martes, 1 de noviembre de 2022

 

POR: Armando Sacta Guamán

Publicado en la Revista El Observador. Junio de 2022, edición 129 

 


Página literaria
ABEL ROMEO CASTILLO CASTILLO nació el 22 de enero de 1904, en la ciudad de Guayaquil. Sus padres fueron José Abel Castillo Albornoz y Betsabé Castillo Martiz. Sus hermanos se llamaron: María Piedad, José Santiago, Manuel Eduardo, Carmen y Celeste Graciela Castillo Castillo.

Las primeras letras le enseñó su madre. Luego la primaria siguió en la Escuela “San Luis Gonzaga” de los Hermanos Cristianos. La secundaria, hasta el tercer curso, estudió en el Colegio “Cristóbal Colón”, continuando en el Colegio “Vicente Rocafuerte”, graduándose de Bachiller en Filosofía, en 1922, a los 18 años de edad.

Al mismo tiempo que estudiaba en el colegio, también escribía. Y a los 15 años de edad, en 1919, ya publicó sus primeras creaciones, en la Página Literaria del Diario El Telégrafo. Sus creaciones poéticas con el seudónimo “Jules Rudel” y varias crónicas con el seudónimo “Jack Whell”. Además colaboraba en la Revista “Juventud Estudiosa” de Teodoro Alvarado Olea y José de la Cuadra.

Viajó a los Estados Unidos, donde estudió inglés y por corto tiempo asistió a clases de Medicina. También aprendió a boxear, llegando a ser campeón en peso pluma. Después viajó a España, a realizar estudios universitarios, graduándose de Doctor en Ciencias Históricas, en la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad Central de Madrid, el 6 de noviembre de 1931, a los 27 años de edad. 

De regreso a Guayaquil, en 1933, asumió la Subdirección del Diario El Telégrafo, periódico al que estuvo relacionado desde su temprana edad. Poco después, en 1935, es nombrado profesor del Colegio “Vicente Rocafuerte”.

En octubre de 1935, mientras asistía a un Seminario de Periodismo en la Universidad de Santiago de Chile, escribe el poema “Romance de mi destino”, a los 31 años de edad.

En 1945 es Miembro Fundador y Primer Presidente de la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas. En 1946 contrae matrimonio con Gianina Echeverría Espinoza. En 1947 funda la Escuela de Periodismo de la Universidad de Guayaquil, y es su Primer Director. Desde 1948 a 1952 es Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guayaquil. Entre 1953 y 1961 es Embajador en Bolivia, Guatemala, Costa Rica y Uruguay. También es Embajador Alterno en las Naciones Unidas. Desde 1963 a 1966 es Presidente de la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas, que fundó en 1945. En 1970 es Vicedirector de la Junta Cívica de Guayaquil. De 1974 a 1976 es Director de la Biblioteca Municipal de Guayaquil. Además fue Presidente del Patronato del Archivo Histórico del Guayas. Diputado de la Asamblea Nacional. Fundador de la Sociedad de Artistas y Escritores Independientes de Guayaquil y Director propietario del Diario El Telégrafo.

Entre otros libros de importancia, escribió los siguientes: “Los Gobernadores de Guayaquil del Siglo XVIII”, “Nuevo descubrimiento de Guayaquil”, constituyendo el Primer Romancero Guayaquileño, incluyendo el “Romance de mi destino” y “Romance criollo de la niña guayaquileña”. “Olmedo: Prócer y Poeta”. “Bolívar en el pensamiento ecuatoriano”. “Don Pedro Franco Dávila: El sabio naturalista guayaquileño”. “Dos guayaquileños precursores de la independencia”.  “La Imprenta de Guayaquil Independiente”. “Medrado Ángel Silva: Vida, poesía y muerte”.

Recibió varios reconocimientos: “Comendador y Gran Cruz de la Orden Nacional al Mérito del Ecuador”, “Gran Cruz de la Orden del Cóndor de los Andes de Bolivia”, “Comendador de la Orden de Isabel La Católica de España”, “Miembro del Instituto Fernández de Oviedo de Madrid”, “Miembro de la Academia Hispanoamericana de Cadiz”, “Miembro de la Academia de Historia de Guayaquil”, “Miembro de la Sociedad Bolivariana del Ecuador y Bolivia”, “Miembro de la Academia Ecuatoriana de la Lengua”, “Miembro de la Academia Nacional de Historia del Ecuador”.

Durante su vida fue poeta, periodista, historiador, diplomático, educador y diputado. Falleció a los 92 años de edad, el 11 de noviembre de 1996, en su departamento de la Plaza del Centenario; siendo enterrado al siguiente día, en el Cementerio General de Guayaquil.

Grandes fueron sus aportes a la educación, al periodismo y la cultura general del Ecuador. Pero es más conocido y recordado por su calidad poética, representada en su “Romance de mi destino”, que de alguna manera se relaciona con los sueños, ilusiones, esperanzas y frustraciones de nuestra propia vida. Poema musicalizado en 1940,  por el compositor manabita Gonzalo Vera Santos, cinco años después de ser escrito; llegando a popularizarse masivamente hasta nuestros días; siendo cantado por Olimpo Cárdenas, Julio Jaramillo, Eduardo Brito, Carlos Jervis, Paulina Tamayo, Anita Lucía Proaño, Margarita Laso, Dúo Benítez Valencia, Dúo Hnos. Erráez, Trío Los Embajadores, Trío Añoranzas del Ejército Ecuatoriano, Cuarteto Chiang, Marcelo Sánchez y su Conjunto, y otros prestigiosos solistas, dúos, tríos, cuartetos y conjuntos musicales.
A continuación el texto del poema referido, convertido en pasillo; cuyos versos parecen propios de las circunstancias de nuestras vidas

ROMANCE DE MÍ DESTINO
 
Todo lo que quise yo
tuve que dejarlo lejos;
siempre tengo que escaparme
y abandonar lo que quiero;
yo soy el buque fantasma
que no puede anclar en puerto,
ando buscando refugios
en retratos y en espejos,
en cartas apolilladas
y en perfumados recuerdos.
 
Por más que estiro las manos
nunca te alcanzo lucero,
jugo de amargos adioses
es mi caso predilecto;
yo me bebo a tragos largos
mi pócima de recuerdos
y me embriago en lejanías
para acariciar mis sueños.
 
Nadie sabe como yo
el lenguaje de los pañuelos,
agitándose en los  muelles,
sacudiendo el aire trémulo;
nadie como yo nació
con destino marinero,
la única flor que conozco 
es la rosa de los vientos.

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