"Ser auténtico tiene un precio, a veces te quedas solo , a veces te malinterpretan, a veces te critican..."
Al finalizar el año, El Observador reitera su compromiso ineludible de continuar trabajando con la misma pasión de siempre, con el mismo compromiso de velar por el bienestar de todos, seguiremos denunciando la corrupción pública, venga de donde venga; nuestros enemigos son los delincuentes de cuello blanco, los que se roban el sagrado dinero del pueblo, con la mentira del servicio público, los que empuñan son saña y alevosía lo que no les pertenece; los que hacen equipo para alzarse con el santo y la limosna.
El Observador es mi trinchera, y desde esta trinchera, seguiré sacando los cueros al sol, sin temor ni favor. No me debo a nadie y me debo a todos. He visto con tristeza y preocupación, cómo ciertos "personajes" que fungen de "periodistas" se han convertido en perros falderos de autoridades desprestigiadas, a cambio de unas monedas. Estos son los "Judas", los que se venden al mejor postor; los que toman la pluma o agarran un micrófono, para ser cómplices y encubridores de los corruptos de alto vuelo.
El Observador
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