Mucho se ha dicho y se ha escrito sobre cómo Patricio Pazmiño fue un funcionario funcional, obediente y sumiso con el gobierno de Rafael Correa y su proyecto autoritario. El actual juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con sede en Costa Rica, fue una tuerca fundamental del mecanismo de cooptación del poder durante el correísmo y un símbolo de la extinción de la independencia de poderes que, se supone, debería tener una democracia seria y madura. Pazmiño, como presidente de la Corte Constitucional durante ocho años, hizo todo lo que necesitó Correa para tener el poder total: aprobó la consulta con la que se metió la mano a la Justicia, dio el visto bueno para los temas de las enmiendas constitucionales y consintió todo aquello lo que el autoritarismo cleptocrático del correísmo requería para permanecer en el poder por eternas memorias.
Sin embargo, pocos documentos retratan mejor y ponen en tanta evidencia el paniaguadismo de Pazmiño que los reportes que Pamela Martínez, la asistente personal de Correa, elaboraba para su jefe con todo cuanto ocurría en Carondelet, y que 4P viene publicando. En esos reportes, contenidos en cientos de páginas de Excel, aparece un presidente de la Corte Constitucional tan sumiso y obediente que, en cierta ocasión, llamó a Corondelet para decir que necesitaba instrucciones del presidente Correa para decidir sobre sobre un fallo, para explicarle personalmente otro o para averiguar qué cargo le podrían ofrecer en la Presidencia porque aseguraba estar preocupado por el pago que tiene que hacer de una casa que había comprado. Pazmiño es un caso patético y vergonzoso de la degradación institucional que sufrió el Ecuador durante la década en que Correa estuvo en la Presidencia y de toda una generación de políticos que se vendieron a cambio de unas migajas de poder.
Entre los reportes de Martínez, por ejemplo, hay uno que lo redactó el 30 de agosto del 2011 en el que se registra que Pazmiño se puso en contacto con ella para decirle que estaba ansioso por saber qué cargo estaban pensando para él, pues por esos días estaba por acabar su primer período como presidente de la Corte Constitucional. Lo curioso es que no solo preguntaba sino que también sugería que, si no lo iban a ratificar para un segundo período, piensen en él como futuro Contralor. «(Pazmiño) informa que el vicepresidente (Jorge Glas para entonces) lo convocó a una reunión para saber qué destino tomará luego de la reorganización y le ha sugerido que se vaya a una posición diplomática», apuntaba en su reporte Pamela Martínez para informar a Correa. «El está confundido pues Alexis (Mera) le ha dicho que la instrucción del SP (señor Presidente) es que el siga como el nuevo presidente de la Corte Constitucional. Pide una reunión para definir aquello, ya que él está dispuesto a seguir en esa posición que como es de 3 años le dará estabilidad económica ya que está haciendo un préstamo en el IESS para la compra de una casa, previa venta de su depar (sic) y si no le es útil en ese puesto, solicita ser considerado como candidato a contralor o delegado del Ecuador en la oficina de control de casos en el Centro Interamericano de Derechos Humanos, cuyo puesto estaría vacante».
Pazmiño, como se observa, no solo que esperaba una instrucción del Presidente para ver qué le esperaba en su carrera de funcionario, sino que decía estar «dispuesto» a seguir en la Corte Constitucional y si no le era útil en ese puesto le hubiera gustado ser considerado como Contralor. ¿Se puede ser más arrastrado que eso? Difícil si se piensa, aún más, que Pazmiño presidía la más alta corte del sistema constitucional ecuatoriano. Finalmente, luego de ese reporte, Pazmiño sería encargado nuevamente de la Corte Constitucional por tres años más y en el 2015 renunció a ese cargo para postularse a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, puesto que ganó gracias a los buenos oficios que internacionalmente hizo el gobierno de Correa.
Se podría pensar que la idea de colocar a Patricio Pazmiño como juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos era exclusivamente un premio por haber sido tan útil para el proyecto de Correa. Sin embargo, resulta que en otro pasaje de los reportes de Pamela Martínez hay una anotación donde se dice que el entonces canciller Ricardo Patiño fue quien tuvo la idea de postularlo a esa magistratura porque una vez en esa posición podría serle útil al gobierno de Correa con el caso El Universo y otros. «Propuesta de Ricardo Patiño a Patricio Pazmiño. Como secretario de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Hace más de 10 años el Ecuador no tiene presencia en la Corte. El anterior fue Antonio Cantón, Argentina, ha tenido por más de 20 años el manejo de la secretaría. Si estaría (estuviera) ahí PP (Patricio Pazmiño) podría manejar caso El Universo, Lucio Gutiérrez, la ex corte, etc…», anotaba en su hoja de Excel Pamela Martínez para conocimiento de Correa. Sugerencia falaz la de Patiño puesto que el sistema interamericano de derechos humanos establece que los jueces de la CIDH no podrán actuar en los casos relaciones con su país.
Los reportes están llenos de otras muestras sobre el estado de degradación institucional y política del país. Por ejemplo, hay dos pedidos de Pazmiño a la Presidencia de la República para que interceda ante el Fiscal General de ese entonces, Galo Chiriboga, quien también aparece como empleado más de Carondelet. Era por dos casos en los que estaba involucrado: el caso Holcim y el caso de la Cervecería. En el primero, la Corte Constitucional fue señalada por haber favorecido a los trabajadores de esa cementera en un caso laboral y luego de haber cambiado de opinión, a cambio de una comisión. En el segundo, Pazmiño era señalado por el supuesto delito de recibir un cheque de la Cervecería a cambio de un fallo a favor de la empresa. «(Pazmiño) pide se hable con Fiscal General pues ha reactivado el caso Holcim que está en indagación», se observa en uno de los reportes de Pamela Martínez mientras en otro lugar se lee lo siguiente: «PP Corte Constitucional. Galo Chiriboga sigue dando largas y no cierra tema Cervecería a pesar de haber aceptado que no existen pruebas en contra. Esto perjudicará candidatura».
En dos ocasiones, Pamela Martínez dejó patente en sus reportes la preocupación que había en la Presidencia por un supuesto caso de enriquecimiento ilícito de Pazmiño e informa a Correa, aliviada, de que en el informe de Contraloría sobre el patrimonio del presidente de la Corte Constitucional no se ha encontrado nada. «Contralor entrega informe general de Patricio Pazmiño, en el que establece que sus ingresos en las cuentas bancarias son coherentes no teniendo un incremento patrimonial injustificado». En otra hoja hacía esta observación: «Fiscal General-Patricio Pazmiño. Trasladé instrucción al Dr. G.Ch. (Galo Chiriboga) sobre similitud de procesos entre Jaime Hurtado y Patricio Pazmiño, con la indicación de que los procesos se diferencian en que el de JH su absolución se basó en certificaciones, documentos notariados y declaraciones juramentadas; mientras que el de PP con base a un examen especial de Contraloría».
El cordón umbilical que la Corte Constitucional tenía entonces con la Presidencia es ostentoso en otros dos pasajes de los reportes donde Pazmiño también es protagonista. En uno de ellos, el presidente de la Corte Constitucional se contacta con Pamela Martínez para decirle que necesita instrucciones de Correa para decidir en un fallo relacionado con temas laborales en Petroecuador. «Pazmiño solicita instrucciones sobre un tema que previamente ya le ha consultado: un amparo constitucional interpuesto por trabajadores de Petroecuador por horas extras no pagadas, el ministerio de relaciones laborales ha hecho una re liquidación de valor de 320 millones a 80 millones y que estaría todo listo para poder fallar a favor de 2 000 trabajadores».
En otro reporte, Pamela Martínez dice que Pazmiño necesita reunirse con él para explicarle un fallo sobre el caso la Cocha, relacionado con justicia indígena. «En el caso la Cocha, Patricio Pazmiño ya tiene listo el voto alternativo pero como es un tema complejo requiere una reunión reservada para exponer a SP (señor Presidente) el alcance y contenido de la propuesta, para evitar que lo confundan con conceptos prejuiciados, PP (Patricio Pazmiño) dice que no es suficiente darle el texto para que lea, que debe explicarle, muy detenidamente y en reserva, solicita ir con Gina Chávez, su esposa y experta en el tema. Ella es una de las pocas académicas que ha investigado el tema científicamente». En otro, aparentemente mucho más político, se lee esto: «Proceso Abdalá Bucaram, Álvaro Dahik: procesos listos para entrar al pleno Patricio Pazmiño pide instrucción política».
Patricio Pazmiño es, en definitiva, uno de los grandes protagonistas de los reportes de Pamela Martínez. No solo pide instrucciones de Correa para fallos u otros temas sino que también aparece recomendando jueces para la Corte Nacional o sugiriendo la compra de un sistema chileno de botones de alarma para aumentar la seguridad ciudadana. Pazmiño es, en definitiva, un recadero más del Señor Presidente.
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