Por: Jeaneth Hinostroza
Consejo de Regulación y Desarrollo de la Información y la
Comunicación, vaya nombre. Demasiado pomposo para el triste papel que están
haciendo sus miembros, quienes tuvieron que despertar del letargo en la que se
encontraban al percatarse de que la ciudadanía, a la que creían tener bajo
control, aprovechó la valiente decisión de Ecuavisa de poner en su lugar al
Secretario de Comunicación, para dar su verdadera opinión sobre las agobiantes
cadenas de radio y televisión.
Patricio Barriga, miembro del Cordicom, intentó explicar su
tardía reacción, pero no lo logró. Los hechos son evidentes. La campaña de la Secom, en la que solo
utiliza testimonios de personas que hablan mal de periodistas con amplia
trayectoria, sin dar pruebas concretas de sus supuestas fallas, llevaba varios
días al aire sin que el Cordicom dijera nada;
y solo pidió la suspensión de estos espacios al sentirse presionado por
la abrumadora reacción de apoyo de la ciudadanía a la decisión de Ecuavisa de
no pasarlos más al aire.
Ridícula la observación de Barriga, en el sentido de que le
alegra que los medios, que tanto criticaron la Ley de Comunicación, ahora la
citen y hagan alusión a varios de sus artículos; no, pues, señor Barriga, los
medios y periodistas no citamos esta ley porque creamos que es buena; lo que se
está poniendo en evidencia es que ustedes, los miembros del Gobierno, que tanto
la defienden, son los primeros en violarla.
A Fernando Alvarado hay que decirle que los “mitos”, con los
que intenta justificar sus cadenas, solo están en su cabeza.
Mito 1: los medios y
los periodistas son intocables. Falso. Los medios y los periodistas siempre
hemos dependido de nuestra audiencia, que nos castiga o nos premia con su apoyo
y sintonía. Mito 2: que los ciudadanos no pueden opinar libremente sobre los
medios. Falso. Recuerde que hoy existen las redes sociales, que han abierto un
canal de comunicación directa entre los medios y la ciudadanía, y ahora más que nunca se puede saber lo que
esta piensa de su trabajo. Lo que diariamente se produce en las redes sociales
es un enriquecedor “ping-pong”, en el que los héroes o los intermediarios
sobran. Mito 3: que los periodistas dicen lo que les da la gana. Falso.
Periodistas de la talla de Alfonso Espinosa de los Monteros se mantienen en
los medios por su seriedad, honestidad,
profesionalismo y sobre todo por su ética; lo que creo que a usted le preocupa
es que las críticas que estos periodistas le hacen al Gobierno son ampliamente
escuchadas por la gente y, por más que
se esfuerza, sus cadenas no logran menoscabar la credibilidad de los periodistas. Mito 3: es
tan falso decir que los medios publican el sentir de “toda” la sociedad como
afirmar que en sus cadenas “toda” la ciudadanía le habla a los medios.
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