lunes, 15 de septiembre de 2025

 CON EL DIESEL, LA CANTALETA ES LA MISMA


Noboa-candidato decía, en sus fugaces peroratas, que bajaría los precios de los combustibles. Noboa-presidente se contradice, también en ese ofrecimiento. Algo corriente en muchos políticos. Y también normal resulta el eco favorable de la orquesta neoliberal frente a estas decisiones orientadas dizque a eliminar los subsidios a los combustibles 

Quienes aplauden esta decisión, acompañados por la gran prensa mercantil, afirman que con esté medida de política económica se favorece a los más necesitados y se deja de beneficiar a los ricos, que no merecen el subsidio. Anticipan la disminución del desperdicio. Incluso, resaltan que habrá menos impacto en el medio ambiente por el menor consumo. Se congratulan porque se golpea a los contrabandistas, a los mineros ilegales, a las mafias. Concluyen, hasta se contará con recursos para la obra pública e inversiones sociales. 

Estos argumentos se completan destacando los subsidios que se entregarían a muchos segmentos de la población, sobre todo focalizándoles en el transporte público. Para cerrar su lista de beneficios, anticipan que esta medida provocará la recuperación de la economía, la generación de empleo y, cuando no, la reducción del índice de riesgo país. En suma, se trata, desde su óptica, una medida necesaria, una medida histórica, inclusive una reparación moral…

Sin entrar en el análisis detallado de los argumentos esgrimidos, bastaría con relievar la flaqueza de aquel que dice que con esta medida se golpea a la minería ilegal y al narcotráfico; para esas actividades ilícitas los costos de los combustibles son realmente mínimos en comparación de las utilidades que obtienen. También sería bueno conocer a qué poderosos grupos económicos si se les mantendrá el subsidio.

Aceptemos que, en medio de una economía estancada, el incremento del diésel, a pasar de su magnitud, no va a desatar un sostenido proceso inflacionario. Pero, de todas maneras, habrá un impacto por el lado de los costos sobre varios rubros de la economía, como el transporte y varios segmentos de la producción, como puede ser el agro, en donde se incrementarán los insumos, por ejemplo. Y todo esto, en consecuencia, afectará a la sociedad, sobre todo a los grupos más pobres a los que dicen querer beneficiar. 

La experiencia nos dice que, los recursos que se obtengan, como sucedió recientemente con el incremento del IVA y con la gasolina, servirán para reducir el elevado déficit fiscal… que tiene como una de sus principales componentes los elevados egresos externos, como son el servicio de la deuda externa, el millonario pago a la Chevron-Texaco, entre otros. 

Lo que cuenta es que, de esta manera, Noboa, enarbolando la muletilla de la inseguridad ciudadana, que parece mantiene pasmada a la sociedad, continuará aplicando el plan impuesto por el FMI, que empezó con Moreno y no lo pudo instrumentar el banquero Lasso. Plan que, entre otras cosas, contempla las privatizaciones, como sería, inclusive, la posibilidad de permitir la libre importación de diésel, que tanto recomiendan los aplaudidores de la elevación del precio del diésel, incrementado en un 100%, con lo que empezará la fiesta para quienes entren en este negocio. Mientras tanto, los bonos anunciados para suavizar el impacto de la medida, se diluirán con el paso de los días. Y los ingresos fiscales adicionales no se dejarán ni ver en el ámbito de la salud y la educación.

En síntesis, se perdió otra oportunidad para instrumentar una política integral de precios de la energía, que no solo esté motivada por urgencias fiscales -como ha sucedido desde los años ochenta- incorporando criterios sociales, productivos, ambientales y por supuesto energéticos.


AA, 14 de septiembre del 2025

https://x.com/AlbertoAcostaE/status/1967360431099691293

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