miércoles, 8 de noviembre de 2017

Hoy Correa quedó fuera de juego

  en La Info  por 
Rafael Correa se jactaba, cuando llegó al gobierno, de tener alineados los astros. Todo le salía a pedir de boca. Hoy, 7 de noviembre de 2017, lo recordará como uno de los peores días de su historia política. En horas, se hicieron las movidas en la Asamblea para que pierda la mayoría del bloque legislativo y Jorge Glas pierda la Vicepresidencia de la República. José Serrano, presidente de la Asamblea, dio cuenta, con una veintena de Asambleístas de AP, del apoyo mayoritario a la Consulta Popular y a Lenín Moreno. La oposición, por su lado, anunció tener 55 firmas a favor del pedido de juicio político a Jorge Glas. Obviamente, estos procesos tomarán tiempo, pero el envión definitivo fue dado hoy.
Si lo que resta para Correa, suma para Moreno, hoy el Presidente sumó puntos. Tener una mayoría de Alianza País a favor de la Consulta Popular es una pésima noticia para ex presidente: significa que la casi totalidad de fuerzas políticas del país son favorables a consultar al pueblo en las condiciones planteadas por Moreno. Esto es un hecho político que, si se agrega a la popularidad que el tema tiene en los sondeos, la Corte Constitucional no puede ignorar. La ola política favorable a la consulta hace pensar que Correa quedó hoy más cerca de la posibilidad de ser inhabilitado políticamente para volver a aspirar a la Presidencia de la República.
Es verdad que leales suyos, como Viviana Bonilla, que estuvo al lado de José Serrano, reiteró en un tuit su línea en ese caso: están de acuerdo con la consulta como mecanismo de participación popular, no votarán por la pregunta 2 y 3 y si respaldan a Moreno es con la condición de que aplique el programa hecho por Correa y el partido y entregado al CNE. Es decir, Serrano, que habló de unidad, no puso números a los bandos y a sus divergencias y se dedicó a salvarle la cara al conjunto. Pero el hecho político es que la mayoría del bloque oficialista es favorable a Moreno. Los leales a Correa son, en realidad, contrarios a la consulta y tendrán, en las actuales circunstancias, serias dificultades para generar un caudal electoral propicio a sus tesis.
El gran golpe para Correa provino de la oposición que anunció juicio político a Glas por cohecho. Esta vez es sumamente difícil que el CAL no dé curso, como ya lo hizo, y que el grupo que dice respaldar a Moreno no sume sus votos a los de la oposición para destituir al Vicepresidente. Su situación se antoja insostenible y se constituye en una alerta para Correa. Hasta ahora, Alianza País ha cortocircuitado la posibilidad de un juicio político a Glas por dos razones. Una: el Vicepresidente juega el papel de pararrayo. Dos: si es destituido puede convertirse en un vínculo para involucrar directamente a Correa.
Con cargo y protección política, Glas no estaba lejos de ser llevado a los altares. Sin cargo y preso, no solo será más vulnerable: tendrá que responder por hechos que, hasta ahora, han sido socapados por evidentes presiones políticas. Su posible destitución, deja expuesto a Correa cuya responsabilidad en temas de la Vicepresidencia es obvia. Correa podría resultar envuelto en el caso Odebrecht (posibles apoyos para campañas políticas) y, principalmente, en los negocios con los chinos cuya investigación no termina de tomar viada en los entes de control.
Otras consecuencias negativas para Correa son previsibles a partir del nuevo tablero político que empezó a diseñarse hoy en la Asamblea. La recomposición de fuerzas en el interior del bloque y las alianzas ineludibles con sectores de la oposición dará lugar, seguramente, a un nuevo reparto de comisiones que fueron conformadas cuando Correa estaba en el país. El caso de Marcela Aguiñaga, glosada por la Contraloría, ilustra la recomposición que se viene en detrimento del expresidente. Lo mismo sucederá en el movimiento Alianza País que, en una acción desesperada, decidió, violando el debido proceso, expulsar de la presidencia a Lenín Moreno.

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