lunes, 15 de marzo de 2021

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EL BICENTENARIO DE PEDRO PALACIOS
José Manuel Castellano
Una política ausente y una cultura de papel Kraft parecen definir la gestión actual de la otrora Atenas del Ecuador. Santa Ana de los cuatro ríos de Cuenca.
¿Quién te ha visto y quién te ve? Antaño alegre, luchadora, emprendedora, culta y ahora invadida por un vacío desgarrador y un estremecedor silencio que recorre, sin ton, ni son, los pasillos de ese histórico palacete del ex-Banco del Azuay, que en esta tercera década del siglo XXI se convertirá en edificación centenaria.
Sus moradores solo abren la boca para culpabilizar de centralismo a Quito, para exculparse socialmente de su inanición y pasividad. Un mutismo que invade como aceite los anexados charcos de las organizaciones políticas opositoras, sin pulso, sin iniciativa, sin voz y que se esparce por esos riachuelos de la cultura ya desecados, que solo buscan una oxigenación en el pesebrismo institucional, para revestirse de una intelectualidad hueca e insustancial de corte endogámica con blasones aristocráticos ilegítimos.
Una Ciudad Patrimonio de la Humanidad, donde sus edificaciones históricas se desmoronan bajo el silencio especulativo del suelo, un archivo municipal sin fondos, desordenados y reservado su uso para determinados notables, con museos y exposiciones propios del Medievo, contaminación, polución y desorden que degrada al Centro Histórico, sin referencia cultural, ausencia de circuitos y sin propuestas comunitarias en sus parroquias, carencia absoluta de política de desarrollo y planificación turística, sin infraestructuras básicas. En fin, nada de nada, solo falsa imagen publicitaria de medio pelo y meras apariencias acomplejadas.
Si una imagen vale más que mil palabras y para una muestra un botón, pasen, vean y disfruten del soporte gráfico que acompaña a este texto, que representa una lograda y elocuente síntesis de la desapercibida celebración de este inocuo bicentenario que nunca -
ni antes, ni durante esta pandemia- formó parte de la
gestión municipal.
Un cartel que plasma con precisión realista y simbólica a una “cuenca” en minúscula, a una Alcaldía difuminada e inexistente y a un majestuoso PEDRO PALACIO, que sobresale por encima de todo y sobre todo, entre fuegos de artificios mojados. De modo que sólo nos resta gritar ¡QUÉ VIVA EL CUMPLEAÑERO!
Adenda
Días posteriores a la conclusión de este articulillo nos hemos encontramos, en la página de Facebook de Jaime Rene Cedillo Feijóo, Director El Observador de Cuenca, unas imágenes que agravan aún más la cuestión de fondo tratada.
Una megalomanía despro-porcionada por pasar a los Anales de la Ciudad a través del impacto mediático y no como resultado de una gestión. Como decía un torrero español: “en dos palabras, IM PRESIONANTE”. Uno, al menos, no sale del asombro.


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