Tres organizaciones
internacionales publican una investigación, del experto Luis Pasara, en la cual
denuncian la situación de la justicia ecuatoriana, la persecución a los jueces
por fallos que no gustan la Presidente Correa o a altos funcionarios y el uso
de la justicia para criminalizar a opositores políticos y a críticos del
gobierno.
28 de julio del 2014
REDACCIÓN PLAN V
Bájese el informe completo en
formato PDF sobre la independencia judicial en el Ecuador.
A pesar de las reformas
implementadas en Ecuador durante los últimos años para fortalecer el sistema de
justicia, en la práctica existe una línea de acción del poder ejecutivo
dirigido a interferir en las decisiones de los jueces en asuntos de relevancia
política, lo que debilita severamente la división de poderes propia de todo
régimen democrático.
Esta es una de las conclusiones
del informe La independencia Judicial en la Reforma a la Justicia Ecuatoriana,
que acaba de ser publicado por tres organizaciones de la sociedad civil,
especializadas en el tema de la justicia, las cuales tienen sede en Washington,
Bogotá y Lima.
La Fundación para el Debido
Proceso (DPLF por sus siglas en ingles), el Centro de Estudios de Derecho,
Justicia y Sociedad (Dejusticia) de Colombia, y el Instituto de Defensa Legal
(IDL) de Perú, son organizaciones cuyo mandato es promover los derechos humanos
y el Estado de derecho en América Latina. El autor del informe es Luis Pásara,
experto en temas de justicia y senior fellow en DPLF.
Los editores señalan que con base
en el análisis detenido de casos de alta relevancia social, resoluciones del
Consejo de la Judicatura del Ecuador en procesos disciplinarios contra jueces,
y declaraciones oficiales, el informe da cuenta “del uso inadecuado que se hace
del sistema penal para criminalizar a aquellos que discrepan o se oponen a las
posiciones gubernamentales”.
En septiembre de 2013 se realizó
el trabajo de campo en Ecuador, mediante entrevistas y la recolección de
material publicado y no publicado. El informe usa tres fuentes principales:
sentencias judiciales recaídas en un conjunto de casos de alto relieve social,
resoluciones del Consejo de la Judicatura en procesos disciplinarios
instaurados a jueces, y declaraciones ofciales. El material analizado cubre
principalmente el periodo julio de 2011–diciembre de 2013.
El informe también señala que el
sistema disciplinario judicial, a cargo del Consejo de la Judicatura, se ha
transformado en una herramienta para sancionar a jueces que no adecuan sus
decisiones al poder ejecutivo, y en un mecanismo para amedrentar a los jueces
en general.
“Las afirmaciones
descalificadoras del presidente Rafael Correa contra los jueces y sus
decisiones son una forma de presión indebida para obtener fallos favorables al
poder Ejecutivo": César Rodríguez, director de Dejusticia.
Como resultado de los 42 procesos
disciplinarios a cargo del Consejo de la Judicatura examinados en el informe,
57 jueces fueron destituidos, en su mayoría por haber cometido un “error
inexcusable”, supuesto incluido en el Código Orgánico de la Función Judicial,
que con un lenguaje poco claro e impreciso se ha convertido en un mecanismo
para sancionar jueces por el sentido de sus decisiones. En dichos procesos, el
Consejo actuó como una instancia revisora de sentencias y no como un ente de
supervisión de la conducta judicial, según le corresponde por ley, dicen las
tres organizaciones internacionales.
“Desde el 2011, el Consejo de la Judicatura ha
abierto procesos disciplinarios contra jueces después de declaraciones
presidenciales que cuestionaban decisiones adoptadas por esos jueces y llamaban
a su procesamiento” señaló Katya Salazar, directora ejecutiva de DPLF.
El Informe de la Veeduría
Internacional para la reforma judicial, presidida por el ex juez español
Baltasar Garzón, acerca del uso del error inexcusable como una causal principal
de sanción en los procesos disciplinarios,
advirtió que “ha de llamarse la
atención sobre la regulación del denominado error inexcusable que se encuentra
contenido en el Código Orgánico de la Función Judicial, y que en los
requerimientos que se ha realizado en esta Veeduría Internacional se ha
acreditado que puede enmascarar acciones disciplinarias que suponen auténticas
revisiones jurisdiccionales”.
César Rodriguez Garavito,
director internacional de Dejusticia, dijo que “las afirmaciones
descalificadoras del presidente Rafael Correa contra los jueces y sus
decisiones son una forma de presión indebida para obtener fallos favorables al
poder ejecutivo; cuando el gobierno no
logra el resultado deseado por esta vía, se usa al Consejo de la Judicatura
para retirar de sus cargos a jueces mediante procesos disciplinarios
cuestionables”
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