domingo, 22 de junio de 2014

El número 11


Francisco Febres Cordero
Preocupadísimo estoy. No pues por la Tri que, pierda o gane, por lo menos no demanda. Por el excelentísimo señor presidente de la República estoy angustiado después de que despotricó porque los periódicos no habían informado con suficiente despliegue su merecidísimo decimoprimer título honoris causa en Chile, tanto que el señor Carlos Vera Quintana demandó a cuatro medios ante la Inquisición.
¡Qué brutos los periódicos! ¡Cómo no se dieron cuenta de que ese era un acontecimiento de primerísima importancia mundial, tanto como la abdicación del rey Juan Carlos o la separación de Antonio Banderas con Melany Griffith! Al fin y al cabo, once títulos honoris causa para una sola persona no son pelo de cochino. Imagínense si saliera con toditos esos a la calle, cómo le asaltaran. Con razón tiene que andar con su caravana de guardaespaldas.
Pero la prensa no dio suficiente importancia a ese hecho que, francamente, sí merecía un gran despliegue en la sección de avisos clasificados, por lo menos.
¿Y ahora? Bueno, ahora mi preocupación va porque como ha comenzado el Mundial, el excelentísimo señor presidente de la República puede volver a quejarse con el argumento de que no le han dado suficiente despliegue. No pues al Mundial, sino a él que, por esa razón, puede quedar relegado a segundo plano, sin partidos que jugar ni goles que anotar.
¡Atenti prensa, atenti!, como diría el poeta de la revolución ciudadana cuando transmite. En este Mundial hay que marcar a presión al excelentísimo señor presidente de la República, anotar todas sus demarcaciones y sus embarcaciones en su avión particular, sus fuera de juego, sus metidas de manos al balón y sus putiadas a todos los árbitros que no le hacen caso cuando él dice que una falta no merece tiro libre sino cárcel, por ser una jugada subversiva y terrorista.
Verán, periódicos, que les advierto: ¡Cubran a presión al excelentísimo señor presidente de la República! Por favor, no le dejen solo, que se resiente. Saquen en primera página su foto desayunando antes del partido, almorzando durante el partido y cenando después del partido, que por algo es él quien ha ganado todas las elecciones y no como el Antonio Valencia, que no ha ganado nunca ninguna. Y aprovechen que ya no está lesionado de la rodilla y puede saltar altísimo cuando la Tri mete gol. El gol pueden, prensas, omitir, pero el festejo presidencial ¡por favor!, no.
Chuta, es que el excelentísimo señor presidente de la República es realmente la figura del Mundial: el mejor número 11 honoris causa, considerando que antes que él solo habían llegado al número 10 los limitaditos como Pelé, Maradona o Messi.
Ojalá la televisión también se haga eco de este estado de sensibilidad presidencial y realice unos paneos bien chéveres de cómo el número 11 honoris causa sigue, partido a partido, todo el campionato, acompañado por todos sus ministros que, calladitos, se abstienen de opinar; los asambleístas que miran con la mano ya alzada, por siaca, y los jueces que pitan y sacan tarjeta roja por orden del número 11 honoris causa, que siempre tiene la razón.
O sea horrible va a estar este Mundial, francamente. Ojalá se acabe rápido.

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