jueves, 3 de marzo de 2022

 

Ucrania y el correísmo vaciado de humanidad

   en Conexiones4P/Elenfoque/Info  por 

Los correístas, amos absolutos de la superioridad moral, volvieron a usar una desgracia humanitaria para darse lustre. Para decir que si ellos estuvieran en la Cancillería, entonces, las cosas serían diferentes con los ecuatorianos que están en Ucrania. Igual hicieron en La Gasca.

Y hay que hablar de ellos porque, para desgracia del país, su cinismo, su obscenidad ética son compartidos por el PSC, los mal llamados Pachakutik rebeldes y  algunos independientes… La política nacional es hoy el arte de canjear votos por expedientes judiciales. El arte de destilar servilismo ante el nuevo zar de Rusia e ignorancia supina sobre la historia del mundo, como demuestra Fausto Jarrín en un comunicado. La falacia de creerse el referente máximo como escribe Correa en este trino para ordenar al Canciller Holguín que haga lo que desde tiempo atrás estaba haciendo. Incluso el arte de pasear la desinformación como un atributo: basta leer el trino de Salvador Quishpe pidiendo al presidente que mande su avión de 14 personas a traer centenares de ecuatorianos…

Quishpe, en vez de mirar los hechos, crea una hipótesis en otro trino (“si el gobierno no atiende el clamor de los residentes en Ucrania…” para volver al único escenario que conoce: amenazar con juicio político. Así se hace política: con consignas, complejo de superioridad moral o simple ignorancia. Y eso es lo que políticos de ese tamaño ético e intelectual ponen a circular en las redes sociales.

No saben, o fingen ignorar que cuando se está en el exterior, el ciudadano promedio, más aún el estudiante, no va a los consulados. No se registra. Y peor aún si se encuentra en situación irregular. En tiempos de guerra, ese nivel de desconexión, de desconcierto, se incrementa. Ese es el contexto en el cual hay que analizar la situación de los ecuatorianos en Ucrania, atacada e invadida por Rusia.

Si se suma que ese país tiene más del doble de la extensión nacional, se puede entender la dificultad de cualquier gobierno para saber dónde están sus ciudadanos, en qué situación se encuentran, cómo puede reunirlos, hacia dónde dirigirlos para sacarlos de ese territorio y cómo repatriarlos. Que Juan Carlos Holguín, canciller de la República, anuncie que ya hay, contabilizados, 689 ecuatorianos que están fuera de Ucrania es, en ese contexto, una proeza, fruto de mucho trabajo del servicio exterior.

Cualquier demócrata, cualquier ser humano con dos gramos de sensibilidad estaría celebrando que, en medio del caos de una guerra, que en medio de esas 660 mil personas que huyen del conflicto, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados (Acnur), la Cancillería haya logrado contactar a esos centenares de ecuatorianos, les dé apoyo y esté a punto de traerlos al país. Pero no: es demasiado pedir para Correa y sus peores seguidores. Y hay que señalarlo porque ese espíritu cicatero y mefistofélico está envenenando hasta la necesidad, en momentos tan difíciles, de que el país se conciba como una comunidad que debe estar consciente y unida alrededor de una causa.

¿Qué ha hecho Correa y sus adláteres? Ocultar de la forma más repulsiva el trabajo de la Cancillería. Menospreciarla. Atacar al Canciller. Mentir. Poner en evidencia, como si se tratara de una generalidad, el caso de algún ecuatoriano que en medio de los 603.548 kilómetros cuadrados de Ucrania se sintió abandonado. María Isabel Salvador, que fue ministra de Correa y mereció ser criticada a menudo, publicó un hilo sobre este tema cuya decencia intelectual hay que destacar. Eso prueba que el diálogo con la realidad produce empatía y sentido común.

El correísmo fabricó seres vaciados de humanidad: seres empecinados en negar que los otros -sus adversarios- son capaces de sentimientos y compasión. Por eso tienen cerca personas como Ebi Camacho dedicada a defender la invasión rusa y atentar contra la labor responsable y dedicada de la Cancillería. Hoy el Canciller le pidió en Teleamazonas dejar de ser irresponsable. Igual hubiera podido hacer con un tal Sebastián Báez.

Camacho siempre ha sido troll. 4P la conoce bien: el 12 de octubre de 2017 publicó un video contra el pelagato Pallares, quien publicó un tuit sobre la vicepresidenta María Alejandra Vicuña. En él denunciaba cómo Vicuña violó la intimidad de Martha Roldós, al publicar un audio que le grabaron en su auto. La trol Camacho dijo que Pallares la trató de violadora; así, sin más. Y lo convirtió en machista y lo vinculó con la violencia de género y el asesinato de mujeres. Miserable.

El correísmo fabricó este tipo de zombis. Seres des-almados; incapacitados para albergar sentimientos. Ese dato no está en los manuales políticos ortodoxos, pero es su más siniestra herencia, es contagiosa y corre a diario por las redes sociales. Incluso -sobre todo- cuando hay desgracias.

Foto: TwitterJCHolguín

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