POR: MARCO ROBLES LÓPEZ
UNAS INDISCRETAS PREGUNTAS.
Primeramente procede plantearnos unas ineludibles
interrogantes: ¿ha cambiado de rostro –o, expresándonos con mayor propiedad: ha
cambiado de estrategia- la achacosa súper potencia? ¿Aplican disciplinadamente
la política internacional que les impone EE UU sus obedientes “aliados” de
Europa Occidental? ¿Algunos de los poderosos dirigentes de los Estados árabes,
que han trocado el mensaje del Corán por el “oro del diablo”, que “nadan” en
ríos de miel y hacen el amor con huríes de carne y hueso en sus “paraísos” (de
la voz persa pardés/pairidaeza, que originalmente traduce “cercado” “parque” y
de aquí, “jardín”; por ello en griego se conoce como παραδεισοζ)),
verdaderamente han consolidado una sólida
alianza con el “Satanás” de Occidente? ¿Japón, hasta hace poco la segunda
potencia económica del mundo, tiene verdaderamente una política internacional
propia o sigue el libreto y las instrucciones que se originan a orillas del Potomac, EE UU? ¿Algo similar
les sucede a Corea del Sur, un país con un Estado cuasi fantasmal, a los
desdichados países de Irak y Afganistán, ocupados, saqueados y arruinados por
el “democrático” imperialismo? ¿Qué gobernante norteamericano, muy suelto de
huesos, decía que los tristemente famosos talibanes eran “combatientes por la
libertad”? ¿Quiénes, en un comienzo, armaron soterradamente o en la profunda
clandestinidad a los grupos más violentos de Al Qaeda, así como a los feroces
miembros de la Yihad, expertos en decapitar a periodistas del mundo occidental?
¿Y acaso el finado Ben Laden no tenía tratos comerciales y negocios petroleros
con el clan Bush?
LA GRAN TENAZA DE HIERRO.
Sin embargo, o quizá por esto mismo, se ha
constituido una temible coalición de Estados, bajo la dirección del
imperialismo estadounidense: EE UU - miembros europeos de la agresiva OTAN, con
el Reino Unido, el más fiel socio, en primera línea - Arabia Saudita - Emiratos
Árabes – Qatar - Israel (no olvidemos: se trata del feroz “Caballo de Troya” de
EE UU en Oriente Próximo), Turquía, que, desesperadamente, consideran prioridad
vital reestructurar y revivir el mundo unipolar que en estos últimos años
gradualmente está perdiendo su “esplendor” y empezó a resquebrajarse, mientras
paso a paso se configura un planeta multipolar, que ha sido testigo del
espectacular ascenso de China, la recuperación político-económica de la
Federación Rusa y el fortalecimiento de Irán, así como la gradual consolidación
de los países miembros del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica),
estos últimos evitando múltiples zancadillas, resistiendo por igual las más
sutiles, como las más grotescas intromisiones y acciones diversionistas que ha
desatado el régimen del imperialismo, sus monopolios, transnacionales e
¡incluso sus instituciones jurídicas!, como son los casos de los llamados
“fondos buitres”, contra la hermana nación Argentina y el infame asunto
Chevron, contra nuestra patria. ¿Cuáles son las prioridades de esta poderosa
coalición? Sobre todo, recuperar ese mundo unipolar que parece desvanecerse, a
la cabeza con EE UU, merced a las guerras regionales y al fabuloso negocio de
las armas, intentando cercar y doblegar económicamente a la poderosa Federación
Rusa, a la nueva súper potencia, China, mantener “neutralizado” a Irán y,
definitivamente acabar con el actual régimen sirio para ubicar un gobernante
títere en su lugar o, simplemente desintegrar a ese Estado islámico, que
asimismo es uno de los contados gobiernos laicos del mundo árabe, como ya
hicieron hace no mucho con Libia o una década atrás con la desaparecida
Yugoslavia.
Sin
duda Siria es el objetivo inmediato del imperialismo, aunque su gobierno y sus
Fuerzas Armadas han resistido valerosamente hasta la actualidad la
confabulación orquestada por el actual gobernante de EE. UU., Barack Hussein
Obama quien, como recurso desesperado, que viola toda norma del derecho
internacional, declaró en días pasados que armará a los “rebeldes” contra el
régimen sirio y, como cualquier monarca ya dispuso atacar, desde el espacio
aéreo sirio a los miembros terroristas del Ejército Islámico, ¡sin consultar al
Estado de Siria, mucho menos a la ONU y a su Consejo de Seguridad! Esta
política de Obama, muy similar a la que en su tiempo tuvo George W. Bush,
cuando se aprestaba a invadir a Irak, en primer lugar demuestra que la
naturaleza violenta y agresiva del imperialismo no ha cambiado, sea cual sea su
mandatario; en segundo lugar, que B. Obama y en general el sistema del
imperialismo, contando con el apoyo de los imperios mediáticos encargados de
tergiversar la verdad, comete una felonía increíble, indigna de un gobernante
que se considere democrático y respetuoso de la soberanía de las naciones. Por
estos hechos incalificables, el conocido escritor y teórico estadounidense,
James Petras, señalaba que Obama traicionó, desde el comienzo de su mandato, a
sus partidarios, especialmente al pueblo afro-norteamericano que tenía grandes
esperanzas de que haría un gobierno a favor de los más necesitados, de las
clases populares y marginadas, pues a poco de ganar las elecciones dio un giro
radical, recibiendo el respaldo de los sionistas, se entregó a los magnates de
Wall Street, ¡los adulones del Parlamento Noruego le entregaron el Nobel de la
Paz! (años atrás hicieron lo mismo ¡con el guerrerista H. Kissinger y el
sionista que ofreció armas al régimen racista de ese tiempo, de Sudáfrica,
Shimón Péres!) , mientras los politólogos e ideólogos partidarios del viejo
mesianismo de la súper potencia, al estilo de Zbigniew Brzezinski, ahora
nuevamente son consejeros bienvenidos a la Casa Blanca. La decepción de los
pobres, marginados y excluidos del “sueño americano” ha sido inmensa, porque
creyeron que era un afro-norteamericano progresista, sin saber que creció y se
formó con el cerebro monitoreado por los grandes capitalistas, por los jefes de
las oligarquías financieras, por la sigiloso pero muy influyente stablishment,
por los miembros del lobby judío, todas estas estructuras que tienen una enorme
capacidad de maniobra, incrustados en los engranajes fundamentales de la
maquinaria estatal, y que son los que verdaderamente gobiernan al Estado
imperialista tras bastidores, al servicio de la bancocracia y las
transnacionales.
LATINOAMÉRICA Y EL CARIBE, PRESENTES.
Mientras la Europa Occidental, inclinada la
cabeza, obediente y genuflexa, marcha uncida al yugo del Tío Sam y se involucra
en una nueva absurda guerra, varios países latinoamericanos y caribeños han
considerado la vía a un nuevo orden
internacional como la mejor opción,
prioridad fundamental para su supervivencia, la soberanía cabal y una
política inteligente, que sin operar en la autarquía o en el aislamiento,
neutralice la perniciosa influencia de la aludida súper potencia, de su
complejo militar-industrial, principal responsable de asonadas militares,
motines palaciegos y dictaduras sangrientas, al estilo de la de Augusto
Pinochet, así como de la instalación de
las temibles bases militares en varios países de nuestro continente, como en
Colombia, en donde el 85% de la “ayuda” de EE UU al pernicioso Plan Colombia,
la mayor parte en armas, pero también en glifosato, el pesticida de la
transnacional MONSANTO, que hace su agosto con estos productos altamente
tóxicos y con las no menos peligrosas semillas transgénicas, como en
México, se precipitó al pantano de una
horrible corrupción, en condiciones cuando miembros regulares de las fuerzas
armadas se vincularon con los paramilitares. Álvaro Uribe, ex mandatario,
admirador de Bush y extremista de derecha, tiene mucho que contar sobre estos
turbios entretelones políticos.
Lo cierto es que esos monopolios, transnacionales
y organismos del Estado imperialista, han demostrado su arrogancia y capacidad
depredadora en contra de las economías emergentes que desean optar por una
nueva vía, sin cepos, cadenas ni insolentes órdenes.
Justamente por lo expuesto, en nuestra
Latinoamérica y el Caribe, se han creado organismos que buscan una vía
soberana: CELAC, ALBA, UNASUR, etc.
¿Monarca sin corona?
Es
necesario decir las cosas sin rodeos: la política internacional de Barack
Hussein Obama no se diferencia sustancialmente de la de su inmediato
predecesor, George W. Bush hijo. Es más: ¡el régimen de Obama ha llevado a la
muerte a mayor número de personas inocentes, civiles, mediante el uso de
drones, que el pasado régimen del genocida G. W. Bush!, y facilitó armamento
moderno a Israel, incluido esos temibles aviones no tripulados, para que el
ejército sionista desate el terror en Gaza. A propósito, oportuno preguntarnos:
¿Matar a ciudadanos inocentes, incluyendo niños, mujeres y ancianos mediante
esos drones, no es terrorismo? Por supuesto que sí, solamente que se trata de
un terrorismo de Estado, que todos
estos años ha contado con el disimulo y la indulgente actitud de los imperios
mediáticos, como CNN, NEW YORK TIMES, WASHINGTON POST, BBC, REUTER, AFP, etc.
Por
otra parte, si Bush hijo y sus secuaces, como Dick Cheney, Donald Rumsfeld y
otros más, fueron los responsables directos de la destrucción del país islámico
Irak, de su sistema político, de su economía, de sus instituciones; si mataron
impunemente a centenares de miles de iraquíes; si dejaron sembrando el caos y
el terror, mientras las multinacionales hacían un gigantesco negocio con la
“reconstrucción” del desdichado país, de la explotación del fundamental
petróleo, tanto que sus reservas se incrementaron enormemente merced a las
compañías internacionales, en las que la voz cantante tienen las
norteamericanas; ahora con Obama el turbio negocio es mucho más suculento: la
producción de petróleo ha llegado a los ¡3.6 MILLONES de barriles diarios!,
según datos consignados por la AIE, la famosa Agencia Internacional de Energía,
a la cadena londinense BBC, y son las multinacionales del imperialismo las que
controlan la extracción y venta del petróleo, una de las razones por la que
continúa la ocupación de Irak, igual que la de Afganistán, disimulada con
gobiernos títeres y elecciones amañadas.
¿Ha
servido de algo al pueblo iraquí tanta riqueza que se extrae de las entrañas de
su país? De ninguna manera: Irak sigue siendo una nación no solamente ocupada,
depredada y ofendida por los “campeones de la democracia”, sino que es víctima
del terrorismo y de atentados criminales de grupos fanáticos incontrolables; la
mayoría de su población es pobre y extremadamente pobre, con deplorables
servicios básicos, como los de electricidad y agua potable, y vive en peores condiciones que durante el
régimen de Saddam Hussein, el dictador que primero fue “aliado” de EE UU, sobre
todo durante su guerra contra Irán, y luego su enemigo. Por manera que en Irak,
en donde en la práctica cogobierna el imperialismo, igual que en Afganistán, no
se ha producido ningún “milagro” con el Premio Nobel de la Paz, un
desconcertante guerrerista, sino nuevas y multiplicadas calamidades.
Y si
el intelectualmente limitado G. W. Bush invadió Irak sin contar con el acuerdo
de la ONU y recurriendo a una increíble patraña, Obama, Nobel de la Paz en
2009, ha decidido quedarse en esa destrozada nación, quién sabe si hasta las
”calendas griegas”, en primer lugar, por los suculentos negocios y luego,
porque es el mandatario de la súper potencia, algo diferente a Bush, aunque sin
dejar de recurrir a una política internacional sumamente agresiva, pues declaró,
con toda arrogancia, que para esas acciones militares que ha decidido emprender
contra los yihadistas en el espacio territorial sirio, ¡no requiere de la
autorización de Siria!, y ha resuelto armar a mercenarios “moderados”, para
atacar al actual régimen de esa nación. Mientras tanto, una de sus principales
funcionarias, Victoria Noland, declaraba hace poco, cuando algunos Estados de
la Unión Europea manifestaban cierta renuencia a involucrarse en las nuevas
aventuras bélicas del imperialismo, lo siguiente: “Que se vaya a la mierda la
Unión Europea” (¡sic!). Desde luego, así actúan tanto los arrogantes como los
falaces representantes del Estado-gendarme internacional, o los intelectuales
que admiran la política imperialista. En efecto, uno de los Premios Nobel de la
Paz, renombrado escritor de origen judío, Elie Wiesel, para justificar lo
injustificable, pronunció una mentira horrorosa: ¡HAMAS había puesto como
escudo a 500 niños palestinos para que murieran en los bombardeos! No puede
desconocerse que Hamas cuenta con algunos elementos violentos y fanáticos, pero
de ahí a afirmar que pusieron como escudo a medio millar de menores de su misma
tierra, para que sean masacrados, existe una diferencia abismal.
En este punto, vale preguntarse: si falla la estratagema
contra Irak y Siria (digo esto por cuanto Rusia ya envió una nave equipada con
misiles a las proximidades de la estratégica ciudad-puerto de Tartous –o
Tartus-, en el Mediterráneo, en donde Rusia posee la única base militar fuera
de su territorio), si definitivamente no logran que Ucrania se convierta en un
verdadero bastión militar de la OTAN, ¿volverá Obama los ojos a Venezuela, para
desestabilizarla y, de ser posible, orquestar un golpe de Estado para cambiar
de gobierno, porque dicha nación es terriblemente apetecida por las
transnacionales del “oro del diablo”, en virtud de poseer reservas petroleras
que se encuentran entre las más grandes del mundo? De ninguna manera debe
descartarse esa posibilidad: al fin y al cabo las siete bases militares en
territorio colombiano no se instalaron como objetivo fundamental para combatir
el narcotráfico, que, digan lo que digan los imperios mediáticos en contrario,
sigue floreciente, igual que en México o en Afganistán, sino para otros fines,
nada decorosos y realmente siniestros: los planes geopolíticos que consideran
el control, avasallamiento y saqueo de Estados y naciones con ricos recursos
naturales, pero considerados débiles y por lo mismo vulnerables. Y para llevar
a cabo esa política internacional se encuentra en la Casa Blanca el afro
norteamericano y “monarca sin corona”, Barack Hussein Obama, tan guerrerista
como G. W. Bush, como ya hemos manifestado, aunque con una sola ventaja: es
bastante más inteligente que aquél y, por lo mismo, más peligroso. Para agravar
la situación, por corredores y oficinas de esa Casa Blanca merodea el más
temerario asesor de geopolítica del imperio: el viejo zorro de la geopolítica,
uno de los mentalizadores de la antigua “Tricontinental”, Zbigniew Brzezinski.
Por manera que no tienen por qué preocuparse los gigantes bancarios
internacionales que, desde los recónditos reinos del poder manejan la Reserva
Federal de EE UU, con familias tan poderosas, como Rothschild (con
inextricables nexos en Reino Unido, Alemania e Israel), y respectivamente:
Morgan (Reino Unido), Rockefeller (EE UU y su socio principal en Oriente
Próximo, Israel), Lazard (Francia), Lehman Brothers (EE UU), ese de la
estrepitosa quiebra hace unos pocos años, Goldman Sachs (EE. UU.), el gigante
bancario en cuyas bodegas un mandatario a quien se le considera personaje
progresista, por una gestión financiera dejó en prenda algunas toneladas de
nuestro oro, que significó sangre, sudor y muchos sufrimientos a nuestros
trabajadores, especialmente mineros -¿Devolverán algún día los lingotes? Lo
dudo mucho-. Pero como las cosas no andan bien en el “paraíso” del Tío Sam y
Obama no es un mago, ya han planificado una estrategia que la consideran
infalible para continuar en el poder mundial: desatar nuevas guerras regionales:
Ucrania, Siria, Irak. El sacrosanto orden mundial así lo exige.
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