jueves, 13 de marzo de 2025

 LA DOBLE MORAL DE LA MOJIGATA

Por: Jaime Cedillo F.
"Se hace la humilde a la espera de que le llegue el momento para cumplir sus propósitos; al que se escandaliza con facilidad por las costumbres o los actos ajenos; o al que da muestras de una moralidad o virtud exageradas, que está lejos de tener".
La hipocresía no tiene límites con tal de ganar unos votos, todo vale, el fin justifica los medios. La ambición por el poder les hace hacer de todo, hasta lo no permitido moralmente. En el día se pone de rodillas para fingir ser cristiana evangélica, y en la noche, se transforma, se sube a las tarimas para dar rienda suelta a sus bajos instintos.
Ella es Luisa Magdalena González Alcívar, candidata (correísta) a la Presidencia de la República del Ecuador. Va por su segundo intento, el primero, fue en el 2023, frente al mismo contrincante político: Daniel Noboa.
Su carrera política empezó en las filas del Partido Social Cristiano (de extrema derecha), como asambleísta alterna, para luego aterrizar en las brasas ardientes de los que se hacen llamar revolucionarios del siglo XXI.
Dice que tiene el hábito de leer la biblia, pero qué biblia será, porque los entendidos dicen que más bien parece representante de Satanás, cuando baila, canta y empina el codo, con desenfreno. En más de una ocasión se le ha visto perder la compostura de candidata presidencial, convertida en la niña de los ojos desorbitados, con pantalones ajustados, y moviendo las caderas para deleite de un público desesperado por diversión, para olvidar las penas.
El discurso es el mismo de siempre: demagogia, populismo, baratillo de ofertas, mentiras, manipulación. Ha dicho, una y mil veces, que si gana la presidencia, su principal asesor será el prófugo de la justicia (Rafael Correa Delgado), mejor conocido en el mundillo de la politiquería como "El Loco del Ático". Ya sabemos, entonces, lo que nos espera a los ecuatorianos: "mi venganza será contundente. "Que se preparen esos medios de comunicación corruptos...".
Activarán la Ley Mordaza de Comunicación, echada al tacho de la basura, para continuar con la persecución a los periodistas y medios que levantaron la voz, que han denunciado la cadena interminable de contratos direccionados, con sobreprecios millonarios, obras del milenio abandonadas, aeropuertos carísimos, sin uso.
Han formado un coro, con el prófugo haciendo la primera voz, para decirle al mundo: estamos cerquita de Venezuela. La "Mojigata" no ha tenido escrúpulos en gritar a los cuatro vientos que Nicolás Maduro, es un demócrata, que los ecuatorianos están dejando su tierra para ir a vivir en esa nación hermana, porque allá se vive mejor, que están mucho mejor, buscando comida en los basureros.
Cada mentira de la Lucha, es desbaratada con videos de archivo. Se rasga las vestiduras con el tema de la reelección presidencial. Cuando les conviene un presidente en funciones, puede ser candidato a la relección, es legal, democrática, necesaria, pero cuando no les agrada, Noboa es dictador.
En el enlace ciudadano (112) el hoy prófugo de la justicia manifestaba que estar en funciones y ser candidato a la reelección es normal, y daba ejemplos de países que hacían eso.
Una de las cosas más ruines y despreciables que ha salido de la boca de la "Mojigata" es aquello de pactar con las bandas narcodelictivas para que, supuestamente, regrese la paz al Ecuador. Ellos, los que dejaron sembrando el miedo y el terror, la tabla de consumo de drogas, ahora quieren darse de salvadores, de moralistas. Han hecho y siguen haciendo "mal uso del poder político para beneficio particular, por medio del soborno, la extorsión, la venta de influencias, el nepotismo, el fraude, el tráfico de dinero y el desfalco".
A estos de doble moral les encanta montar shows en el Asamblea Nacional, convertida en todo, menos en recinto de la democracia. Le dieron tarima y micrófono a la exesposa del Presidente Noboa, para que cuente sus penas y sufrimientos, pero le negaron el mismo derecho, a su excoidearia Soledad Padilla, víctima del victimario Jorge Glas, quien pretendió convertirla en objeto sexual, para satisfacer, también, sus más bajos instintos". Esta es la crónica de una muerte política anunciada.
"El trabajo del periodismo no es cambiar el mundo, sino ayudar a entender a la gente para que lo cambie".
El Observador

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