El observador

 CUIDEMOS A NUESTRA BELLA CIUDAD

René Cardoso Segarra.

(Diario El Mercurio, domingo 14 de abril)

Hemos conmemorado un nuevo aniversario de fundación de Cuenca en medio de la incertidumbre política nacional, de acciones autoritarias que han puesto al Ecuador en la crítica internacional de organismos diplomáticos y de numerosos países del mundo. Al parecer un estado de sitio, militarizado, y la violencia diaria de grupos delictivos, comienzan a marcar, con el mismo estilo, también a procedimientos de la diplomacia y del propio Gobierno, instancias que deberían ser las que más cuiden el sentido de prudencia.

También la buena administración de las ciudades tiene que ver con el cuidado de la democracia, la intachable compostura pública de verdaderos estadistas y líderes que busquen siempre la actitud magnánime, la concordia, la orientación sabia y oportuna en los acontecimientos de la vida política, el ejemplo en valores como el respeto a las diferencias de opinión, la transparencia en la gobernanza, las formas delicadas, respetuosas, sobrias -y hasta elegantes- con las que los mandatarios, o verdaderos líderes, deben responder a sus mandantes.

Bien por esa visita importante de turistas a nuestra ciudad. Me alegro por el beneficio que ello significa para una reactivación económica general. Sin embargo el porcentaje de ocupación de hoteles, restaurantes, bares o ventas en el comercio formal e informal, que se anuncia cada vez que concluye un feriado, no debería ser el único indicador u objetivo. ¿En dónde queda el beneficio para los equipamientos culturales como museos, bibliotecas, archivos y la propia conservación de los bienes arquitectónicos de Cuenca ciudad patrimonio cultural de la humanidad? Resulta paradójico que en una ciudad en la que se ha inaugurado una feria internacional del libro -gestión que la felicito- sus bibliotecas municipales no dispongan de recursos para la adquisición de libros.

Jordi Borja, geógrafo español, ya advierte cuando dice: “La ciudad de calidad se vuelve excluyente, la especulación prioriza el valor de cambio sobre el del uso, la arquitectura de los objetos sustituye al urbanismo integrador. Cuando la ciudad es mercancía deja de ser ciudad, la especulación produce dinero que produce dinero”. Las reflexiones de expertos internacionales sobre los derechos a la ciudad, de profesionales en sociología urbana, geógrafos urbanos, arquitectos urbanistas, deben ser debidamente consideradas para el caso de Cuenca en la que me parece se pierde aceleradamente su dimensionalidad humana.

Espero que la academia y los propios ciudadanos formen equipos asesores que ayuden a administrar con excelencia a Cuenca como espacio de calidad de vida, de esperanza, de dignidad, de justicia, de igualdad, de cultura, y en el que se respeten las posiciones críticas de sus ciudadanos, se escuche a los que piensan distinto, sin que existan respuestas, desde el poder, que tratan de amedrentar el derecho a la libertad de expresión y en consecuencia a la democracia legítima de los cuencanos.