jueves, 23 de mayo de 2024

 "LLORA CORREA LLORA, SÓPLATE LOS MOCOS"

POR JAIME CEDILLO F
Hay complacencia en el Ecuador por la resolución del Tribunal de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, sobre el pedido del gobierno mexicano, en contra de nuestro país. Concretamente, la Corte declaró que "no había real inminente de perjuicio irreparable a los derechos de México que justificara la adopción de medidas provisionales".
El gobierno ecuatoriano actuó como actuó ante la cercanía fuga del prontuariado por delitos de corrupción, Jorge Glas Espinel, condenado a varios años de prisión, y procesado, además, por otros casos, como el terremoto de Manabí, donde la banda de correístas, bajo la tutela del prófugo y traidor a la Patria, Rafael Correa Delgado ( el que se declaró amo y señor de todos los poderes), se alzaron con el dinero recaudado, haciendo unas pocas obras con sobreprecios, y, desviando para sus bolsillos millones de dólares de propiedad del pueblo contribuyente y solidario con los hermanos de Manabí.
Por eso, la justicia los persigue a Correa, Glas y todos los pillastres, escondidos en países cómplices, que los llaman con cariño perseguidos políticos, que les brindan refugio en sus embajadas, donde tienen a sus anchas, cama, dama y chocolate.
Jamás la Corte de Justicia Internacional, daría la razón a un gobierno y un presidente como López Obrador, que convirtió la delegación de su país en albergue de delincuentes de cuello blanco. Porque pudo demostrar que agotó hasta el último de los recursos internacionales, para pedir que López Obrador entregue a Glas para que rinda cuentas a la justicia. No hizo caso, se encogió de hombros, se mofó de los acuerdos, se inmiscuyó en asuntos internos, lanzó ofensas e insultos al Presidente Noboa, con arrogancia y prepotencia, humillando a su propio pueblo, al digno pueblo mexicano, que no se merece tener un presidente acusado de pactar con bandas narco-criminales. Hasta han calificado al gobierno de López Obrador como un narco-estado.
Es que el que la hace la paga. Las fuerzas de seguridad sacaron por la fuerza a Glas de la embajada donde disfrutaba de las delicias del poder, planificando el gran escape. No olvidemos que el gobierno de López Obrador, le concedió asilo político al peligroso prófugo, y pedía con soberbia, que se le entregue salvoconducto para que pueda salir del país, con destino al paraíso de los que delinquieron más de una década con "manos limpias, mentes lúcidas y corazones ardientes".
Entonces, sin desconocer que Ecuador hizo algo indebido, pero ante la inminente fuga, no le quedó otro camino que sacarle arrastrando al que se creía el bacán de arete y pelo, el chueco que es acusado, además, de delitos de acoso y hostigamiento.
Por el momento, la "victoria" está en cancha de Ecuador, pero esto no termina todavía, aunque López Obrador, diga que le tiene sin cuidado la decisión del Tribunal de Justicia de la Haya, que seguirán acusando, hasta pretende que Ecuador sea expulsado de la Organización de las Naciones Unidas.
Terminamos, este breve comentario, con la frase del ex-representante de la empresa brasileña, Marcelo Odebrecht: "Yo no he corrompido a nadie, ellos ya eran corruptos cuando los conocí". Yo agregaría: El poder corruptor del dinero. Sigue llorando Correa, sigue soplándote los mocos".
EL OBSERVADOR
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