domingo, 22 de octubre de 2017

Sombras nada más



Publicado el 21 octubre, 201720 octubre, 2017 por BLL
[Alberto Ordóñez Ortiz]
El título se corresponde con el inicio de la letra de uno de los boleros inmortales más aquerenciados por los fans de los boleros, incluido el eterno Gabo. Su expresión que puede ser aplicada a muchas situaciones, permítanme que la enfrente al denominado “Plan de medidas económicas” que, míreselo desde donde se lo mire, no es precisamente un plan, sino un conjunto de simples enunciados, que no mantienen la coherencia orgánica -objetivos y metas- inherentes a todo plan. Así las cosas, no serían -en su dislocado conjunto- sino el conocido “tontómetro” con el que se pretendería desviar la atención de la crisis financiera, con el principal propósito de alcanzar el triunfo en la Consulta Popular que, de obtener el sí, conferiría la sostenibilidad que el actual régimen requiere para gobernar sin contratiempos iniciales.
Dede luego que hay un conjunto de situaciones adicionales que van desde el impuesto al décimo tercer sueldo hasta las que elevan aranceles, incrementando el costo de la vida. La más relevante -sin ser una medida económica- es la que tiene que ver con la prohibición de la reelección indefinida a toda función de elección popular. Incluirla en un Plan de medidas económicas resulta una suerte de sarcasmo que tiene destino y destinatario: AP y, particularmente Correa, quien, por ventura, nunca más podrá volver a gobernar. Dicho con propiedad, volver a desgobernar. Pero, pensándolo bien, sería la medida de mayor consistencia financiera si se considera que, la virtual eliminación de Correa acabaría con las mafias de la corrupción que dejó instaladas, cuya ausencia se traduciría en cientos de miles de millones de dólares que no irían a dar a manos de aquellos, sino que ingresarían al erario nacional. La medida, vista desde esa óptica, no es, ni deja de ser, sino de carácter esencialmente económica. Sin que quepa lugar para la duda.
Marcadas por el fantasma de una impuestomanía que se identifica a plenitud con la aplicada por el régimen anterior, son un capítulo más del mismo drama. Todas las medidas, con excepción de la reelección indefinida, como de la imprescriptibilidad de los delitos contra menores, -por modificar la Constitución-, no necesitaban de la inflamada consulta popular, sino de simples reformas legales, porque la elevación de impuestos y demás, son de competencia privativa de la Asamblea. Si tales incrementos, incluido el valor agregado que se suele añadir, son trasladados al pueblo, se dispararían los precios. La Cámaras, estarán de fiesta. Por último: Si no se trata de un paquetazo, y las medidas -como se dice- benefician a los más pobres, entonces la mesa si habría estado servida. Y conste que formo parte del grupo de los anticorreístas más inflexibles.
Por tanto, tendremos que admitir que las medidas apuntan a asegurar el triunfo del sí en la lid electoral que se avecina. En lo que me concierne votaré si a la no reelección presidencial, a la reseñada imprescritibilidad y a la no explotación minera. Por lo demás, las verdaderas medidas estarían en carpeta, entre tanto convengamos en que no son, ni dejan de ser, sino sombras. Sombras. Nada más. (O)

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