En el temblor de hace tres meses se vinieron al suelo dos vidrios de la fachada del Museo Pumapungo. Desde entonces fueron reemplazados por el plástico negro que se aprecia en la fotografía. Esta es una radiografía del desastroso y centralista ministerio de cultura. El texto atribuido al gran Hernán Crespo Toral, “Pensé que en este pequeño museo podíamos hacer algo realmente interesante, reflejar el mundo…” resulta paradójico. Cuenca debería pensar seriamente en manejar ese Museo con absoluta autonomía y con presupuestos que tiene el gobierno la obligación de entregarlos. Señor alcalde electo, por favor intervenga.
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