SIN DIOS NI LEY
"El tiempo no traiciona, sólo desnuda la verdad; tarde o temprano las máscaras caen".
Así funcionan los mercados de la ciudad patrimonial, en donde la especulación es el pan de cada día. A la falta de control de precios, donde cada vendedor impone a su capricho, sin que ninguna institución nacional ni local ponga orden. Los precios están por las nubes, se quejan mirando al cielo las amas de casa, que son las que sufren el abuso de los comerciantes. No hay dinero que alcance...
Se supone que el orden administrativo le corresponde a la dirección de mercados del municipio, mientras que la intendencia de policía, tiene atribuciones por ley, de vigilar periódicamente, que la especulación no haga su agosto en perjuicio de las paupérrimas economías de los hogares cuencanos.
El desorden, el desaseo, la insalubridad, la viveza criolla, el negociado de los puestos, las amenazas, las extorsiones, los chulqueros que ponen cara de angelitos para prestarle al necesitado unos dólares, y luego, viene el abuso, cobrando intereses usureros con pistola en mano, al que se resiste, al que se niega, al que no cumple. Este negocio perverso es un secreto a voces, saben las autoridades pero se hacen de la vista gorda, porque reciben su parte, porque es más cómodo ser parte del problema que ser parte de la solución.
El mercado de El Arenal es una bomba de tiempo, al igual que el terminal terrestre, la Chola Cuencana, zonas rojas, donde las mafias hacen de las suyas, la delincuencia y la prostitución al margen de la ley. Los burócratas se sacrifican en permanentes reuniones de coordinación, planes sobran, acciones abundan, operativos en papeles, mucho bla bla bla, y nada de resultados.
Lo que más tenemos son instituciones públicas, llenas burocracia "Kafkiana", que ni hacen ni dejan hacer, varias deberían desaparecer, le harían un gran bien al país.
Para muestras unos botones: Gobernación, intendencia, defensoría del pueblo, dependencias municipales como la guardia ciudadana, etc.
Los ciudadanos estamos a la deriva, desprotegidos, ya no se puede salir a la calle por el peligro, ni siquiera en los hogares uno está seguro; los estudiantes de los planteles educativos son asaltados en el día y en la noche, los malhechores están al acecho, cazando a sus víctimas, mientras el alcalde de la Atenas, otrora, "isla de paz" se pasea en el blindado, bien seguro, comprado con dinero de la ciudad, organiza farras y derrocha a manos llenas; se compra una "pequeña mansión" con piscina, en el exclusivo lugar conocido como "Colinas de Challuabamba", y, dice que todo es por "Amor a Cuenca".
Dime de qué presumes y te diré de qué careces.
El Observador
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