lunes, 6 de mayo de 2024

 

Actúa ahora
Queridas amigas y amigos:
Los climatólogos están asustados.

El termostato de la Tierra se ha roto. La temperatura de los océanos no debería haber alcanzado estos máximos hasta dentro de 20 años.

El sistema de corrientes atlánticas que regula el clima de nuestro planeta está descontrolado. Desde México hasta Australia, los arrecifes de coral están sufriendo un blanqueamiento que podría ser letal. Es la extinción masiva de nuestros tiempos.

Año tras año, millones de personas deben huir por culpa de incendios devastadores, hambrunas o inundaciones, y la situación no hace más que empeorar. Nadie saldrá ileso de la crisis climática y nos afectará a lo largo de nuestra vida.

Y las próximas generaciones verán cómo la situación se vuelve más crítica.

Ahora mismo, nuestro movimiento tiene un papel fundamental que desempeñar. La batalla legal contra el gigantesco oleoducto de África Oriental pende de un hilo, las comunidades indígenas de la Amazonía necesitan apoyo para frenar la invasión de las petroleras y un posible proceso judicial contra BP por sus campos petrolíferos tóxicos está a punto de arrancar. Tenemos por delante semanas y meses decisivos.

La fuerza de Avaaz reside en sus miembros. Contamos con tu apoyo para poner en marcha nuestro plan de emergencia.

Abajo te contamos más, pero si ya piensas que el momento requiere acción inmediata, apoya nuestra lucha con una donación recurrente. Nuestro trabajo está íntegramente financiado por gente como tú. Cuanto más recaudemos, ¡en más frentes podremos batallar!


Los organismos vivos somos frágiles. A partir de cierta temperatura, nos sobrecalentamos y morimos.
Algunas regiones del planeta están peligrosamente cerca de cruzar esa línea roja, a partir de la cual pasar unas horas al aire libre podría resultar mortal. Y sin embargo, los líderes mundiales y los directivos de las grandes empresas siguen agravando esta crisis.

A medida que el planeta se va calentando, ha llegado el momento de centrar la atención mundial en esta crisis y movernos para exigir medidas radicales. Pero nos enfrentamos a algunas de las corporaciones y los gobiernos más poderosos sobre la faz de la Tierra y, aunque nuestra voz tenga un impacto, las donaciones recurrentes nos permiten cubrir los gastos de procesos judiciales que se extienden durante meses, financiar investigaciones determinantes y asegurar nuestra presencia en los salones de poder para incidir políticamente.

Nuestras pequeñas donaciones, venidas de todo el planeta, tendrán una repercusión directa en este momento crítico. Si conseguimos fondos suficientes, nuestro movimiento podría:
  • Apoyar a los agricultores y a las comunidades locales para que acudan a testificar ante los tribunales contra el terrible oleoducto de Total que atraviesa Uganda y Tanzania.
  • Permitir a las comunidades amazónicas defender su territorio de las grandes petroleras y de las plantaciones agroindustriales y respaldar sus iniciativas para ayudar a la regeneración de la selva.
  • Ayudar a 21 jóvenes a llevar al gobierno de Estados Unidos a juicio por haber acelerado la crisis climática. Esta demanda podría cambiar el mundo, ¡por eso el gobierno lleva 9 años tratando de tumbarla!
  • Acelerar nuestra campaña para impedir la victoria de los extremistas de ultraderecha. Sus ideas ponen en jaque todo lo que defendemos, por eso nos movilizaremos antes de los principales procesos electorales.
  • Asegurarnos de que Avaaz pueda responder a la velocidad del rayo frente a las mayores amenazas para el medio ambiente, los derechos humanos y la democracia.

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