El observador

#Opinión Guayaquil y Quito, prueba del fracaso de la RC ¿Así quieren gobernar?

La Revolución Ciudadana insiste en que tiene la fórmula mágica para “rescatar” Ecuador, pero sus propios alcaldes parecen demostrar lo contrario. Guayaquil y Quito, las dos ciudades más grandes del país, están sumidas en el caos bajo la administración de Aquiles Álvarez y Pabel Muñoz.

En Guayaquil, las lluvias han convertido las calles en ríos, con sectores como Sauces 6 completamente inundados. Mientras tanto, el alcalde Aquiles Álvarez prefiere quejarse antes que asumir responsabilidad. Su gestión brilla por la ausencia de soluciones, mientras el tráfico colapsa y los barrios se hunden. Y, como si fuera poco, ahora también juega a la víctima tras la denuncia presentada por la asambleísta Lucía Jaramillo ante el Tribunal Contencioso Electoral (TCE). ¿La razón? Álvarez no solo habría incumplido con ofrecer disculpas públicas, sino que, usando un acróstico, decidió atacar nuevamente a Jaramillo. Al parecer, para el alcalde, pedir disculpas es sinónimo de buscar nuevas formas de insultar.

En Quito, la situación no es mejor. Pabel Muñoz aprobó como prioridad la seguridad vial en el Distrito Metropolitano, pero los números dicen otra cosa: los siniestros de tránsito aumentaron un 10.18% en enero de 2025 comparado con el mismo mes del año anterior. Mientras tanto, el Metro de Quito enfrenta fallas estructurales y la inseguridad sigue cobrando vidas, como la última muerte violenta en Solanda.

Y ahora el correísmo pretende convencernos de que su candidata puede gestionar un país entero, cuando ni sus alcaldes pueden manejar sus propias ciudades. Si esto es un adelanto de lo que nos espera, más vale que Ecuador despierte antes de caer en el mismo desastre.