Segunda vuelta Ecuador 2025 | Crece la polarización entre correísmo y anticorreísmo: ¿qué harán Daniel Noboa y Luisa González?
El medio millón de ecuatorianos que votó por Leonidas Iza será determinante para esta segunda vuelta. Noboa y González tendrán que hacer una campaña quirúrjica para convencer a ese electorado.
[¡Estamos en WhatsApp! 📲 Pasa en todo el mundo. En Estados Unidos la polarización está marcada en torno a la figura de Donald Trump. En Argentina es Javier Milei. En Europa, más que figuras políticas, la polarización se define por temas como el Brexit o la inmigración. En Ecuador, llevamos casi dos décadas de una polarización alrededor de la figura de Rafael Correa, que se ha visto reflejada sobre todo en las últimas elecciones presidenciales, aunque él ya no es candidato, pero dirige los hilos de su movimiento político.
Una parte de los ecuatorianos quiere salir de esa espiral y eso explica que, en las primeras vueltas de las elecciones de 2017, 2021 y 2023 hubo al menos cuatro candidatos que concentraron más del 80 por ciento de la votación: el candidato del correísmo, el que se declaraba su antagonista, y otros que se mostraron como la tercera vía.
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El problema es que, para las segundas vueltas, los dos candidatos finalistas alimentaban la polarización para capturar los votos. Los analistas consultados para esta nota coinciden en que Guillermo Lasso, en 2021, y Daniel Noboa, en 2023, que recibieron alrededor del 20 por ciento de apoyo en las primeras vueltas, ganaron en el balotaje gracias a votos que suma la polarización. Es decir, los votos del “antocorreísmo”.
Sin embargo, esto no ocurrió en 2025. La polarización no esperó al balotaje y se disparó en primera vuelta. La candidata del correísmo, Luisa González, y Daniel Noboa, quien ahora representa el anticorreísmo, concentraron el 90 por ciento de la votación. Algo inédito en la historia del país. Los analistas sugieren algunas explicaciones:
Sea cual sea la razón o distintas razones, Ecuador ya vivió su segunda vuelta. Entonces, ¿qué se viene ahora y qué pasará el 13 de abril?
Se acabaron los votos del correísmo y anticorreísmo
“Esta campaña va a estar destinada a esos pequeños grupos que todavía no saben por quién votar y que probablemente no son correístas ni anticorreístas”, dice Paolo Mocagatta, PhD. en Ciencias Políticas y Sociales y catedrático de la USFQ. Explica que Daniel Noboa ya concentró los votos de gente que confía en él y gente que, aunque no confía en él, le da el voto porque no quiere al correísmo de regreso. De igual manera, Luisa González ya consiguió los votos de gente que confía en ella o en el correísmo, y que no quiere otra opción en el poder.
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Ahora los finalistas tienen que romper ese molde y convencer a quienes no comulgan con esa polarización. Moncagatta y la encuestadora Comunicaliza hicieron un estudio en enero, en el que se calcularon que hay un 30 por ciento de la población que tiene sentimientos positivos a la figura de Rafael Correa y, alrededor de otro 30 por ciento, sentimientos totalmente negativos. Más de un 25 por ciento se divide en personas que tienen menores grados de apoyo o rechazo a Rafael Correa. Y un 13 por ciento se declara neutral.
Quizás este último grupo de personas que no tiene simpatías ni antipatías por Correa fue el que se inclinó por Leonidas Iza, que quedó en el tercer puesto con el 5 por ciento de la votación, y otros candidatos que no llegaron ni al uno por ciento. Más los nulos y los blancos. Y es allí a donde tienen que apuntar las campañas ahora.
Pero Moncagatta añade otro dato: el sentimiento anticorreísta es más fuerte en personas mayores a 50 años. La encuesta arrojó que sólo el 19 por ciento de jóvenes entre 18 y 30 años tienen actitudes negativas hacia Rafael Correa, mientras que en mayores de 50 años el sentimiento negativo es del 51 por ciento. Pensando en la campaña, esto quiere decir que los votos todavía en disputa están sobre todo en los jóvenes, mientras que las personas mayores ya tienen su voto definido y no hay mucho por qué pelear en ese segmento.
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¿Cómo captar los votos que le faltan a Noboa y González en segunda vuelta? “A Noboa ya no le basta con el cartón, no le basta con ser presidente, ya no le sirve decir que solo este un año en el poder. Esos votos ya los tiene. Ahora debe salir a hacer campaña y disputar los votos de Leonidas Iza”, dice Francisco Sánchez, analista político y director del Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca.
Sánchez recuerda que, de todos los candidatos que Pachakutik ha tenido para la Presidencia, hasta el momento Iza es el más radical y ha recibido el respaldo de más de medio millón de ecuatorianos. Entonces, ¿qué busca ese votante? “El voto de Pachakutik es un electorado de base identitaria, que se ha sentido discriminado, estigmatizado, que no accede a los espacios públicos”, responde Sánchez. A su criterio, quien defienda o represente ese sentimiento identitario se llevará los votos.
Para Luisa González puede ser más fácil con una campaña de proximidad. Pero no la tiene tan fácil. Su reto es disipar los temores del electorado que siente que Rafael Correa será realmente quien gobierne y no ella. “Ya ha marcado distancia con Correa, algo que le beneficia a su campaña. Pero todavía tiene que dar garantías de que la dolarización no se va a acabar”, remata Sánchez.
La fragilidad de Noboa y el nulo que perjudicaría a González
¿Pero dónde están esos votos que darán la victoria a uno de los dos? “El espacio para absorber votos es muy pequeño y mucho más para Noboa”, dice Javier Rodríguez, analista de datos y PhD. en Sociología por la Universidad de Wisconsin.
El experto comparó los resultados de la segunda vuelta de 2023 con la primera de 2025 y encontró que los lugares donde Noboa registró su mejor rendimiento electoral en la anterior elección, ahora sufrieron desplomes significativos. Por ejemplo, en Ambato alcanzó el 75 por ciento de la votación en 2023 y acaba de recibir sólo el 62 por ciento el pasado 9 de febrero. En Loja cayó del 77 al 65 por ciento.
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“Noboa pudo ganar la presidencia en 2023 gracias a un voto masivo en segunda vuelta que era muy heterogéneo internamente, y que, por cualquier razón, prefería una alternativa diferente al correísmo. Por eso, para esta nueva elección eran votos “prestados” que podíamos perder fácilmente”, explica Rodríguez.
Y lo mismo le pasó en las ciudades grandes: en Quito cayó del 62 al 50 por ciento, y en Guayaquil del 54 al 47. ¿Volverán a confiar esos electores en Noboa o ya lo rechazaron? En política todo es posible y el presidente candidato tendrá que luchar voto por voto. No hay mucho margen de maniobra.
En el caso de Luisa González, apunta Rodríguez, la comparación sugiere que mantuvo su nivel de apoyo electoral. En la segunda vuelta de 2023, en Quito obtuvo el 38 por ciento de la votación y en la primera vuelta de 2025 llegó al 37 por ciento. En Guayaquil pasó del 46 al 45 por ciento. Para ella sería más fácil crecer, pero tiene un Talón de Aquiles: el voto nulo. En 2021, cuando Yaku Pérez llamó a sus electores a no decantarse por ninguna de las dos opciones, el voto nulo alcanzó un histórico 16 por ciento, acortando la brecha entre Guillermo Lasso y Andrés Arauz, lo que benefició a Lasso.
Por eso, los votos que tuvo Iza son tan importantes y él mismo ya dijo que "no es momento para el voto nulo". Y hay un dato adicional; donde perdió votos el correísmo este 2025, son precisamente cantones donde Leonidas Iza obtuvo su mejor rendimiento: Sigchos, Pujilí, Salcedo y Saquisilí, en la provincia de Cotopaxi, aunque son poblaciones relativamente pequeñas.
No bostante, Iza también obtuvo importantes votos en centros urbanos, donde el electorado es más grande: Quito (6 por ciento), Latacunga (25 por ciento), Ambato (10 por ciento), Cuenca (5 por ciento), y otras ciudades donde ahora Noboa y González se disputarán los votos quirúrgicamente.
La polarización no es sana para la democracia
Seguramente, en la segunda vuelta los dos candidatos tendrán que llamar a la unidad y tratar de despejar la confrontación, si quieren ganar los votos que todavía están en disputa. Por eso los analistas consideran un mal inicio de segunda vuelta la posición de Noboa al insinuar que los narcos votan por el correísmo, porque los lugares donde gana Luisa González son territorios azotados por la violencia.
Recuerdan que León Febres Cordero dijo: “El lupem, prostitutas, marihuaneros y ladrones votan por Bucaram”, en 1996 cuando se batían en segunda vuelta Jaime Nebot y Abdalá Bucaram. Ganó Bucaram.
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¿Le pasará factura esto a Noboa? Es muy pronto para saberlo, pero la victoria del correísmo en la Costa no es nueva. El mapa muestra que la división del voto correísta y anticorreísta en Costa – Sierra y Amazonía es prácticamente la misma desde la elección de 2017, cuando todavía no había una explosión de la violencia que se vio agudizada desde 2022.
“¿Cómo no se nos puede ocurrir que la gente que sufre más esa violencia, que está en la Costa, está más insatisfecha con el gobierno de Noboa y por eso termina votando por su contrincante oficial (Luisa González)?”, cuestiona Paolo Mocagatta. Recuerda que Rafael Correa ya se encargó de polarizar el país durante una década dividiendo entre los buenos y los malos, y que sería un error regresar a lo mismo.
“La democracia es un régimen de pluralidad. Cuando pasa a ser un régimen de enemigos, el enemigo queda fuera del acceso a las entidades públicas del poder. Todo esto lo hemos visto con el gobierno de Correa y es lo que define a los populismos, que son los gobiernos de los míos frente a los otros. La democracia necesita que todos quepamos dentro, que las políticas públicas sean consensuales, que se negocie, en el buen sentido de la palabra, que se abran espacios”, añade Francisco Sánchez.
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Del otro lado, el correísmo también insiste en errores como anunciar una nueva ley de comunicación, idea promovida por el asambleísta electo Xavier Lasso, y respaldado por el propio Correa que, en una reunión reciente con sus coidearios dijo: “la destrucción del país (...) no hubiera sido posible sin la colaboración de la prensa”. Y aseguró que cuando vuelvan al poder volverán ese tipo de leyes.
La campaña por la segunda vuelta arranca en marzo. Todavía tienen tiempo de afinar sus líneas discursivas. Allí se verá en qué medida, Noboa y González apostaron por propuestas más conciliadoras o recurrir nuevamente a la polarización.
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