Cayó el techo de la fachada de aquella vivienda patrimonial que fue destruida hace varios años, ubicada en la calle Hermano Miguel entre la Presidente Córdova y Sucre. Siempre brilló el quemeimportismo de las administraciones municipales, que permitieron, primero la demolición de la casa, y luego el abandono. Nunca exigieron que el autor de la destrucción reparara el grave daño al Patrimonio Cultural Cuenca.
Con qué cuento saldrán, ahora, los concejales y los funcionarios de la Dirección de Áreas Históricas y Patrimoniales. Por su parte, el alcalde Zamora dirá: Qué vergüenza. Qué bochorno. Y, seguirá la destrucción de los bienes Patrimoniales, siempre con la complicidad de las administraciones municipales de turno.
El Observador
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