Cargamontón a los Yasunidos
Un bus con una veintena de
ecologistas extranjeros y algunos ecuatorianos, que había pasado sin problemas
por diez países, desde México, fue acosado por agentes de tránsito
provinciales, policías nacionales y efectivos aduaneros. Sus ocupantes -jóvenes
de 23 años como promedio- fueron requisados, empujados, retenidos sin orden
judicial y finalmente abandonados en la vía a Machala. El maltrato a los
Yasunidos y sus colegas fue noticia mundial. Ellos quieren llegar a la Cumbre
Climática en Lima. ¿El Gobierno de Rafael Correa quiere impedirlo?
03 de diciembre del 2014
REDACCIÓN PLAN V
La Caravana Climática, a bordo de un bus escolar modificado para
funcionar con ecodiésel, había recorrido sin problema diez países de América
Latina, desde México, antes de ingresar al Ecuador. En el bus, pintado con
dibujos alusivos a la naturaleza, de alegres colores, viajaban desde hace ocho
meses, unos seis jóvenes al principio y en el recorrido por el continente han
recogido una veintena más, hombres y mujeres con una edad de entre 20 y 25
años.
Pero
el bus, una desvencijado Ford de los años 90, con adaptaciones
amigables con el ambiente -que además tenía los permisos de circulación en
regla, por lo cual pudo cruzar la frontera con Colombia e internarse en el
Ecuador sin novedad- llegó al territorio de la Revolución ciudadana.
El
cacharro verde recogió más pasajeros en Quito, y algunos activistas de losYasunidos fueron
invitados a sumarse al periplo hasta Lima, para participar en la Cumbre
Alternativa a la Cumbre sobre el Cambio Climático (COP20), que se desarrolla en
la capital peruana. Una aventura con conciencia ecológica, donde los delegados
de los jóvenes ambientalistas darían su testimonio ante sus pares del
mundo.
Cuando
estuvieron en Balzar, Provincia del Guayas, cerca de su primer destino, varios
patrulleros de la Policía Nacional obligaron al bus y a sus pasajeros a
orillarse. Fueron obligados a seguirlos hasta el cuartel de policía de Balzar,
sin explicación alguna, salvo que era un operativo de rutina.
Pero
hasta ahora no lo han podido hacer. Con cuatro operativos, igual número de
agencias del Estado ecuatoriano se turnaron, desde el lunes al mediodía, para
detener el libre tránsito de estos jóvenes: la Policía Nacional, Comisión de
Tránsito del Ecuador (la policía provincial de carreteras con jurisdicción en
Guayas, Los Ríos y Santa Elena) el Servicio de Vigilancia Aduanera (un cuerpo
armado de lucha contra el contrabando) y hasta agentes de Inteligencia del
Estado.
En
un poco más de 24 horas, agentes de estas entidades, algunos de ellos con
fusiles de asalto, se encargaron de retener el colorido vehículo, requisar a
los pasajeros, hacer varios controles migratorios a los extranjeros, revisar el
estado mecánico del bus, y finalmente retenerlo en los patios de la Aduana del
Ecuador en Guayaquil, en donde aún se encuentra. Los pretextos, según relataron
los ecologistas, fueron disímiles. Entre los supuestos argumentos
"legales" esgrimidos por las fuerzas del orden estuvo el bus
debía ser retenido e incautado porque era particular y estaba lucrando con su
actividad al transportar a los activistas…
El
bus salió de Quito al mediodía del lunes 1 de diciembre, hacia Guayaquil, por
la vía Calacalí-Los Bancos que llega a Santo Domingo de los Tsáchilas por el
norte de la capital. Cerca de esa misma población tuvieron un desperfecto
mecánico que demoró su trajinar. Lograron, sin embargo, internarse en la Costa.
Cuando estuvieron en Balzar, Provincia del Guayas, cerca de su primer destino,
varios patrulleros de la Policía Nacional obligaron al bus y a sus pasajeros a
orillarse. Fueron obligados a seguirlos hasta el cuartel de policía de Balzar,
sin explicación alguna, salvo que era un operativo de rutina y previa una minuciosa
requisa del bus, las pertenencias de los chicos y chicas, los documentos del
vehículo, del chofer, los pasaportes… Como estaba todo en orden, finalmente
fueron liberados de su retención y llegaron a Guayaquil a las 05:00 del martes
2 de diciembre.
Los
integrantes de la Caravana tenían planeado dar una rueda de prensa al mediodía
de ese martes, en la céntrica plaza de San Francisco. Una conferencia de prensa
pública y anunciada con antelación. Pero el bus y sus pasajeros fueron
retenidos, nuevamente, por patrulleros de la Policía Nacional, a la altura del
Malecón. Otra vez la requisa a los cuerpos y a las pertenencias, el control
migratorio, etc. Lo cual demoró su arribo a la plaza, para la rueda de prensa,
que finalmente se dio sin contratiempos.
Luego
de este acto, a las 14:00 de ese martes el bus salió hacia Cuenca, donde se
esperaba recoger más personas para luego viajar al Perú. A la salida de Durán,
patrullas de la Comisión de Tránsito del Ecuador, que es una policía provincial
de carreteras con jurisdicción en la zona, hicieron la tercera retención del
bus. Los agentes de tránsito se dedicaron a hacer un nuevo control migratorio,
algo que, alegaron los viajeros, no está entre sus atribuciones. Al escuchar el
reclamo de los muchachos, dijeron que eran "órdenes superiores". Los
agentes tomaron fotos de todos los documentos, del bus, de los pasajeros… Ese
mismo día apareció en la cuenta de Twitter del ministro del
Interior, José Serrano, la foto de la licencia del conductor del bus, un joven
estadounidense.
Según
los pasajeros, los agentes de tránsito guayacenses fueron agresivos. Los chicos
y chicas resolvieron resistir y no bajarse del bus, cuando los agentes dijeron
que lo iban a llevar a los patios de la institución en Guayaquil para una nueva
inspección. Como los amenazaron con llevarse el bus con una grúa y sin saber el
destino de sus pertenencias, resolvieron cooperar.
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