viernes, 8 de septiembre de 2023

 Periodismo en la era de la sobreinformación

Patricio Matute Garcia
En la década del 2000, la Primavera Arabe, nos mostró la forma de difundir, a través de las redes sociales y los medios alternativos de comunicación, que era posible practicar el naciente “periodismo ciudadano”. Miles de ciudadanos, de distinta edad, género, condición socio-económica, práctica religiosa, utilizaron sus teléfonos celulares, tablets y ordenadores para mostrarnos, en tiempo real y en diferido, los acontecimientos del pulso político diario en Egipto, Túnez y Yemen, donde todo era un caos inconstitucional, la población reclamaba por sus derechos o por otra forma de relación y praxis político-ideológica.
Pero los antecedentes del periodismo ciudadano se presentaron antes en 1997, cuando el periodista Matt Drudge, escribiera en su blog The Drudge Report, los acontecimientos entre el presidente Clinton y la pasante Monica Lewinsky. Todo comenzó con un correo electrónico anónimo y luego con una investigación. En seguida las cadenas de comunicación Washington Post, Wall Street Journal, Newsweek, comenzaron a difundir la noticia. Pero el periodismo ciudadano de la “era del blog”, se había adelantado a las famosas “exclusivas noticiosas”. Un “blogero” puso en jake a la opinión pública, al “cuarto poder” de la primera de democracia del mundo. Los blogs eran sitio de búsqueda para informarse y fundamentar una posible opinión pública, alterna, a los tradicionales y grandes mega medios de comunicación. Había millones de blogs en el mundo, cada día se escribía, opinaba e investigaba mucho. Los blogeros o blogers, adquirieron credibilidad en el ágora virtual y pública.
Durante la Primavera árabe, y durante la era del blog, se puso en duda si la mediación periodística: seguiría?, cumpliría su misión?, estaría a punto de cambiar los cánones de la información?, los medios de comunicación cambiarían sus formatos?, habria especialistas para los públicos y las audiencias en varios asuntos: económicos, sociales, políticos, ideológicos, culturales?, habrían otras plataformas para informarse?
La pandemia del SARS COV 2, en 2020, corroboró estos acontecimientos, y el mundo se adelantó en tres décadas; sin embargo llegó con otro plus: la hiper información, la sobre información, lo que la Organización Mundial de la Salud, denominó: Infodemia.
Todo se esclareció, una cosa era el
naciente periodismo ciudadano, con sed de difundir de todo, a cada segundo, hasta la ducha diaria de las mascotas; y otra es el periodismo informativo, las relaciones públicas, el periodismo de opinión, el periodismo económico, los corresponsales de guerra, el periodismo cultural, el periodismo político, que sin duda deben especializarse, retornar la senda académica, contrastar fuentes, verificar datos, utilizar Big data, mostrar escenarios próximos y futuros, además de reinterpretar la realidad a través de significantes y significados para ser “mediadores” entre el poder, el acontecer diario y los ciudadanos que necesitan la “verdad” en la vida, para enrumbar su opinión pública, muy necesaria en la praxis política.
El periodismo ciudadano está muy bien, porque rompe el monopolio de la información mundial y porque presenta una alternativa al monopolio económico de la industria cultural que manipula millones de personas con verdades instauradas a cada instante; pero el periodismo académico es necesario en la era de la súper e hiper información para evitar la infodemia que causa estrés social y sobre todo miedo a la realidad, porque se pretende instaurar la idea de que “todo está bien”, de que vivimos en una burbuja de felicidad, cuando en realidad el Estado de Bienestar y el Antropocentrismo, terminaron hace rato, hoy con la era del Antropoceno, vivimos otras relaciones de poder, otras defensas y ejercicios de derechos, otras ofertas y demandas culturales, otras ideologías, la brecha ricos y pobres crece, la brecha Inter generacional es evidente, hay crisis planetaria por explotar los recursos naturales, hay crisis de valores, se acabaron las utopías de la equidad e igualdad. Hay miedo al futuro incierto. Por eso la ciencia y la tecnología en exceso, están convirtiéndose, poco a poco, en los nuevos dioses de la humanidad, reemplazando a la tan necesaria espiritualidad que provoca discernimiento y pensamiento crítico.
Por si acaso, en este ensayo, no se utilizó para nada Inteligencia artificial. Aún creemos en las neuronas libres de injerencia de manipulación del pensamiento único global.
Próxima entrega: es la IA (Inteligencia Artificial, la nueva manipulación para instaurar un pensamiento único?

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