Por: Diego Ordoñez
El año terminó con un despliegue de poder omnímodo. Sin
reparar en formas, queda escalofriantemente claro que no hay límites legales ni
morales cuando de perseguir se trata.
Coincidente el feriado más largo del año (coincidencia?) un
allanamiento maquillado de “acto urgente” trepida en el coraje aún del más
corajudo. Rostros encubiertos y metralletas irrumpen en una vivienda para
obtener la evidencia del peor de los delitos, según dice. Hackear los correos
del presidente, es gravísimo “por dios santo”, dice.
En el fragor del mensaje y del acto ejemplarizador que
devendrá sin duda en encarcelamientos, quien lo dice no repara en los vacíos de
verdad que deja. Hemos investigado esto por meses, afirma. Si es así entonces
¿porqué el allanamiento urgente en la noche y antes del feriado? ¿Porqué la
urgencia de llevarse las computadores y el ipad de un niño?. Acaso los acusados
no tienen derecho de exigir presencia de su abogado? Acaso el asambleísta
Jiménez no tiene fuero e inmunidad que restringe que su oficina sea allanada?
¿Porqué sería diferente que un cetrino australiano exponga al
mundo los correos electrónicos de miembros del gobierno norteamericano; y es
gravísimo que algo similar suceda en estos lares?. Si Villavicencio y Jiménez
requieren asilo en la embajada británica¿ el gobierno ecuatoriano les
concedería salvoconducto?
Supongamos que son reos de un delito. Eso explica por que en
el show sabatino se hace público lo que según se dijo fue encontrado en los
archivos incautados. De cuando acá se puede justificar o entender que los
videos del allanamiento estén a disposición de quien ha denunciado el supuesto
delito? De cuando acá se puede justificar que los contenidos de los equipos
incautados vayan a parar a manos de empleados públicos distintos de quienes
ejercen funciones en el Ministerio Público? Hay algo qué explique o justifique
que con sorna y afán de perjuicio se menciona que en los equipos se habría
encontrado información cuya divulgación es violación de la intimidad de las
personas? ¿Acaso el gobierno ecuatoriano no creó un incidente internacional por
la cadena de custodia de las computadoras que fueron encontradas en Angostura
de las que se hizo pública información comprometedora?
Carga de preguntas cuya respuesta es sencilla. Cuídense
opositores por que cuando se trata de la voluntad de quien se autocalificó jefe
de todo del Estado, no hay límite.
No es pues un allanamiento que realiza un fiscal. Se trata de
avasallar a quienes han denunciado actos del gobierno en temas petroleros, los
que no han sido negados. Sobre los que los obsecuentes que tienen la obligación
constitucional y moral de fiscalizarlos, guardan servil silencio. Mucho menos
se espera que de ellos surjan investigaciones fiscales, allanamientos,
encarcelamientos contra quienes resulten culpables. El poder sirve para
evitarlo. Sin reglas que se respeten, sin instituciones y autoridades que las
apliquen, sin garantías constitucionales y procesales, se ratifican todos los
motivos que crean temor y resquemor. Nadie quiere verse frente a un poder
judicial modernizado pero controlado. Suerte la del fiscal Chiriboga, quien sin
inmutarse por las horrendas revelaciones de Delgado, sigue de vacaciones. Para
los que están de ese lado, al parecer no corren riesgo. Para los del otro lado,
está la parte angosta del embudo. Feliz Año.
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