jueves, 31 de octubre de 2013

Lo que Fernando Alvarado no dijo


Por: Jeanette Hinostroza
jhinostroza@hoy.com.ec

Muy valiosa la presentación del secretario de Comunicación  Fernando Alvarado en un foro para hablar sobre comunicación y libertad de expresión organizado por la prestigiosa Universidad de Columbia, en Nueva York; lo que Alvarado no dijo es que en el Ecuador el Gobierno solo participa en foros, conversatorios o programas de televisión organizados directa o indirectamente por la institución que él preside y en los que a la hora de hacer preguntas no tienen acceso todos los periodistas, sobre todo si trabajan en medios no alineados.
Fernando Alvarado dijo que la Ley de Comunicación ecuatoriana, se creó para evitar que se repita la relación incestuosa entre el poder económico y el poder mediático, que habría ocultado información durante la crisis bancaria de finales de los noventa; lo que no dijo es que el de la relación incestuosa era un solo grupo económico con más de 50 medios en su poder, pero que la mayoría de medios de comunicación no tenía compromiso con nadie e hicieron pública la información que tuvieron a su alcance; y otra que fue ocultada deliberadamente por las autoridades de turno, fue dada a conocer después de la crisis bancaria. 

Si lo que se quería es evitar la ocultación de la información, lo que la Ley de Comunicación debería garantizar es la obligación de los gobiernos de turno de entregarla a los periodistas y no, como está sucediendo ahora, que hay acceso restringido a la información pública. 
Lo que tampoco contó Fernando Alvarado es que a ese grupo económico le incautaron sus medios de comunicación y hoy la relación incestuosa ya no es entre el poder económico y mediático, sino entre el poder político y el mediático; que su Gobierno maneja el conglomerado de medios más grande del país y que solo publica la información que le interesa.  Defendió la ley actual diciendo que es mejor que la creada en la dictadura militar en donde tres personas del Ejecutivo decidían sobre el futuro de los medios de comunicación; pero lo que no dijo es que ahora ese poder de decisión está en manos de seis personas y que cuatro de ellas trabajaron en o para su Gobierno.
El tema que más preguntas provocó es sobre quién califica la información de interés público que ahora los periodistas estamos obligados a cubrir; los académicos y periodistas asistentes no cayeron en cuenta que Alvarado fue claro cuando dijo que quien decide es el Consejo de Regulación.

Alvarado no pudo responder al cuestionamiento del profesor John Dinges, que dijo que la las leyes progresistas de comunicación le ponen límites a los gobiernos, pero que la ecuatoriana limita y controla a los medios, lo que en resumen constituye un retroceso en cuanto al derecho a la libertad de expresión, prensa e información.  Casi al final alguien le preguntó sobre el extraordinario parecido de varios artículos de la ley de comunicación con el libro 1984 de George Orwells, que describe lo que le pasa a una sociedad servil con el poder; Alvarado se limtó a decir “no sabría como responder a su pregunta…” Lástima pues su respuesta también pudo haber explicado por qué su agresiva estrategia comunicacional se parece tanto a la de Joseph Goebbels.

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