A propósito de la actual situación política
internacional y del rechazo que con alguna frecuencia provoca la praxis
política, recuerdo una famosa expresión de Aristóteles que se encuentra en su
célebre obra “Política”. Prevengo que se trata de una traducción personal de la
versión rusa, tomada, en su orden, del griego antiguo: Si el objetivo final de todas las ciencias y artes se revela el
bien, entonces el más elevado bien es el objetivo supremo de la política, la
fundamental disciplina de todas las ciencias y artes. Sin embargo
de lo que dijera Aristóteles, el ejercicio político provoca rechazos o
comprensiones y simpatías, de acuerdo a la forma que un proceso político
influye en los seres humanos.
En nuestro tiempo, prácticamente desde la
segunda mitad del S. XIX, el mundo se enfrenta a un sistema que ha proclamado
que es el único que puede dirigir y gobernar las sociedades: el capitalismo. Y
desde postrimerías del siglo XIX e inicios del XX, surgen las formas de
imperialismo, expresión acabada del capital financiero internacional, de los
gigantescos monopolios, de una bancocracia que impone sus intereses y
condiciones al Estado imperialista y de organismos fundamentados en el enorme
poder político-económico del supercapitalismo,
mediante los cuales dicta sus políticas financieras a nivel
planetario: el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Por esta
razón, por ejemplo, el “demócrata” Barack Obama, presidente de EE UU, aunque
puede tener otras concepciones teóricas de la política y de las relaciones
internacionales, aunque sea menos desaforado y guerrerista que su antecesor G.
W. Bush, y aunque sin una razón convincente haya recibido dichoso el Premio
Nobel de la Paz, sin embargo declara que EE UU prácticamente tiene la misión de
dirigir el mundo; es decir, reedita esa vieja tesis mesiánica, de que han sido
designados por la Providencia cristiana para dirigir el mundo. Eso explica,
igualmente, que aplace la salida de las tropas norteamericanas de Afganistán,
que los grandes monopolios continúen usufructuando del petróleo y otras
riquezas naturales de Irak, que con el sumiso comportamiento de sus socios de
la OTAN, hayan intervenido en Libia y destrozado ese país, se hayan lanzado en
otras sangrientas aventuras en Siria, en Ucrania, luego de perder la soñada
“perla”, Crimea, no obstante los ¡5
mil millones de dólares invertidos en esa fallida aventura!, y que
mantenga en Guantánamo ese horroroso “Gulag” o campo de concentración.
No nos engañemos: tras Obama está el
verdadero poder. Por esta razón irrefutable, Hunter Biden, hijo del
vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, ¡forma parte del directorio de “Burisma Holdings”, el poderoso y
más grande monopolio productor de gas natural de Ucrania! Pero que
nuestra prensa, independiente o privada –lo del nombre es lo de menos- no se
percate de estas realidades o se exima de informar de estos turbios
entretelones políticos de la “mejor democracia del mundo”, es otra cosa.
Cito a propósito, un fragmento de un
revelador documento que se encuentra en internet: “El esfuerzo para mejorar el clima de
los inversionistas extranjeros en la frontera con Rusia es llevado por la
Fundación U. S. (Estados Unidos. M. R. L.) – UKRAINE, una organización no gubernamental patrocinada en parte
por ExxonMobil, Coca-Cola y Raytheon. En el mes de abril, el vicepresidente de
EE UU Joe Biden, padre de Hunter, viajó a Ucrania para apoyar al nuevo gobierno
de fascistas y ultra-nacionalistas. Más allá de las consignas retóricas acerca
de la democracia y la libertad, la visita de Biden padre tuvo por objeto
asegurar un ambiente apropiado para la inversión en Ucrania” (Fuente:
http://verdadahoracl/ )
Pero ni Rusia ni China duermen, porque saben
que el imperialismo, aunque se encuentre en la hora crepuscular, no deja de ser
temible. Por ello han firmado nuevos acuerdos sobre alta tecnología militar,
comerciales para transportar y proveer
de gas natural al gigante del Lejano Oriente. Y otro acuerdo de estos días
consolida un nuevo bloque: Rusia, China e Irán. Es posible que este nuevo bloque
también vuelva cauto al fogoso “Caballo
de Troya” de Oriente Próximo…
Y lo que sucede en nuestra Latinoamérica y el
Caribe, también tiene sus sinuosidades “democráticas”: en Cuba el ZunZuneo ha
hecho su labor de zapa pero sin mayores resultados; en Venezuela, con el
presidente Maduro, que no tiene la habilidad y experiencia del finado Chávez,
la oposición apoyada por el imperialismo, ha aprovechado los errores cometidos
por el gobierno y los problemas irresueltos, mientras los imperios mediáticos arman
el cotarro. En cambio en México, que tiene un problema económico gravísimo y en
donde se privatizó ya el petróleo, todo está aparentemente en paz. Lo que no nos dicen es la tragedia económica que vive
la mayor parte del pueblo mexicano: hace pocos días atrás, un distinguido
catedrático e investigador mexicano, de visita a esta bella ciudad de Cuenca,
nos relataba que la situación de México es muy difícil: oficialmente se
reconoce que el ¡60% de la
población vive en pobreza y extrema pobreza!, pero que los
datos no gubernamentales, señalan que el porcentaje de pobres abarca el 70% de
la población. La gran prensa, de esto tampoco dice nada. Tampoco dice nada de
la situación en Colombia, en donde la población campesina ha sido despojada de
sus tierras y masacrada, no tanto por la guerrilla, sino primordialmente por
los paramilitares vinculados al gobierno. El silencio de la gran prensa se
explica porque EE UU tiene en territorio colombiano nada menos que ¡ocho bases
militares!, y con relación a eso, el imperialismo siempre agradecerá la
discreción de nuestra prensa.
En Chile, en donde retornó al poder la Sra.
Bachelet, luego del período del millonario derechista Piñera, la situación no
es nada boyante, sobre todo para las decenas y centenares de miles de pobres y
excluidos, especialmente de la población nativa. La nefasta herencia de la era Pinochet en la
educación universitaria, considerada carísima e inalcanzable para la mayoría de
la población, es otra cuestión sumamente grave que deberá resolver Bachelet. No obstante, a Chile nuestra prensa siempre le
presenta como la ventana del “capitalismo
triunfante”, digno de imitar.
Pero muchos ciudadanos perspicaces se
preguntan, ahora que Bachelet se encuentra en el poder, ¿qué sucederá con esa Alianza del Pacífico, conformada
por Chile, Perú, Colombia y México? Sin duda a EE UU le causará una gran
preocupación.
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