jueves, 17 de abril de 2025

 El perdón es hermoso y libera almas. Pero hasta Dios hace justicia divina

Y no solo eso pedir perdón de una manera escueta y a conveniencia, luego de cometer un daño irreparable la manera legítima de pedir perdón sería de la misma manera como se cometió el agravio, justificando toda bajeza humana con el pretexto de la política. Y ahora se pide perdón, perdón de labios para afuera no sirve de nada, yo me preguntó si es que quien pide perdón hubiera conseguido sus objetivos hubiera pedido perdón?, o talvez hubiera saboreado festejando sobre el éxito de su acciones.

Pero siempre, siempre mi buen Dios hace justicia divina y solo en manos de él dejo lo que inevitablemente tenga que suceder. Hubiera querido escuchar ese perdón a mis padres, mis hijos y mis hermanos a quienes se les lastimo en lo más profundo de su corazón y que esa herida abierta talvez no cierre jamás, porque solo fue la demostración de lo que puede hacer la política llevada desde la codicia y falta de principios.
Pero NO y NO. Me niego y reniego de creer que la política pueda ser la justificación de cualquier acto de bajeza humana; muy diferente es decir la verdad y pedir que se actúe en cuidado de lo que es de todos el recurso público, y además en cumplimiento de un trabajo. No puedo y no quiero justificar el que se haya jugado con el dolor ajeno para supuestamente acabarme como adversaria política. Y sigo sin poder entender en qué tipo de mente siniestra se pudo fraguar un hecho de tal naturaleza sin sentir ni mínimamente un poquito de empatía con el dolor ajeno.
De que sirve darse golpes de pecho y visitar la iglesia todos los Domingos si las acciones no cambian; de nada pero de nada sirve llamarse alcalde, o cualquier cargo de poder si eso solo sirve para humillar, ultrajar y calumniar. Deploro y lamento el hecho de que se confunda el concepto de autoridad con falta de respeto.
Diana González
Concejal de Cuenca
Presidenta de la Comisión de Fiscalización

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