viernes, 18 de marzo de 2022

 COMENTARIO

Por Jaime Cedillo F.
Publicado en la Revista El Observador
Los Poderes del Estado siguen ocupando los primeros lugares del rechazo nacional. El pueblo ecuatoriano está decepcionado por sus prácticas corruptas. Vivimos engañados permanentemente, pero ya nada nos llama la atención, porque se ha convertido en el pan de cada día. La delincuencia de cuello blanco y la común, ocupan grandes espacios en los medios, ya no sabemos quien lleva la delantera.
El poder ejecutivo ha demostrado incapacidad para combatir la feroz delincuencia en las cárceles, donde se asesina a la gente sin piedad; igual que en calles y plazas; mientras las autoridades se contentan con la típica reunión de amigos para solazarse mostrando que los índices han bajado, que se está haciendo un gran trabajo coordinado, puro bla bla, pero la gente no come cuento. Como nunca antes, cuerpos amanecen colgados de los puentes en una de las zonas rojas más peligrosas del país.
El Presidente viaja a la China para hacer grandes negocios con nuestro petróleo, en el costoso y lujoso avión (herencia del correísmo); el Vicepresidente se pasea por los hospitales públicos, viendo como saquean las pocas medicinas que hay para los enfermos que se mueren por falta de atención médica: mientras se amarran nuevos contratos millonarios para adquisiciones, a la vez que la policía especializada monta operativos en las casa de salud y en las viviendas de los "servidores" para llevarse evidencias de los negociados en compras de equipos y medicamentos.
En el Poder Legislativo, los "padres de la patria" , amarran lo que pueden y no pueden a cambio de dádivas, prebendas, son bien cotizados, es que valen oro sus votos. Los pactos bajo la mesa, los acuerdos entre el agua y el aceite son cosa de todos los días. Hoy son lassitas, mañana correístas, pasado mañana morenistas, según el tono es el baile, y así se la pasan disfrutando a lo grande de las delicias del poder corrupto y corruptor.
Los que forman la gallada del Poder Judicial no se quedan atrás, desde un simple secretario hasta el magnate magistrado, saben cómo se manipulan los juicios. Es que la justicia tiene precio, señores. Aquí nada es gratis. La señora que nos representa con la venda en los ojos, es puro chendo, es cómplice de las fechorías. Hoy los malhechores son apresados en delitos flagrantes, y mañana los jueces les conceden libertad para que sigan haciendo de las suyas. Así de simple.
Ni qué decir de los otros poderosos poderes como el tristemente célebre Consejo de Participación Ciudadana, donde se sacan los ojos por su control; del inútil Consejo de la Judicatura, que ni siquiera puede administrar bien las ventanillas para entregar o recibir documentos que los usuarios están obligados a realizar en agotadoras jornadas de espera. Son elefantes blancos llenos de burocracia que le chupan al Estado hasta la última gota de sangre.
La corrupción está por todos lados, en las instituciones públicas del gobierno nacional y en los municipios y consejos provinciales, ponga el dedo y verá como salta la pus maloliente del robo de los dineros sagrados del pueblo ecuatoriano. La excepción hace la regla de oro .Nuestro respeto y reconocimiento a los servidores honestos, que se ganan el pan con el sudor de la frente. Ejemplo: la Comisión de Fiscalización de la Asamblea, presidida por Fernando Villavicencio, que combate diariamente al monstruo de la corrupción orquestada y dirigida desde el ático de la belga.
Aquí en Cuenca, el alcalde de nombre Pedro Palacios Ullauri, en un momento de desesperación política, decide a título personal, desdibujar el Escudo de la Ciudad Patrimonial, para tratar de llamar la atención de los ciudadanos, que han manifestado indignación por la falta de respeto a los símbolos patrios. Si antes, Palacios era rechazado por su incapacidad, hoy se ha ganado el desprecio por este acto condenable.
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