Por: Marlon Puertas
Como el peor chiste de la revolución ciudadana ha caído la
impiadosa sentencia contra Raúl Carrión, ex ministro de los Deportes. Pobre
hombre. Esos malvados jueces le han impuesto, oigase bien, tres largos y
eternos meses de prisión, que ni son tales, porque ese tiempito ya estuvo el
autodenominado dueño del circo tras las rejas. Hasta visita presidencial tuvo,
¿se acuerdan?
Y todo por ser autor del delito de peculado, que es el manejo
de los fondos públicos, es decir, la plata sagrada que pertenece al pueblo. El
mismo delito por el que se acusa a Abdalá, que lleva ya 17 años fuera del país.