lunes, 27 de noviembre de 2017

¿La canciller Espinosa inaugura la palancocracia?

Dos días antes de que se posesionara María Fernanda Espinosa como jefa de Exteriores, su padre recibió un contrato de $ 66 mil con Petroecuador, la empresa donde el esposo de la Canciller, Eduardo Mangas, es miembro del Directorio.

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Tiempos perfectos. El 22 de mayo de 2017, Petroecuador adjudicó un contrato a César Enrique Espinosa Ortiz, padre de la entonces anunciada canciller María Fernanda Espinosa, quien se posesionó 48 horas más tarde en el Palacio de Carondelet. El contrato con la principal petrolera nacional, una empresa bajo la directa influencia de Eduardo Mangas, el secretario general de la Presidencia encargado de los sectores estratégicos y esposo -oh, coincidencia- de la canciller, fue concedido bajo la figura de ‘régimen especial’ por 66 mil dólares al año, según los documentos obtenidos por la Posta.
Para el momento de la adjudicación María Fernanda Espinosa había dejado de ser la relevante jefa de campaña de Lenín Moreno para convertirse, desde el 9 de mayo de este año en un anuncio hecho por su antecesor, Guillaume Long, en la canciller designada. Es más, el mismo día de la adjudicación, Espinosa ya mantenía reuniones diplomáticas.
El contrato con Espinosa padre, que se reparte en $ 5.500 mensuales -el segundo mejor ingreso mensual de la compañía después del gerente general-, lo convierte en un asesor jurídico externo de la petrolera, encargado de preparar recursos de casación, principalmente. Fuentes jurídicas consultadas por este medio lo describen como calificado para la tarea. 
La coincidencia de tiempo y fechas, así como la contratación bajo régimen especial, son los elementos que disparan dudas sobre el contrato.
Espinosa padre, en declaraciones a la Posta, no considera “una pregunta pertinente” relacionar su contratación en una empresa bajo el ala de influencia de su yerno, Eduardo Mangas.  Rechaza el vínculo. “Es un contrato que he venido renovando”, sentencia. Es cierto, antes obtuvo un contrato por el mismo valor bajo la dirección de Pedro Merizalde, entonces gerente de la Petrolera y hoy en paradero desconocido. 
El problema en realidad, no son los anteriores contratos, sino el actual, el concedido 48 horas antes de la posesión de su hija y yerno. Espinosa padre no está impedido de contratar fuera del área de influencia de su hija, que en este caso se limita a la Cancillería, según la ley de contratación pública, que inhabilita hasta el cuarto grado de consanguinidad (padres, hijos, hermanos…). La misma ley y artículo (el # 62) pone barrera también al grado de afinidad (suegros, por ejemplo), una zona gris sobre la cual se desliza el nicaraguense secretario Eduardo Mangas, no sólo omnipresente en los sectores estratégicos, sino también miembro del directorio de Petroecuador, que autoriza los contratos, donde actúa como delegado del presidente Moreno.
La zona gris convierte a la canciller en el segundo ministro en caer bajo la nube de dudas del gabinete de Moreno, luego de una semana marcada por la incapacidad de Iván Espinel, del MIES, para responder cómo pagó su casa de $ 335 mil. Ahora María Fernanda Espinosa, quien no ha respondido a la solicitud de comentarios de este medio, está llamada también a dar respuestas.

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