y los impactos correlativos que podrían presentarse con ella, tienden a ser críticos en aquellas zonas de bosques inundables, zonas pantanosas y de humedal, debido a la alta sensibilidad que presentan estas áreas en casos de derrames, corrosión y roturas de tuberías. La presencia de cualquiera de los eventos citados en estas áreas, supondría un riesgo mayor debido a la capacidad de expansión que registran los contaminantes en cuerpos de agua extensos. De allí que resulta central conocer la técnica aplicada para el tendido de líneas de flujo (tuberías) en las zonas que atraviesan cuerpos de agua o zonas inundables del Yasuní.

En este sentido, las especificaciones técnicas que acompañan el diseño de líneas de flujo en el área de operación, no permiten valorar con suficiente precisión las posibilidades de ocurrencia de un derrame, y tampoco señalan con claridad los procedimientos técnicos para enterrar las tuberías en zonas pantanosas, áreas inundables y cuerpos de agua (esteros y ríos) que atraviesen el tendido de la tubería.
La ausencia de tales especificaciones, impiden determinar de manera técnica el grado de reducción del riesgo de accidentes tales como derrames o roturas de la tubería; no se aclara en ningún apartado cuáles serían los procedimientos técnicos para construir el revestimiento de las tuberías; de la misma manera, cuando señalan la intersección de la línea de flujo con cuerpos de agua o zonas inundables, se limitan a indicar que se realizará el tendido en “zonas altas evitando dentro de lo posible el cruce de pantanos…” (p.126). No obstante, en la página 111 se advierte que el cruce de ríos y pantanos será de corte abierto y luego tapado. Una tolerancia de tres metros se mantendrá entre el fondo del lecho y el tope del tubo” (111).
Tal aseveración supone que la tubería iría enterrada en los cruces de zonas de humedal y ríos. Si no se especifican los procedimientos de construcción, las posibilidades de calcular la probabilidad de ocurrencia de derrames se torna incierta debido a que el tendido y posterior enterrado de tubería incrementa las posibilidades de que la tubería, sin la adecuada sedimentación y compactación en los lechos rivereños, pudiera presentar movimientos y deformaciones que podrían acarrear roturas y derrames, al interior del curso de ríos, esteros y zonas de humedal. Tales problemas han sido vistos regularmente en operaciones de similar envergadura, en el Departamento peruano de Loreto, donde la compañía PetroPerú enfrenta constantes derrames debido a la decisión de tender la tubería en zonas de humedales y cruces de aguas. En junio del año en curso, la tubería presentó problemas derivados de su falta de compactación generando el derrame de Cunico, donde la tubería atraviesa cuerpos de agua pese a que esto se encuentra en contradicción con las normativas y leyes de ese país que prohíben pasar tuberías enterradas por debajo de los cuerpos hídricos. (Vid Nota al pie).[1] Incluso en un país de la comunidad andina como Perú, las normativas y estándares ambientales prohíben las prácticas que Petroamazonas presenta sin la menor descripción técnica como normas y altos estándares de construcción.
El diseño del proyecto señala que existirán válvulas de cierre mecánico a cada lado de las tuberías cuando se atraviesen cuerpos acuosos, pero no detalla la distancia existente entre una y otra vávula de cierre, tornando incierta la cantidad de barriles de crudo que podrían derramarse en un caso de contingencia.

No menos importante, resulta señalar que la información generada es a todas luces insuficiente, pues no existe en la línea de base, una descripción de los recursos hídricos y acuíferos existentes en la zona. No se cuenta en el EIA con información precisa que permita dar cuenta, de manera científica, de la cantidad y calidad de los cuerpos de agua dispuestos en la zona del proyecto. Esta grave ausencia, impide determinar el real grado de afectación que podrían tener los mantos freáticos, cuerpos de agua (ríos, esteros, pantanales) que abundan en la región.

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