La revolución que no paga: jóvenes usados y abandonados por Luisa González

¿Cómo se llama eso? Explotación política.
El correísmo prometió un país de justicia y derechos. Pero lo que dejó fue silencio, bloqueo en WhatsApp y puertas cerradas en la sede del partido. ¿Así paga la “Revolución Ciudadana” a quienes se partieron el lomo por una candidatura que ni siquiera se ha dignado a dar la cara tras la derrota? 

Los jóvenes no solo fueron utilizados como escenografía humana para alimentar el ego de los líderes de siempre, también fueron víctimas de una estafa emocional y económica. Les ofrecieron trabajo estable si ganaban. Hoy no tienen ni eso… ni respuesta.
Y lo más grave: no hay un solo pronunciamiento oficial. Ni de Luisa, ni de Patiño, ni de Correa. El silencio también es violencia.
Una vez más, los “revolucionarios” predican justicia, pero practican el abandono. Y lo hacen con los jóvenes, justo el grupo al que más dicen defender.
La pregunta es simple: ¿quién responde por los 270.000 dólares que siguen en el aire? ¿Y quién devuelve la dignidad de estos chicos usados como carne de cañón electoral? 

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