viernes, 24 de marzo de 2017

El camino para reducir la contaminación marina

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Entre 8 y 20 millones de toneladas métricas de plástico terminan en nuestro Océano cada año, lo que ya está generando impactos en el ambiente y la vida de las personas.
En anticipación a la Conferencia sobre los Océanos de las Naciones Unidas en junio, esta serie de blogs explora los temas vinculados al océano, los mares, los recursos marinos y la implementación del ODS 14: "Vida Submarina". Mira la serie completa
La meta 14.1 de los ODS llama a: “Para 2025, prevenir y reducir de manera significativa la contaminación marina de todo tipo, en particular la contaminación producida por actividades realizadas en tierra firme, incluidos los detritos marinos y la contaminación por nutrientes”.  Debido a que el 80% o más de la contaminación que llega a los océanos es terrestre, el ODS 14 tiene como complementos dos metas del OSD 6 orientadas a garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos.
Para lograr la meta 6.3, los servicios de tratamiento de aguas residuales deben alcanzar a 2,32 mil millones de personas más para 2030: un promedio de 154 millones más cada año.
Los nutrientes son buenos para los océanos, en cantidades limitadas
Entre los nutrientes se cuentan varios compuestos de nitrógeno y fósforo. Estos nutrientes son esenciales para la salud de los ecosistemas marinos, ya que los consume el fitoplancton marino, las microscópicas plantas flotantes que son la base de la cadena alimentaria marina. Sin embargo, en exceso, estas sustancias conducen a la formación de zonas con bajos niveles de oxígeno (o carentes de oxígeno), conocidas como "zonas hipóxicas" o "zonas muertas", que pueden resultar considerablemente dañinas para los ecosistemas oceánicos.
Con el aumento de la población mundial y de las aguas residuales, gran parte de las cuales se libera sin tratar, y debido al rápido crecimiento del uso de fertilizantes de nitrógeno (que se inició con la "revolución verde" de los años cincuenta), la carga general de nutrientes que llega a nuestros océanos se ha triplicado desde la época preindustrial. Las zonas hipóxicas suman hoy en día más de quinientas.  Estimamos que el daño socioeconómico anual producido por la hipoxia en las zonas costeras es de entre US$200 y US$800 millones por año, lo cual representa un pesado lastre para el progreso económico y la reducción de la pobreza.
Los plásticos: el nuevo desafío de los océanos
En el mundo actual, los plásticos tienen impacto sobre prácticamente todos los aspectos de nuestra vida material.  La producción mundial supera los 300 millones de toneladas métricas por año, en tanto que la tasa de reciclaje de plásticos a nivel mundial es de casi el 25 por ciento.  Lamentablemente, en los últimos años hemos descubierto que una parte considerable de los plásticos (entre 8 y 20 millones de toneladas métricas por año) está alcanzando a los océanos y dando lugar a "manchas de basura" en estos, al tiempo que provoca efectos considerables que son visibles en casi todas las costas y playas del mundo. El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente calcula que los plásticos que llegan a los océanos ya causan daños a los ecosistemas que ascienden a US$13 mil millones por año, e incluso es probable que esta sea una subestimación que se habrá de ir corrigiendo en la medida en que aprendamos más acerca de los distintos impactos.
El camino a seguir
La contaminación producida por los nutrientes y la contaminación provocada por los plásticos tienen una causa común: ambas son prueba de fallos del mercado y de las políticas para incorporar las medidas y los costos de las acciones relacionadas, necesarios para evitar la contaminación marina y minimizar los precios de los fertilizantes, de los alimentos, del tratamiento de aguas residuales y de los productos que contienen plástico. En lo relativo a ambos tipos de contaminantes, el actual modelo lineal de producción, uso y eliminación debe ser sustituido por mejoras en la eficiencia que permitan reducir el consumo, y por sistemas e incentivos orientados a promover la recuperación, la reutilización y el reciclaje de nutrientes y plásticos.  Para lograr esto es necesario que se produzcan transformaciones profundas en sectores fundamentales, como el sector agrícola, el de tratamiento de aguas residuales y de producción de fertilizantes, en la fabricación de productos de plástico y en la gestión de residuos en el ámbito municipal.  Existen oportunidades para la innovación y para la conformación de alianzas público-privadas que den lugar, por ejemplo, a la creación de puestos de trabajo relacionados.
Participar en el debate
Como parte de su serie de diálogos virtuales en apoyo de la Conferencia de los Océanos, programada para junio de 2017, el Centro de Acción por el Océano presentará el lunes 6 de marzo su primer diálogo virtual sobre la contaminación marina. Le invitamos a participar para que compartamos ideas, propuestas y experiencias con miras a trabajar unidos para lograr invertir la marea de la contaminación marina ocasionada por nutrientes y por plásticos a fin de lograr un océano sostenible.

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