El observador

 ¡LA CULTURA PUEDE HACER MUCHO!

René Cardoso Segarra

Es del todo aborrecible el odio con el que hablan, fanáticos enceguecidos por su desencanto y desesperación ante los resultados electorales, sobre nuestras provincias costeñas, en especial de nuestra bella Manabí. Por el solo hecho de que esas poblaciones piensan diferente han denostado en los peores términos contra esos hermanos ecuatorianos y esas bellas geografías de nuestra Patria.

Ahora es obligación, en especial de la institucionalidad cultural, de la academia, de los intelectuales, antropólogos, historiadores, humanistas, de resaltar los valores de esos territorios de nuestro Ecuador. Hacer justicia será que los museos, propongan conversatorios, conferencias, exposiciones que traten sobre la riqueza cultural milenaria de esas regiones. Que nos cuenten a profundidad sobre las culturas Tolita, Valdivia, Chorrera, Manteño-Huancavilca. Que cuenten las historias de heroicidad de los primeros navegantes costeños, de los pescadores que todavía se guían por las estrellas y constelaciones, como lo hacían hace dos mil años, los primeros navegantes manabitas. Que cuenten la historia de cómo un 26 de diciembre de 1526, el primer barco español que llegaba a nuestras costas, al mando del comandante Bartolomé Ruiz, encontró una balsa manteña en la que navegaban 18 personas con un cargamento de preciosos objetos artísticos-utilitarios como espejos de obsidiana, joyas de oro, plata y esmeraldas, espléndidos textiles de finísimo bordado, y la afamada concha Spondylus.

Hacer justicia será que escritores e intelectuales hablen sobre los grandes personajes costeños en la literatura, la historia, las artes, el pensamiento. Hacer justicia será que se hable, ahora más que nunca, de los tejedores de sombreros, los talladores de la tagua, los ceramistas, los músicos populares. Hablar más que nunca de la milenaria gastronomía costeña, de sus poetas populares, de sus nuevos escritores, de sus artistas contemporáneos, de los empresarios, del turismo, la industria, la pesca, y un largo etcétera de riqueza cultural y en consecuencia de grandeza humana. NO al regionalismo, NO al segregacionismo, NO a causar odio y división entre ecuatorianos, NO a la perpetración de la violencia, NO a viejas prácticas nefastas de persecución por el solo hecho de expresar desacuerdos con los grupos de poder político y económico. Las memorias históricas, ahora más que nunca, deben activarse.