jueves, 4 de diciembre de 2014

Cargamontón a los Yasunidos

Un bus con una veintena de ecologistas extranjeros y algunos ecuatorianos, que había pasado sin problemas por diez países, desde México, fue acosado por agentes de tránsito provinciales, policías nacionales y efectivos aduaneros. Sus ocupantes -jóvenes de 23 años como promedio- fueron requisados, empujados, retenidos sin orden judicial y finalmente abandonados en la vía a Machala. El maltrato a los Yasunidos y sus colegas fue noticia mundial. Ellos quieren llegar a la Cumbre Climática en Lima. ¿El Gobierno de Rafael Correa quiere impedirlo?
03 de diciembre del 2014
REDACCIÓN PLAN V

La Caravana Climática, a bordo de un bus escolar modificado para funcionar con ecodiésel, había recorrido sin problema diez países de América Latina, desde México, antes de ingresar al Ecuador. En el bus, pintado con dibujos alusivos a la naturaleza, de alegres colores, viajaban desde hace ocho meses, unos seis jóvenes al principio y en el recorrido por el continente han recogido una veintena más, hombres y mujeres con una edad de entre 20 y 25 años.
Pero el bus, una desvencijado Ford de los años 90, con adaptaciones amigables con el ambiente -que además tenía los permisos de circulación en regla, por lo cual pudo cruzar la frontera con Colombia e internarse en el Ecuador sin novedad-  llegó al territorio de la Revolución ciudadana.
El cacharro verde recogió más pasajeros en Quito, y algunos activistas de losYasunidos fueron invitados a sumarse al periplo hasta Lima, para participar en la Cumbre Alternativa a la Cumbre sobre el Cambio Climático (COP20), que se desarrolla en la capital peruana. Una aventura con conciencia ecológica, donde los delegados de los jóvenes ambientalistas darían su testimonio ante sus pares del mundo. 

Cuando estuvieron en Balzar, Provincia del Guayas, cerca de su primer destino, varios patrulleros de la Policía Nacional obligaron al bus y a sus pasajeros a orillarse. Fueron obligados a seguirlos hasta el cuartel de policía de Balzar, sin explicación alguna, salvo que era un operativo de rutina.

Pero hasta ahora no lo han podido hacer. Con cuatro operativos, igual número de agencias del Estado ecuatoriano se turnaron, desde el lunes al mediodía, para detener el libre tránsito de estos jóvenes: la Policía Nacional, Comisión de Tránsito del Ecuador (la policía provincial de carreteras con jurisdicción en Guayas, Los Ríos y Santa Elena) el Servicio de Vigilancia Aduanera (un cuerpo armado de lucha contra el contrabando) y hasta agentes de Inteligencia del Estado.
En un poco más de 24 horas, agentes de estas entidades, algunos de ellos con fusiles de asalto, se encargaron de retener el colorido vehículo, requisar a los pasajeros, hacer varios controles migratorios a los extranjeros, revisar el estado mecánico del bus, y finalmente retenerlo en los patios de la Aduana del Ecuador en Guayaquil, en donde aún se encuentra. Los pretextos, según relataron los ecologistas,  fueron disímiles. Entre los supuestos argumentos "legales"  esgrimidos por las fuerzas del orden estuvo el bus debía ser retenido e incautado porque era particular y estaba lucrando con su actividad al transportar a los activistas…

El bus salió de Quito al mediodía del lunes 1 de diciembre, hacia Guayaquil, por la vía Calacalí-Los Bancos que llega a Santo Domingo de los Tsáchilas por el norte de la capital. Cerca de esa misma población tuvieron un desperfecto mecánico que demoró su trajinar. Lograron, sin embargo, internarse en la Costa. Cuando estuvieron en Balzar, Provincia del Guayas, cerca de su primer destino, varios patrulleros de la Policía Nacional obligaron al bus y a sus pasajeros a orillarse. Fueron obligados a seguirlos hasta el cuartel de policía de Balzar, sin explicación alguna, salvo que era un operativo de rutina y previa una minuciosa requisa del bus, las pertenencias de los chicos y chicas, los documentos del vehículo, del chofer, los pasaportes… Como estaba todo en orden, finalmente fueron liberados de su retención y llegaron a Guayaquil a las 05:00 del martes 2 de diciembre.
Los integrantes de la Caravana tenían planeado dar una rueda de prensa al mediodía de ese martes, en la céntrica plaza de San Francisco. Una conferencia de prensa pública y anunciada con antelación. Pero el bus y sus pasajeros fueron retenidos, nuevamente, por patrulleros de la Policía Nacional, a la altura del Malecón. Otra vez la requisa a los cuerpos y a las pertenencias, el control migratorio, etc. Lo cual demoró su arribo a la plaza, para la rueda de prensa, que finalmente se dio sin contratiempos.
Luego de este acto, a las 14:00 de ese martes el bus salió hacia Cuenca, donde se esperaba recoger más personas para luego viajar al Perú. A la salida de Durán, patrullas de la Comisión de Tránsito del Ecuador, que es una policía provincial de carreteras con jurisdicción en la zona, hicieron la tercera retención del bus. Los agentes de tránsito se dedicaron a hacer un nuevo control migratorio, algo que, alegaron los viajeros, no está entre sus atribuciones. Al escuchar el reclamo de los muchachos, dijeron que eran "órdenes superiores". Los agentes tomaron fotos de todos los documentos, del bus, de los pasajeros… Ese mismo día apareció en la cuenta de Twitter del ministro del Interior, José Serrano, la foto de la licencia del conductor del bus, un joven estadounidense.

Según los pasajeros, los agentes de tránsito guayacenses fueron agresivos. Los chicos y chicas resolvieron resistir y no bajarse del bus, cuando los agentes dijeron que lo iban a llevar a los patios de la institución en Guayaquil para una nueva inspección. Como los amenazaron con llevarse el bus con una grúa y sin saber el destino de sus pertenencias, resolvieron cooperar. 

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