domingo, 22 de junio de 2014

Desaparecen tesoros del Museo “ Remigio Crespo Toral” de Cuenca

Por: Jaime Cedillo Feijóo

Del principal museo de la ciudad de Cuenca, del “Remigio Crespo Toral”, se han llevado obras de arte invaluables, que alguna vez formaron parte de los bienes culturales patrimoniales de la urbe. Quién o quiénes son los autores, cómplices y encubridores de los delitos cometidos, le corresponde a las autoridades responsables de las investigaciones, descubrir y sancionar con la ley en la mano. Con una sola palabra se puede describir lo que ha sucedido: negligencia, de los responsables de custodiar celosamente las piezas con las debidas seguridades y garantías, lamentablemente, nunca se les dado a estos “tesoros” la protección y la importancia que se merecen por ser parte de la historia de la ciudad. 
Los cuencanos están indignados al conocer que  no solamente se han llevado (hurto o robo) la corona que perteneció al poeta Remigio Crespo Toral, sino muchas cosas más, a plena luz del día, porque el Museo ha venido funcionando y atendiendo al público parcialmente, en horario de oficina. Lo curioso de este caso, es que pocas personas han tenido acceso a los lugares donde se guardan las colecciones culturales. Han desaparecido como por arte de magia, se hicieron humo, así de simple, las piezas históricas del Museo.


Acudimos hasta las oficinas del Museo para conocer de cerca lo sucedido. La señora Patricia Calle, Coordinadora del Museo, nos condujo hasta el cuarto donde se guarda el arcón, en cuyo interior se encontraban la corona y las otras piezas faltantes. Una cadena y un candado eran las seguridades. Pero quién era el responsable: el único que tenía la llave era el jefe del Museo, respondió la funcionaria.
A más de la corona de oro de laurel, se han llevado, no se sabe si delincuentes comunes o delincuentes de cuello blanco, piezas de orfebrería como liras, prendedores, plumas, palmas, prendedores. Hace pocos días se hizo público el “descubrimiento” de nuevas piezas sustraídas, se trata de una custodia fabricada en oro y plata, con piedras preciosas y perlas, de un metro de alto, aproximadamente, elaborada en 1838, dos esculturas de la Virgen de la Inmaculada, hecha de marfil, y de San Juan Bautista, tallada en madera policromada, y dos obras pictóricas del artista Emiliano Lozano. ¿Por qué no se denunció a tiempo los faltantes?. ¿Por qué las autoridades no implementaron medidas de seguridad para evitar que los bienes patrimoniales de la ciudad desaparezcan, como si se trataran de cosas sin ningún valor?. ¿A dónde fueron a parar?. Hay muchas interrogantes que la Fiscalía deberá descubrir y dar a conocer a la ciudadanía, para que se pueda sentar un precedente. Lo que no se puede aceptar es el argumento de que como eso siempre ha sucedido, que no es la primera vez, entonces no pasa absolutamente, que reine el quemeimportismo y la impunidad. Que sea la última vez que se llevan los bienes culturales-históricos de la ciudad. Nunca más es el pedido de los ciudadanos consultados por El Observador.
Conocemos que se han realizado consultorías de registros y avalúos de los bienes con técnicos especializados. De un total  (aproximado de 24 mil piezas) arqueológicas, pictóricas, mumismática, misceláneos, libros y documentos del archivo histórico, como el primer libro de cabildos con información de la Fundación Española de Cuenca, el 12 de Abril de 1557, las actuaciones y decisiones de Gil Ramírez Dávalos y del primer Alcalde Don Gonzalo de las Peñas.
 La historia registra que en 1917 Rafael María Arízaga le impuso la corona de oro de laureles al poeta Remigio Crespo Toral. Las piezas desaparecidas fueron donaciones de embajadores y cónsules de los países amigos. En 1947 el Cabildo decide nombrar al museo de la ciudad con el nombre del insigne ciudadano, pero fue en 1982 cuando la I. Municipalidad compra a los herederos de Crespo Toral el inmueble ubicado en la calle Larga, para que en este espacio patrimonial funcione el museo de la ciudad y guarde todos sus tesoros invaluables.
De acuerdo a la información proporcionada por la señora Calle, Coordinadora del Museo, fue en el año 2008 que se decreta un plan de emergencia nacional,el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), realiza un levantamiento de bienes.
Fue el 23 de julio del 2013 que se alerta sobre los faltantes, y se comunica inmediatamente al Director de Cultura del Municipio, Diego Carrasco (oficio 095.
Calle indicó que la administración municipal puso en marcha un plan de contingencia, es decir, que se decidió trasladar las oficinas del Museo Remigio Crespo Toral, hasta el inmueble conocido como la Casa Cordero, hasta que se proceda a la restauración total del Museo.
Al responder la pregunta sobre las seguridades que tiene el Museo, respondió que el Municipio y el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, instalaron censores en el interior del Museo que eran monitoreado por la empresa Alta Tecnología. Guardias privados vigilaban las 24 horas del día los ingresos al Museo, tanto por la calle Larga como por el Paseo Tres de Noviembre, sin tener acceso a las áreas de reserva.
Durante un tiempo en una parte del Museo funcionó la Escuela Taller de Restauración, sin ser el espacio adecuado. Hace unos siete años se llevó a cabo una primera fase de restauración de los salones amarillo y rojo, donde se han realizado varias exposiciones para el público en general.
Actualmente el Museo está cerrado al público, sometido a un proceso de restauración, porque es una edificación patrimonial en riesgo, a nivel mundial.
El Museo “Remigio Crespo Toral” es una hermosa casona patrimonial con 90 habitaciones, cinco pisos, en cuyo interior se guardan maravillas desde 1557, que deben ser conservadas, restauradas y cuidadas con las máximas medidas de seguridad, para el disfrute de las presentes y futuras generaciones. Cuenca se lo merece.

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