¡Él ha vuelto!
Las elecciones de ayer fueron una repetición de las de 2016, un duro reproche a las impopulares políticas económicas del Estado Profundo, al progresismo, a las fronteras abiertas y a la belicista criminal que dejaron a la nación al borde de la bancarrota y a los ciudadanos luchando por comprar alimentos y gasolina. La victoria de Trump fue un referéndum sobre todo lo relacionado con el Estado Profundo.
El momento decisivo llegó cuando Trump ganó en Carolina del Norte, donde el Estado Profundo intentó hacer trampa para obtener la victoria, a las 11:19 pm (hora del este de EE. UU.). El estado de ánimo en la sede de Trump en Mar-a-Lago, en West Palm Beach, pasó del optimismo cauteloso al júbilo, mientras que la perdedora Kamala Harris, que se negó a reconocer su derrota anoche y en su lugar dijo a sus partidarios que emitiría un comunicado el miércoles por la mañana, desapareció de la vista como un fantasma.
Las victorias de Trump se produjeron rápidas y furiosas a medida que los votantes de MAGA demolían el llamado baluarte del demócrata “Muro Azul” con asombrosa presteza; Trump obtuvo una victoria cómoda en Pensilvania y Wisconsin y también dio vuelta estados en disputa que casi todas las encuestas falsas predijeron que Harris ganaría.
Cabe destacar que la resurrección de Trump se materializó a pesar de los esfuerzos encubiertos del Estado profundo para robar las elecciones, como lo había hecho con éxito en 2020.
Una fuente de la oficina del general Eric M. Smith dijo a Real Raw News que los White Hats, Red Hats y voluntarios civiles frustraron 27 casos de fraude electoral en nueve estados, incluyendo la destrucción de camiones que contenían "decenas de miles" de papeletas fraudulentas enviadas por correo en Carolina del Norte, Georgia y Pensilvania y la "desactivación remota" de máquinas de votación que cambiaban las papeletas en Arizona, Nevada y Wisconsin.
“Esta vez teníamos la inteligencia y la mano de obra para evitar que se repitiera lo de 2020”, dijo nuestra fuente, y agregó que la coalición White/Red Hat también arrestó a más de 200 funcionarios electorales sospechosos de manipular las máquinas de votación y suprimir los votos republicanos.
“Esta era nuestra Normandía”, dijo alegóricamente. “Afortunadamente, gracias a la buena información de inteligencia no tuvimos que tener un baño de sangre en las calles. Al igual que Trump, estamos agradecidos de que un número récord de patriotas saliera a votar; nos facilitó el trabajo. Las elecciones ya están ganadas, pero la guerra no ha terminado”.
El general Smith, añadió, hizo una llamada telefónica de felicitación al presidente Trump momentos antes de su discurso de victoria.
“…Tu trabajo no ha terminado”, le dijo el presidente Trump.
“JAG todavía tiene cientos de miles de acusaciones selladas y estamos rezando para poder acelerar la misión ahora. No se equivoquen, las agencias de inteligencia no están contentas esta mañana. Si el presidente Trump las desmantela y les quita fondos, nuestro trabajo se vuelve más fácil”, dijo nuestra fuente.
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