miércoles, 3 de marzo de 2021

 ABUSO DE LOS BIENES PÚBLICOS

Uno, que ya es perro viejo, no aprecia desgraciadamente nada nuevo, ni bueno, bajo el sol, aunque no me es indiferente, entre otros aspectos, esos comportamientos generalizados y aceptados, que pueden catalogarse perfectamente de acciones corruptas y mafiosas, de aquellos que bajo el amparo de su condición de servidores públicos traicionan su lealtad al
cargo y a su representatividad social, bien sea en sus parcelas políticas, institucionales, sociales o académicas, y que asumen con pleno descaro y sin rubor alguno que el patrimonio público que administran es “su bien privado, personal o grupal”.
Esa común apropiación de recursos humanos, económicos y de servicios, además, del uso de información privilegiada, junto a la práctica de negocios irregulares e ilícitos, al establecimiento de un clima de sumisión, discriminación, vigilancia y acoso hacia el personal bajo su mando, que combinan paralelamente con políticas de favoritismo, nepotismo y endogámico, llevan a consolidar estructuras organizativas propias del feudalismo y del
caciquismo, que son revestidas con tintes democráticos estéticos superficiales, que transgreden principios, normas, valores, obligaciones y derechos.
Es muy probable que algún lector, alejado del conocimiento o de la experiencia de esa realidad, pueda vincular esta caracterización a teorías conspiranoicas o a un juicio negativo. En cambio, para una inmensa mayoría de los ciudadanos, que se desenvuelven en esos contextos bajo el silencio cómplice o la acción participante, es pan de cada día. En cualquier caso, para unos y para otros, es muy recomendable que evalúen internamente sus propios valores y que
realicen un chequeo hemerográfico general, no sólo para adquirir un conocimiento somero de la verdadera dimensión de este asunto clave sino para que puedan intervenir en la erradicación de estas prácticas vejatorias, que atentan contra los fundamentos sociales y democráticos y que en un futuro muy cercano sufrirán, con toda probabilidad, sus descendientes en sus propias carnes, en el caso de seguir mirando hacia otro lado. Desde mi
visión, la realidad es extremadamente cruda y creo que vivimos en una sociedad global construida entre todos a través de la hipocresía, la mentira, el egoísmo, la pasividad, el conformismo, la insolidaridad y, por consiguientemente, una sociedad derrotada.
Dr. José Manuel Castellano.
AQUÍ NO ECHAMOS FLORES. AQUÍ LANZAMOS DARDOS.
Puede ser una imagen de al aire libre y texto que dice "m Jardín . Botánico PEDRO PALACIOS บ. ALCALDE"

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