domingo, 24 de mayo de 2015

Familia de Jaime Roldós reclama más información desclasificada

Domingo, 24 de mayo, 2015



El 22 de mayo de 1981, dos días antes de su fallecimiento en un accidente de aviación en Loja, el presidente Jaime Roldós convocó a una sesión al Consejo de Seguridad Nacional (Cosena), para tratar dos puntos: “Permisos y contratos para explotación minera” y “Un acuerdo estratégico nacional”.

Antes de abordar los puntos de la agenda, los miembros del Cosena hablaron de la situación limítrofe con Perú; fue en ese contexto que el almirante Raúl Sorroza, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, reclamó a Roldós porque, a su criterio, su política regional de defensa a los derechos humanos estaba afectando las relaciones con países como Chile, entonces gobernado por el dictador Augusto Pinochet.
El tenso diálogo fue recogido, por partes, en el acta de la sesión (ver imagen destacada); e íntegramente, en archivos de audio.
Tanto el documento escrito como el CD fueron entregados hace pocas semanas por el Ministerio de Defensa a la familia del expresidente. También recibieron cuatro actas más de las sesiones del Cosena del 22 de enero de 1981; del 12 de marzo de 1981 y del 26 de marzo de 1981 (cuando Roldós aún vivía); y del 12 de junio de 1981 (luego de su fallecimiento).
El oficio que los acompaña, suscrito por Homero Arellano, exministro coordinador de Seguridad, señala que la documentación fue desclasificada en noviembre del 2013.
El pasado viernes, el ministro de Defensa, Fernando Cordero, llevó la misma información a la Fiscalía General, que reabrió el caso en agosto del 2013.
Y además presentó otros informes sobre el vuelo que refieren, por ejemplo, que la nave accidentada hace 34 años fue adquirida sin caja negra.
De las cinco actas, Martha Roldós, la hija mayor del fallecido mandatario, cree que la del 22 de mayo de 1981 es la más relevante porque confirmaría una de las hipótesis sobre el fallecimiento de su padre: que fue un atentado tramado por las dictaduras del Cono Sur, críticas de su política de derechos humanos con el apoyo de mandos militares ecuatorianos.
Incluso, en un reciente conversatorio sobre el documental La muerte de Jaime Roldós, Santiago Roldós, el hijo menor del exmandatario, expresó que la familia manejaba la teoría de que el avión fue derribado desde tierra a través de un sabotaje a los instrumentos de navegación, operación que habría sido ejecutada por comandos chilenos del Plan Cóndor.
Meses atrás, el fiscal general, Galo Chiriboga, expresó que la muerte pudo tratarse de una “ejecución extrajudicial”.
Pero los Roldós esperan que Cordero cumpla con su oferta de entregarles más documentos desclasificados; entre ellos, informes del paradero de las turbinas de la nave.
“Una de las piezas fundamentales en la investigación es saber qué paso con las turbinas porque son los únicos elementos materiales que sobrevivieron luego de que se maltrató la escena del accidente. Con ellas, si se encuentran, se podría hacer algo...”, dice la hija mayor.
Tras la muerte de Roldós, las turbinas fueron enviadas a Zúrich y a Canadá para su análisis, que derivaron en informes contradictorios: uno señaló que los motores estaban apagados al momento del impacto; otro, que sí estaban funcionando.
Cordero aseguró el pasado viernes, que muchos documentos sobre el avión fueron incinerados, pero no identificó a los responsables.

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